Foto: David Estrada Larrañeta

Tres perspectivas para potenciar el campo colombiano

El 4 de octubre de 2018, el Festival Gabriel García Márquez de Periodismo se convirtió en el escenario ideal para reunir a cuatro expertos de distintas disciplinas con experiencia en temas rurales con el fin de conversar sobre el potencial del campo colombiano, en el marco de una colaboración entre la FNPI y FAO Colombia desarrollada a lo largo de 2018: Leonor Espinosa, chef colombiana; Jaime Forero, economista y director del Observatorio Rural de la Universidad de La Salle; Felipe Macía, empresario y director de sostenibilidad de Crepes & Waffles, con la moderación de Julián Estrada, antropólogo y periodista culinario.

La charla “Los frutos de esta tierra: el potencial alimentario de Colombia”, como todas las actividades del Festival Gabo, fue de entrada libre y contó con la asistencia de periodistas, trabajadores del sector ambiental y agropecuario, amantes de la gastronomía y ciudadanos interesados en estos temas.

La conversación sembró la idea de que la transformación hacia un nuevo campo colombiano y la oportunidad de convertir a Colombia en una despensa global está en el valor patrimonial de la tierra y en la conexión entre lo urbano con lo rural. Este reto puede alcanzarse desde tres perspectivas:

1. Reconocer y visibilizar la biodiversidad

Colombia ocupa el segundo lugar entre los doce países con mayor diversidad biológica del mundo, después de Brasil. Esto se debe a que en el 2015 tuvo un registro de 54.871 especies, dentro de las que se incluyen más de 30 mil plantas. Además es el segundo país con más variedades de anfibios, peces de agua dulce y mariposas, el tercero más diverso en reptiles y palmas; y el cuarto con mayor cantidad de especies mamíferas, según el Sistema de Información sobre Biodiversidad de Colombia del Instituto Humboldt.

Sin embargo, parece que la dimensión de estos atributos fueran ajenos a sus habitantes, sobre todo cuando se evidencia que en Colombia hay 3.4 millones de personas subalimentadas y la mayoría de ellas viven en zonas rurales.

“Quizás la obsesión de Gabo por los frutos, que le da título a este conversatorio, viene de la noción de que la riqueza de los productos, territorios y ecosistemas de Colombia ha permanecido invisible,” mencionó el empresario Felipe Macía, director de sostenibilidad de Crepes & Waffles, una de las cadenas de restaurantes más importantes del país, que se ha convertido en un caso de referencia por su trabajo con comunidades rurales de productores.

Reconocer el valor patrimonial y económico del campo y visibilizar los atributos de su biodiversidad son algunas de las claves para contribuir al desarrollo de la Colombia rural.

Para Macía, el deseo porque se reconozcan todos estos elementos de riqueza ha sido una de las motivaciones para ejecutar varios de los proyectos sociales y ambientales de Creppes & Waffles. Uno de ellos busca visibilizar la producción de cacao en Tumaco (Nariño), una zona golpeada por la violencia, donde a pesar de las distintas adversidades, familias agricultoras producen uno de los mejores cacaos del mundo, que incluso ha ganado premios internacionales en Nueva York, Tokyo y París. “Normalmente el cacao industrial va de África a Amsterdam y luego llega a Colombia. Ahora en Tumaco tenemos uno de los mejores del mundo”, mencionó Macía.

Por medio de este proyecto Crepes & Waffles compró tres toneladas de cacao para fabricar productos del menú del restaurante.

Macía insistió en que es necesario que desde la academia y la industria se trabaje por reconocer y dar a conocer la originalidad del país. En su experiencia ha visto que existen infinitas posibilidades en la diversidad del territorio para suplir la notoria falta de oportunidades. “Tenemos que conectar el desarrollo con la identidad del país, no tenemos que dejar de ser nosotros para generar oportunidades para la gente y para la tierra”, añadió.

Esa necesidad de crear identidad con el patrimonio para convertirlo en motor de desarrollo también fue uno de los motivos que llevó a la chef colombiana Leonor Espinosa a crear su fundación FUNLEO. “Uno no puede pensar en generar desarrollo sin generar sentido de pertenencia”, dijo Espinosa. Contó que cuando visitaba comunidades para investigar acerca de su tradición culinaria le sorprendía que su hospitalidad la manifestaban preparando platos de otros litorales y no los de ellos.

Durante estos viajes evidenció que la mayoría de estas comunidades tenían problemas de acceso a los alimentos por factores como la violencia, el narcotráfico, la deforestación y la contaminación, pero que tenían una gran biodiversidad. “Me generaba conflicto que una comunidad con esa riqueza biológica tuviera esos problemas de pobreza monetaria”. Este fue el punto de partida para crear los programas que hoy lidera FUNLEO, donde predomina la construcción de oportunidades en comunidades indígenas y afro a partir de su patrimonio cultural y biológico.

