Darío Jaramillo, Wendy Guerra, Jorge Franco, Guadalupe Nettel y Sergio Ramírez. Foto: Joaquín Sarmiento/FNPI
Por: Laura Montoya Carvajal
En una conversación sobre los impactos generales y las evocaciones personales de Cien años de soledad, los escritores y periodistas Wendy Guerra, Guadalupe Nettel, Sergio Ramírez, Darío Jaramillo y Jorge Franco recordaron el paso de esta obra y de su autor por sus vidas en la charla El gozo onmipresente de Cien años de soledad, que tuvo lugar el jueves 27 de septiembre en el Jardín Botánico de Medellín, durante la celebración del Festival Gabo.
Aquí algunas de sus frases más memorables:
Cuando lo conocí: Wendy Guerra
“No lo leí sino que lo escuché: mi madre trabajaba en una radio de Cienfuegos (Cuba) y quería que la gente conociera Cien años de soledad. Yo no vivía con ella, estaba en un grupo de teatro en las montañas y oía su programa de 45 minutos, donde en 15 leía a Gabriel García Márquez. La segunda vez fue cuando llegué a La Habana, cuando la mujer de José Lezama Lima se lo regaló a mi mamá. Lo leí a los 15 años, y cuando lo hice me pareció muy normal, muy cotidiano, pues mi mamá hablaba con los espíritus. Cien años de soledad me parecía una dilatación de mi vida familiar. Lo que entendí como artista e intelectual cubana era que se acercaba realmente a algo latinoamericano o costeño: él era el único que sacaba la cara por nuestras costumbres y sacaba de debajo de la cama lo que vivíamos”.
Un temido recorrido: Sergio Ramírez
“Este libro hizo un viaje triunfal desde la Argentina a lo largo de América. Yo vivía en Costa Rica y se oía un rumor de que venía un libro maravilloso de país en país. Llegó a mí cuando tenía 25 años. Me deslumbró y a la vez temí caer en sus garras, no poder volver a salir de ese mundo, que debía, como escritor, huir de él”.
La dulzura de Gabo: Wendy Guerra
“Tengo esta sensación al volver a leer a Gabo. Lo retomé mucho después de su muerte: es una dulzura que hay en él, relacionada con las playas y los pequeños pueblos costeños que en Cuba tenemos también. Yo a Gabo lo siento también muy cubano. Para mí como caribeña es el lenguaje, como suena, más allá de lo que dice. Creo que Gabo es inatrapable, es como una brujería, abstracto como el dadaísmo”.
A qué se parece Macondo: Sergio Ramírez
“Esas historias de Gabo las había escuchado desde niño, él las puso por escrito, pero inventó un lenguaje nuevo y distinto: igual que El Quijote, Cien años de soledad es una novela de novelas, contiene muchas historias dentro de sí y se les puede hacer muchas lecturas. Es en sí una novela de todo tipo”.
La poética de su obra: Darío Jaramillo
“Habría que recordar que Andrés Holgín publicó una antología de poesía colombiana y metió allí fragmentos de Cien años de soledad, algo que fue muy criticado, pero para mí fue adecuado porque realmente ese rapto que sentimos al leer ese libro es la emoción poética, que crea una atmósfera, con un ritmo cálido, con ese lenguaje, sin tener que partir en versos. Para mí no hay muchas cercas ni alambradas en los géneros de la literatura. La literatura tiene un solo género que es la poesía”.
Sobre el Premio y Festival Gabo
Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.