Gihan Tubbeh y la búsqueda de la imperfección en la fotografía

La fotoperiodista peruana Gihan Tubbeh ganó el World Press Photo en 2010 en la categoría Vida cotidiana. Foto: Juan David Tamayo.

Por Ronal Castañeda

Trabajar desde la introspección y salir de los esquemas. Con esa premisa, Gihan Tubbeh introdujo el taller Visión y expresión fotográfica, que reunió a 14 fotógrafos de América Latina durante tres días en Medellín. Esta actividad fue la antesala del Festival Gabo 2017 y estuvo organizada por la FNPI-Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, Focos Narrativos y Universo Centro.

En el primer día, la fotógrafa peruana presentó su trabajo, habló de sus propias exploraciones personales y reveló cómo han sido sus búsquedas intrínsecas hacia una mirada de autor.

“Somos conscientes de que el periodismo busca la objetividad, pero la mirada documental va más allá. No modificamos la realidad, pero la manera como la miramos es lo que nos lleva narrarla desde una perspectiva única”.

Fotografía por accidente

Cuando comenzó su carrera como fotógrafa profesional, Tubbeh tenía un ánimo perfeccionista y un cuidado extremo hacia el tratamiento de la imagen, tal vez motivada por lo que le enseñaron en la escuela. Un día, mientras clasificaba sus archivos y encarpetaba imágenes, puso en una de esas carpetas algunas fotografías bajo el rótulo de “no van”. Sus fotos descartadas, con errores, quemadas por el flash, desenfocadas, etc., iban a parar ahí.

Más tarde encontraría que lo que había catalogado como error se podría convertir en su mejor recurso para narrar. Se sintió tan cómoda con este lenguaje imperfecto que quiso seguir explotando esta representación particular de la imagen: “Nunca pretendo hacer las fotos perfectas, no me importa y lo incorporo”. Así nació su lenguaje fotográfico, desde lo intuitivo y lo instintivo; como haciendo fotografías por accidente.

Desde entonces mantendría este lenguaje, impulsada no por la calidad de la imagen sino por lo que estas cuentan, por tratar de capturar el momento y la emoción, sin ningún tipo de condicionamiento. “La única ley es hacer lo que se quiera, pero siempre bajo una intención de sentido”.

Buscar la mirada

Tubbeh habló del trabajo que impulsó su carrera fotográfica cuando tenía 24 años y gracias al cual fue seleccionada para participar en un masterclass del World Press Photo. De aquella época recuerda que perdió todos sus archivos y entendió lo difícil que es comenzar de cero un proyecto fotográfico cuando lo has perdido todo: “Es como obligarte a ti mismo a hacer fotos que ya te habían salido bien. Y es entonces cuando piensas que es mejor dejarlo ir. El tema se coge cuando es y hay que saber parar”.

Aseguró que la investigación e inmersión en los proyectos son fundamentales para la realización de todo fotógrafo. Prueba de ello es Adrián, un niño autista, el trabajo que en 2010 la hizo ganadora del World Press Photo y en el que se involucró intensamente con el personaje. “Lo imitaba y trataba de jugar con él y entender qué hay detrás de su mirada. Es importante que el fotógrafo se contagie del tema. Mientras más cerca estés, vas a descubrir más cosas y vas a ser más invisible”.

Luego conversó de otros proyectos que quiso hacer de una manera menos “oscura” porque sentía que su carrera estaba siendo ligada a este tipo de representaciones. Esta distancia también la considera provechosa para el fotógrafo porque da perspectiva y estimula la curiosidad de descubrir otros mundos.

Como conclusión de esta primera jornada, Tubbeh invitó a lograr imágenes que dejen más preguntas que respuestas, ya que la pregunta abre caminos. “Las fotografías que preguntan invitan al lector a la curiosidad y a querer saber más. Entregar las historias hechas pone fin al relato, da por concluido el diálogo con el lector: se acabó, lo entendí y ya está”.

Para finalizar la discusión alrededor de la mirada, la fotoperiodista habló de la elección del tema fotográfico. “Hay que rechazar eso de que todo está hecho. Lo importante es cómo lo ve cada fotógrafo, que es en últimas un traductor de la realidad”. Recomienda ver referentes fotográficos en tanto alimentan y dan nuevas miradas, pero a su vez sugiere tomar distancia de estos, porque pueden intimidar y ahuyentar al autor del trabajo creativo.