Estas iniciativas sociales originarias de empresarios y profesionales de la alta cocina demuestran que hay un potencial en el propio territorio para contribuir al desarrollo que, además, es muy atractivo para reencontrar la Colombia urbana con la rural.

2. Innovar y capitalizar

La implementación de la Reforma Rural Integral (RRI), incluida en el Acuerdo de Paz firmado entre el Gobierno colombiano y las FARC, presenta una oportunidad para superar la pobreza y disminuir la desigualdad, pero requiere el esfuerzo conjunto del Estado, el sector privado, los organismos internacionales y de la sociedad civil.

Una forma de aprovechar esta oportunidad es con innovación para transformar el patrimonio en fuentes económicas en el sector rural. Esta estrategia fue un denominador común entre los proyectos compartidos durante la sesión.

Tras  identificar las necesidades de las comunidades por medio de su investigación, Leonor Espinosa ideó un proyecto sustentable para que las personas entendieran que el valor patrimonial de su tradición sí puede convertirse en desarrollo.

En Coquí, Chocó, a las orillas del Pacífico en una comunidad de 150 habitantes que viven en pobreza monetaria, FUNLEO creó un centro integral de gastronomía en el que funciona un restaurante, un centro de producción de aceite de coco y arroz, y un invernadero para cultivar especies locales.

Así mismo, la fundación desarrolla en Coquí un proyecto interdisciplinario con agencias de turismo, dado que desde ahí es posible experimentar el avistamiento de ballenas yubartas o jorobadas. También en el centro integral se producen bebidas fermentadas de origen indígena y afro que se ofrecen como maridaje en el restaurante. Todo esto ha permitido que la comunidad reconozca el potencial de su territorio como destino de turismo ecológico y gastronómico. “Trabajamos para innovar a partir del patrimonio biológico de las especies locales que pueden ser adaptables a la culinaria y generamos con todos estos productos un menú único y oportunidades comerciales para pequeños productores”, dijo Espinosa.

Este modelo de creación de oportunidades a partir de la innovación con el patrimonio también fue la plataforma para crear un proyecto que busca conservar una de las tradiciones musicales más representativas del folclor colombiano, la cumbia. El proyecto “Bosque Sonoro” implementado en el Carmen de Bolívar consiste en la creación de una reserva de dos hectáreas para cultivar especies que se utilizan para fabricar los instrumentos de la cumbia, como la Palma de Corozo, con la que se hacen guacharacas.

La iniciativa “Bosque Sonoro” surgió con el apoyo de Crepes & Waffles, la banda Monsieur Periné, la ONG Patrimonio Natural y la Escuela de Música Lucho Bermúdez, en Montes de María. “La economía es un subsistema de la ecología. Los bosques no solo regalan la vida, también nos dan cultura. Este ecosistema en Montes de María nos da la cumbia”, dijo Macía.

El éxito de esas iniciativas demuestra que la transformación no debe ser una amenaza para las tradiciones de las comunidades rurales siempre que existan fórmulas innovadoras para adaptar sus dinámicas a las del país.

3. Investigar y trabajar con los protagonistas

“Hoy los campesinos en Colombia aportan más del 60 por ciento del valor de la producción agrícola colombiana, 25 por ciento de la pecuaria y más de una tercera parte de todo lo que nos comemos,” dijo Jaime Forero, director del Observatorio Rural de la Universidad de La Salle de Bogotá.

Forero, quien ha dedicado su vida a la investigación del mundo agrario y campesino y que ha visitado más de 1.500 fincas para estudiar la producción campesina y empresarial en Colombia y otros países, admitió que cuando era un estudiante defendía la idea de que el desarrollo no iba a hacer viable la existencia de los campesinos. “Hoy cuando salgo al campo a estudiar a los campesinos veo que están ahí, que están vivos y encuentro que desarrollan estrategias para sobrevivir y defenderse, y que se adaptan a las condiciones ecosistémicas y al mercado”, añadió.

En este momento de transformación económica del país a partir de lo rural resulta necesario que quienes trabajan en la industria del agro y quienes formulan las políticas públicas actúen de la mano de la comunidad campesina y la hagan partícipe en el proceso con su experiencia, lo que representa una oportunidad para el encuentro entre lo rural y lo urbano.

Jaime Forero tuvo la oportunidad de estudiar la altillanura de los Llanos Orientales, una tierra que desde el punto de vista agrario es de las peores que tiene el país y donde se han dado modelos agroindustriales a gran escala para poder intervenir. Ahí conoció a un campesino que ha desarrollado su propia agricultura familiar y ha hecho sus propias fincas sin la tutoría de la agroindustria. “Restauró a su propia manera suelos que supuestamente solo se corrigen con inversión agrícola. Además, construyó un modelo de agricultura con una gran diversidad de productos y un sistemas de producción económicamente exitoso que supera hasta cinco veces la línea de pobreza”, dijo Forero.

El trabajo entre campesinos y empresarios también puede contribuir a idear fórmulas y herramientas para alcanzar esa meta de convertir a Colombia en una potencia productiva, sin sacrificar su biodiversidad. Según el experto, los campesinos colombianos han demostrado por años que ellos son capaces de adaptarse, construir sistemas de producción y generar gran parte de la oferta alimentaria para el país y el mundo.

“En Colombia tenemos cultivadas aproximadamente 9 millones de hectáreas y hay 20 millones por cultivar, que se usan solo en ganadería extensiva. El potencial es enorme, cabemos todos, pero también podemos destruir el ecosistema entre todos”.

En el mismo sentido, la gran pregunta que ha guiado el trabajo de Felipe Macía  es cómo evolucionar de una cultura y economía que está acabando con los fundamentos ecológicos de la tierra a una cultura y economía que comience a restaurarlos. Hasta ahora, en su búsqueda de respuestas a este interrogante, ha encontrado que las alianzas con los pequeños productores permiten cambiar la forma en que comemos y en que se producen los alimentos.

En Creppes & Waffles existe un sistema de compra para que los productos que utiliza el restaurante vengan de pequeños productores, y así ayudarlos a reconectar con el mundo urbano.

Leonor Espinosa, dentro de su proyecto en Coquí, también ha apostado por la investigación y en el centro de gastronomía hay un estudio biológico de especies promisorias que se pueden adaptar a la culinaria y que incluso ya se usa en sus restaurantes. Entre los resultados obtenidos han identificado que en el sur del Pacífico, por ejemplo, se dan especies como vainilla y canela.

De esta forma, estos expertos están creando más oportunidades para la población rural fomentado el acceso a productos de mayor calidad al resto del país, una de las formas de conectar Colombia como territorio a través de sus productos.

–Este artículo fue producido como parte de la alianza entre la FNPI y la FAO para promover el debate sobre la transformación del campo colombiano.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

Eduardo Salles, director de Pictoline

Pictoline, o la disrupción frente a los medios tradicionales en el siglo XXI

Eduardo Salles, director de Pictoline, durante la charla Pictoline: crear en la era de la distracción Foto: Julián Roldán/ FNPI.

Por Daniel Torrealba / @Danfebres

“Es una pérdida de tiempo”, así calificó Eduardo Salles, director y co-fundador de Pictoline, el tratar de enseñarles a los asistentes de la charla ‘Pictoline: crear en la era de la distracción’ cómo crear sus propios pictolines. ¿El motivo? Le estaría haciendo el juego a un fenómeno que ve en los formatos la tabla de salvación. No hay nada que pueda estar más alejado de la verdad, por lo menos para el ilustrador y diseñador mexicano: “Cuando te quedas con el formato y no entiendes la raíz de cómo un medio o un nuevo producto periodístico llegó a una determinada solución, lo único que haces es replicar algo que no entiendes y postergar tu fin inevitable”.

Ese fue el punto de partida de la charla que se llevó a cabo en el Salón Restrepo, en el Jardín Botánico de Medellín, durante el segundo día del #FestivalGabo2018. ¿Qué siguió? Un análisis para entender los problemas a los que se enfrentan, hoy en día, los diferentes procesos comunicativos, a través de tres puntos fundamentales:

Modelo de negocio

Para Salles existe un desfase entre la propuesta de valor que ofrecen los medios de comunicación y su modelo de negocios. ¿A qué se debe esto? A que no han sabido encajar la bofetada que les propinó internet al arrebatarles el modelo de distribución y permitir que la información llegara a coste cero a cada usuario.

Explicada al detalle la idea del director de Pictoline iría así:

  1. Antes de internet existía una barrera de distribución y tecnológica.
  2. Los medios las aprovecharon para crear audiencias cautivas.
  3. Al llegar internet estas barreras explotan, permitiendo a cada usuario crear contenido.
  4. Facebook y Google aprovechan esto y crean algoritmos capaces de ofrecer contenido que los usuarios quieren consumir y que, no olvidemos, ya no solo crean los medios.

Esta nueva dinámica lleva a que los medios pierdan buena parte de su audiencia y, como solución, solo den “patadas de ahogados”, según señala Eduardo Salles, al intentar “mantener su viejo modelo de negocios, que consiste en la venta de publicidad”. La manera que encuentran para lograrlo es consiguiendo, comprando, inventando más seguidores o aprovechándose y/o engañando a los algoritmos de distintas plataformas.

En pocas palabras, se metieron en un “círculo vicioso” del que todavía muchos no han logrado salir, según destaca el creador mexicano. Como respuesta a esta situación Salles plantea dos alternativas:

  1. Replantear la propuesta de valor de los medios.
  2. Alinearla a un modelo de negocios que sea viable.

Eduardo Salles indicó que la propuesta de valor de Pictoline es diseñar información, lo cual es relevante tanto para el New York Times como para cualquier marca comercial y su modelo de negocios es el diseño de la información, que sigue siendo relevante para el medio norteamericano como para muchas marcas comerciales. Así, por ejemplo, se pasa de un círculo vicioso a uno virtuoso, según la experiencia del ilustrador y diseñador.

Dinámica de la información

“En 2002 la humanidad produjo 23 exabytes de información. Esa misma cantidad de contenido se creó en solo siete días de 2011. ¿Imaginen cuánta cantidad de información somos capaces de producir hoy en una hora”, con este ejemplo Salles demostró la cantidad abismal de contenido a la que nos enfrentamos en la actualidad.

El mexicano destacó que esta sobreproducción de contenidos ha hecho que pasemos de una atención dedicada a un consumo múltiple, que ocurre a todas horas y en todo momento: al ver una serie de TV también estás en Twitter y no te detienes al encontrar un meme que envías por Whatsapp, para luego crear una historia en Instagram, por ejemplo.

¿Qué ha conseguido el exceso de información para Salles? Que seamos cada vez más selectivos con lo que consumimos y que desechemos, de forma cada vez más recurrente, lo que no nos interesa. Es decir, ahora el usuario tiene el poder y puede decidir qué ve, cuándo lo ve y quién se lo dice.

Esta dinámica también perjudicó a los medios, pues antes de la llegada del internet, sobre ellos recaía la responsabilidad de crear contenido. “Se perdió el poder de decidir quién tiene la palabra y quién no. Ese fue un golpe muy duro para el viejo modelo comunicacional”, añadió Salles.

Para el cofundador de Pictoline esta es otra de las razones por la que las empresas tecnológicas le están ganando la batalla a los medios de comunicación: las empresas de Silicon Valley se preocuparon por la experiencia de usuario y por crear interfaces sencillas para que las personas pudieran entender y encontrar información relevante para ellos.

Por contra, ¿qué hicieron los medios? Se encerraron en su burbuja pensando que este cambio iba a ser temporal, que el orden impuesto hace décadas iba a prevalecer y, cuando se dieron cuenta que esto no iba a pasar, ya se había creado una desconexión muy grande entre medios y usuarios, según destacó el mexicano.

¿Qué solución encuentra Salles para este problema que enfrentan los medios? Que creen y desarrollen nuevos productos periodísticos, con base en las necesidades de los usuarios en su contexto actual. Es decir, que piensen en cómo las audiencias y los usuarios quieren consumir información hoy en día.

Paradigmas de creación

“Antes los creadores de contenidos eran unos cuantos y ellos eran el centro. El punto de vista que valía e importaba era el del creador. Ahora, en el nuevo modelo, esto quedó obsoleto. Con el cambio de poderes que trajo el mundo digital pasó el usuario a ser el centro”, destacó Salles al hablar del último problema al que se enfrentan quienes deciden crear un proceso comunicativo.

¿Qué hay que hacer ahora? Para Salles la respuesta es fácil: crear, desarrollar y diseñar en función al usuario, porque en el siglo XXI la atención y la relevancia no se merecen, se ganan.

El mexicano considera que este cambio de paradigma puede ser lo más difícil de entender, por eso plantea que al momento de intentar crear algo se deben responder las siguientes preguntas:

  • – ¿Cómo afecta esto al público al que le voy a llegar?
    – ¿Cuáles son las preocupaciones y necesidades del usuario?
    – ¿Qué conflictos va a tener el usuario con la información que le voy a dar?
  • Después de responder estas preguntas ya puedes crear, pues el objetivo para que las personas se interesen en ti es que tú, primero, te intereses en ellas.

El mexicano aclara que detrás de este planteamiento no hay nada científico, sino que es un principio básico del cual los medios no pueden escapar. Hay que pensar en:

– ¿Quién es el usuario?
– ¿Cómo el usuario usa la información?
– ¿Cuál es el contexto en el que la información ocurre?

Eduardo Salles volvió sobre el inicio y estableció que los tres ejes fundamentales para llegar a soluciones interesantes dentro de los procesos comunicativos son:

  1. Generar una oferta de valor que parta de las personas.
  2. Crear una experiencia de usuario que lo vuelva deseable.
  3. Hacer un modelo de negocio que lo haga viable.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos SURA y Bancolombia con su filiales en América Latina.

engagement y audiencias en el periodismo

En la era del ‘engagement’, ¿en qué consiste tener una buena relación con las audiencias?

Pedro Burgos, Antonio J. Rodríguez, Margarita Barrero, Carolina Robino, Eduardo Salles y Alejandra Cruz en la charla ‘El misterio de las audiencias: más allá del engagement. Foto: Julián Roldán/ FNPI.

Por Daniel Torrealba / @Danfebres

La charla ‘El misterio de las audiencias: más allá del engagement‘, que se llevó a cabo el segundo día del #FestivalGabo2018, en el Orquideorama del Jardín Botánico de Medellín, abrió el debate sobre la relación que debe existir entre los medios y las audiencias en línea de cara al futuro, la sostenibilidad y la independencia de la industria periodística.

En este conversatorio compartieron panel Eduardo Salles, director y co-fundador de Pictoline; Carolina Robino, editora general de BBC Mundo; Antonio Rodríguez, fundador y editor de PlayGround; Pedro Burgos, fundador de Impacto.jor; y Margarita Barrero, quien durante 2016 fue directora de la estrategia digital de la Presidencia de la República y lideró la campaña de redes sociales del Acuerdo de Paz. Ellos conversaron con Alejandra Cruz, directora del Taller del Nuevo Periodismo FNPI.

El debate:

El gran reto para el periodismo de hoy en día es entender quiénes hacen parte de nuestras audiencias y construir con ellos una relación duradera. Ahora, ¿en qué consiste tener una buena relación con los usuarios?

Los puntos de vista:

– Margarita Barrero: Nuestro papel en estos momentos como medio de comunicación es ver a a la audiencia como una comunidad. Se debe crear un vínculo que sea más fuerte que la interacción, lo importante es lograr que los usuarios se identifiquen con lo que ustedes hacen, te sigan y crean. La relación entre el medio y la audiencia debe ser como una relación de pareja: hay que conquistarlos, sorprenderlos, hacer que no se aburran y te crean, porque el día en que esta relación de pareja se rompe, ellos se van. Debemos conocer qué les interesa a los usuarios y qué no. Hacernos esas preguntas y ser capaces de revisarlas y contestarlas es nuestra función. En fin, debemos hacer de las audiencias una fuente primaria de nuestro trabajo, casi que uno más de nuestros compañeros.

– Pedro Burgos: Cada medio tiene que saber cuál es la relación que tiene con los lectores y así conocer qué quiere lograr en la audiencia con cada publicación que realice. Es muy importante pensar en el propósito y saber si quieres que quienes te lean se conviertan en tus donadores, suscriptores o un par de ojos que sirvan para la publicidad. Es por esto que las métricas de análisis no pueden ser las mismas para todos los medios, deben depender del modelo de negocio y la relación con los lectores.

– Carolina Robino: Considero que las audiencias, en estos momentos, son menos misteriosas que nunca, gracias a todas las herramientas que existen y que nos permiten conocer más de ellas. Puedes conocer de dónde te leen, cuánto te leen y qué temas leen, por ejemplo. Además, la BBC Mundo tiene un modelo único: la audiencia la financia y por eso siempre pensamos en ellos, son el centro de todo. Eso hace que nos preguntemos todos los días: 1) ¿qué vamos a escribir?, 2) ¿por qué creemos que eso es relevante? y 3) ¿cómo se lo hago relevante a la audiencia? Por otro lado, para nosotros no es una opción no interactuar con los usuarios. Estamos obligados a contestarles.

– Eduardo Salles: Hay que partir de que las audiencias no son algo nuevo para los medios de comunicación, siempre han dependido de ellas. Esa relación siempre ha existido. Ahora, sí hay que entender que el contexto tecnológico propició una nueva relación entre los medios y sus usuarios que hay que buscar entender. En el momento actual la audiencia está mucho más empoderada y decide qué, cuándo y cómo consume la información.

– Antonio Rodríguez: El engagement se puede definir como la unidad mínima de relación emocional entre un medio y su comunidad. Si se entiende cómo interactúa esta audiencia con el medio, se puede construir, a mediano y largo plazo, una oferta de consumo digital a través de una identidad que es muy importante trabajarla. Se debe construir una relación estable con las audiencias.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos SURA y Bancolombia con su filiales en América Latina.

periodismo performatico

¿Qué es el periodismo performático?

Sebastián Hacher y Sol Dinerstein durante la charla ‘Periodismo performático: la palabra ya no tiene el poder’. Foto: Julián Roldán/ FNPI.

Por Daniel Torrealba / @Danfebres

La palabra ya no tiene poder. Esa es la consigna que, desde la revista Anfibia, da rienda suelta al periodismo performático. Ahora, ¿qué es esto? En la revista argentina, dirigida por Cristian Alarcón, lo aproximan a algo que se encuentra en la “frontera entre el periodismo y el arte, entre el relato y la acción”.

Para conocer más detalles sobre esta nueva corriente del periodismo, alrededor de 300 personas asistieron a la charla ‘Periodismo performático: la palabra ya no tiene poder’, que se realizó el segundo día del #FestivalGabo2018 en el salón Restrepo del Jardín Botánico, en Medellín.

Aquí los ponentes argentinos Sebastián Hacher, editor de Cosecha Roja, y Sol Dinerstein, productora ejecutiva de Anfibia, se enfocaron en responder las siguientes preguntas: ¿Es cierto que la palabra ya no tiene el poder? ¿Es legítimo que lo creativo forme parte de un proceso periodístico?

 

Así nace el periodismo performático

“El laboratorio de periodismo performático es un proyecto de poco más de un año y nace a raíz de una convocatoria de Casa Sofía [un proyecto político culturar y político], que nos propuso hacer talleres de formación de periodistas. Esto, desde Anfibia, lo venimos haciendo desde hace años y por eso decidimos redoblar la apuesta y pensar en algo innovador para narrar la realidad. Así surge la idea de convocar a un laboratorio de periodismo performático”, señala Sebastián Hacher.

Desde Anfibia creen que hemos migrado a un mundo de imágenes, donde la palabra ha ido perdiendo, poco a poco, poder. Por eso ellos se están preocupando por encontrar nuevas gramáticas para narrar lo real, para apropiarse de la realidad y poder contarla.

“La idea fue convocar a periodistas y artistas para que trabajen juntos y creen algo nuevo: cosas que puedan romper la pantalla y generar nuevas sensaciones en la audiencia”, señaló el editor de Cosecha Roja. Además, añadió que el objetivo es “conmover a nuestras audiencias hiperestimuladas, hiperconectadas, hipercultas e hipercríticas”.

La convocatoria para el laboratorio de periodismo performático

Sol Dinerstein señaló que 194 proyectos se postularon, en marzo de este año, para hacer parte del laboratorio, en una convocatoria que estuvo abierta por espacio de un mes.

Solo seis proyectos fueron seleccionados durante esta primera convocatoria y los ganadores los dieron a conocer durante la 44a edición de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires:

Laberintos de cristal: La performance hace foco en los movimientos de las mujeres para encontrar su lugar dentro del poder judicial.

Sur delta: El arte urbano es su lenguaje, las redes sociales y las calles son el territorio donde disputa el discurso público. Ellos intervienen con acciones performáticas sobre los temas calientes de la agenda.

Sinfonía big data: Una performance escénica múltiple que investiga el fenómeno socio-tecnológico del big data, abordando los enfoques y conceptos de la psicopolítica, vigilancia y publicidad en diálogo con las reverberaciones político-tecnológicas tanto a nivel internacional como local.

Con toda la muerte al aire: Una instalación performática que reconstruye el femicidio e invita a sumergirse en el relato y en las ambigüedades que rodean a todo acto de violencia.

Micropolítica de la supervivencia gorda: Esta performance comparte visiones, porciones y fragmentos de cuerpos gordos sobreviviendo en un sistema neoliberal magro. Trae voces, genera representaciones, jaquea palabras y hace intervenciones que buscan habilitar nuevas formas de recorridos deseantes sobre los cuerpos y nuevas formas de ser gordo en el mundo.

Voces disidentes: La performance invita al público a ingresar en un túnel: se escuchan incesantemente fragmentos de discursos naturalizados que contribuyen a la generación de desigualdades en nuestra sociedad.

“Después de la ceremonia iniciamos un periodo de workshops muy intensos y nos reunimos con cada uno de los proyectos una vez por semana. Fue un proceso laborioso que nos obligó a salir de nuestros lugares de confort como periodistas y narradores. Tratamos de aprender a vivir en la tensión entre el arte y el periodismo; tratamos de vivir en esa frontera”, contó Hacher.

Desde Anfibia comentan que tenían claro lo que no querían que fuera el periodismo performático: 1) un periodismo bonito y 2) arte con información. Bajo esas premisas han trabajado durante todos estos meses con los distintos proyectos, que en el último trimestre de 2018 empezarán a mostrar sus resultados en la ciudad de Buenos Aires y a través de redes sociales.

¿Por qué esto es periodismo?

Esa fue la primera pregunta de uno de los asistentes a la charla y fue respondida por Sebastián Hacher: “Primero porque hay una investigación detrás. O sea, todos estos trabajos tienen fuentes, entrevistas, inmersión, etc. Lo que estamos haciendo es cambiar la manera en que esa información se procesa. Así como antes apelamos a las herramientas de la narrativa clásica y de la ficción para contar lo que investigamos, ahora queremos hacerlo a través del arte. Apostamos a un cambio profundo en el que presentamos la investigación. Es un tema de lenguaje”.

Hacher aclaró que una de las características de Anfibia es intentar encontrar formas innovadoras para narrar lo complejo, por eso con el proyecto de periodismo performático están pasando de la investigación a la narración y de la interpretación a la creación.

 

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos SURA y Bancolombia con su filiales en América Latina.

Continente Cautivo

15.000 asistentes vivieron el Festival Gabo 2018

Foto: Joaquín Sarmiento/FNPI.

Durante tres días Medellín fue la capital del periodismo iberoamericano siendo sede de la sexta edición del Festival Gabo, que en esta ocasión compiló todas las historias detrás del relato para contárselas a los 15.000 asistentes que vivieron las 75 actividades realizadas en once espacios de la ciudad, distribuidos en el Jardín Botánico, el Parque Explora, el Museo de Arte Moderno, Casa Museo de la Memoria y seis universidades: Eafit, Universidad de Antioquia, Universidad Católica Luis Amigó, Universidad de Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana y el Instituto Tecnológico Metropolitano (ITM).

Los 150 invitados que le dijeron sí a la cita anual con el periodismo de excelencia, de innovación y con coherencia ética expusieron sus vivencias, experiencias y saberes frente a las audiencias que tuvieron la oportunidad de interactuar con ellos, además de preguntarles sobre los temas de este oficio que le interesan a la región.

Durante la mañana del primer día, en la Maratón de las mejores historias de Iberoamérica, se revelaron los procesos y las experiencias de los finalistas de las cuatro categorías de concurso —Texto, Imagen, Cobertura e Innovación— y los medios que utilizaron para lograr una historia que fuera finalista de este galardón, considerado el mejor del periodismo iberoamericano.

Esa tarde la lluvia no fue impedimento para que siguieran las actividades del Festival Gabo. Con paraguas en mano llegaron los asistentes para escuchar las charlas de Masha Gessen, Antonio J. Rodríguez, Carolina Robino, María Elena Salinas, Gonzalo Celorio, Ignacio Escolar, Alonso Sánchez Baute, Jineth Bedoya, Leila Guerriero, Álex Grijelmo y todos los invitados que hicieron parte del itinerario del día uno.

El día dos del Festival Gabo comenzó con actividades variadas de Premio Gabo, Periodismo de tú a tú y la Cocina del Periodismo, con la participación de Martín Rodríguez Pellecer, Eduardo Salles, Carolina Torreblanca, Pedro Burgos, Patricia Nieto, quienes hablaron de los proyectos periodísticos más innovadores, en un formato en el que primó la interacción con la audiencia.

Esta jornada estuvo enmarcada por la ceremonia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2018, en la que se exaltaron los mejores trabajos periodísticos de Iberoamérica. Allí se conocieron las historias ganadoras de las cuatro categorías: Un niño manchado de petróleo, en Texto; Memoria, verdad y justicia para las pibas, en Imagen; Venezuela a la Fuga, en Cobertura; y Los desterrados del Chaco, en Innovación. Así mismo, se hizo entrega de los reconocimientos Clemente Manuel Zabala, a Diego Martínez Lloreda, director de información del diario El País, de Cali; y a la Excelencia al periodista español Ignacio Escolar, director de eldiario.es.

A lo largo de los tres días del Festival Gabo, las muestras fueron permanentes para los asistentes, entre ellas ‘Africamericanos’, una exposición colectiva que incluyó fotografías de Liliana Angulo, Maya Goded, Sandra Eleta, Jorge Panchoaga, Cristina de Middel y Bruno Morais, con la curaduría de Claudi Carreras y Germán Rey, y el ciclo de documentales de Caio Cavechini, que incluyó tres proyecciones de sus mejores trabajos.

La ética periodística tuvo su espacio con Javier Darío Restrepo, Mónica González, Jorge Cardona, Gumersindo Lafuente y otros invitados que hicieron parte de las actividades del tercer día del Festival Gabo 2018. En simultáneo todos los escenarios del evento recibieron a invitados y asistentes para cumplir las últimas actividades del Festival, que cerró con la tertulia musical en homenaje a Gabo, con los vallenatos de Leandro Díaz.

Alonso Sánchez Baute, Ariel Castillo, Marina Quintero e Ivo Díaz, hijo del fallecido juglar vallenato, expusieron las similitudes que tenía el compositor de canciones como Matilde Lina y La diosa coronada con Gabriel García Márquez, mientras interpretaban las canciones de Díaz.

Fueron tres días en los que se respiró periodismo, cheveridad, arte y cultura en Medellín, en esta fiesta de historias para mentes curiosas que honra el legado periodístico de Gabriel García Márquez.

La invención del personaje: entre las tripas y el conflicto

Alonso Sánchez Baute (Colombia), Ariel Castillo (Colombia) y Gonzalo Celorio (México). Foto: Julián Roldán/ FNPI

Por: Orlando Oliveros Acosta,  @orlandojoseoa

Todas las buenas historias de la literatura exigen siempre buenos personajes, seres únicos que permanezcan en la memoria del lector y mantengan vivo el interés por el relato. Con esta premisa, los escritores Gonzalo Celorio (México) y Alonso Sánchez Baute (Colombia) dieron inicio a su diálogo en el Festival Gabo, titulado Investigación y construcción de personajes para las historias de ficción. La discusión, que fue moderada por el crítico literario Ariel Castillo (Colombia), tuvo como referente la obra del colombiano Gabriel García Márquez y su constelación de personajes extravagantes donde es posible encontrar esposas asmáticas, alcaldes con dolor de muelas y sacerdotes que levitan con chocolate caliente.

En poco más de sesenta minutos, los tres participantes reflexionaron sobre el perfil sicológico de los protagonistas de una narración, los secretos de su seducción y otros aspectos importantes de su composición moral. Al final, estas fueron las conclusiones que dejaron:

Un buen personaje nace de las tripas de su autor

Ernesto Sábato decía que los personajes principales de una novela salen del alma de su creador. Para Alonso Sánchez Baute, este nacimiento no se da en el alma, sino en las tripas. “El protagonista de la novela Al diablo la maldita primavera es un personaje ensangrentado que deja a su alrededor pura sangre íntima”, afirmó. Un personaje que se cuenta desde las vísceras adquiere fortaleza y presencia en la narración. Para llegar a ello, es necesario que el escritor se enfrente a la imagen de sí mismo que refleja el espejo de la escritura y sea capaz de sobrellevar la vergüenza de reconocerse. “Es el autor como un personaje de sus propias novelas”, comentó Gonzalo Celorio, “y eso muchas veces es difícil porque exige una desnudez que suele ser limitada por el pudor. Consiste en salir a la calle encuerado”.

Personajes que exorcizan conflictos

Toda novela brota de un conflicto que no se resuelve conversando con un amigo y que solo encuentra alguna compensación en la escritura. Extraños herederos del escritor, los personajes se apropian de los conflictos de su autor, los sacan a flote, los ponen en la escena de la ficción literaria y los exorcizan para siempre, trasladando sus problemas a los lectores. “Cuando un escritor termina de escribir su novela, ese conflicto ya no le pertenece, lo saca de su pecho para ponerlo en el del lector. Ahora, ¿por qué leemos? La lectura es un raro acto de masoquismo donde hacemos nuestros los conflictos que no nos pertenecen, acercándonos más a la condición humana”, concluyó Gonzalo Celorio.

La vida real, la vida prestada y la vida ficticia

Las personas cercanas a un escritor también pueden servir como fuente de inspiración para crear personajes literarios. Se trata de seres extraídos de la vida real. Sobre esto, Ariel Castillo recordó al doctor Octavio Giraldo, personaje de La mala hora que García Márquez construye basándose en un médico argelino que conoció en una cárcel de París a mediados del siglo XX. Este tipo de personajes, insiste Sánchez Baute, demandan una investigación minuciosa donde la observación se convierte en una cualidad indispensable del escritor.

Es recomendable que quien elabora un personaje con una composición moral distinta a la suya ‘tome prestado’ los conflictos de los demás. Con una vida prestada al servicio de la ficción, el autor puede explorar atributos hasta entonces desconocidos de la condición humana. “Uno escribe para tratar entender lo que no sabemos, cómo funciona el mundo, cómo funciona la humanidad y cómo funciona uno mismo”, enfatizó Sánchez Baute.

Personajes que se salen de las manos

Durante la escritura de un cuento o una novela el control que ejerce el escritor sobre las acciones de sus personajes es limitado. En las buenas narraciones, tarde o temprano los personajes se liberan de su autor y actúan por su cuenta. “Uno puede crear un personaje con total consciencia, pero llega un momento en que el personaje cobra autonomía y uno se vuelve un cronista de lo que al personaje se le ocurre hacer. Se invierten los papeles entre el escritor y el personaje, termina este último mandando al escritor” advirtió Gonzalo Celorio.

Dejar que un personaje se desenvuelva por sí solo en la trama de un relato implica conducirlo hacia un lenguaje personal, complejo, donde su voz sea tan natural y exclusiva que pueda generar una impresión perdurable en el lector. Cuando el escritor descubre la voz de sus personajes, está descubriendo su destino en la historia.

Revive la charla aquí:

https://www.facebook.com/CentroGaboOficial/videos/322469078517888/

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

Taller con Carolina Robino en el Festival Gabo (Foto Joaquín Sarmiento/FNPI).

7 consejos para hallar nuevos ángulos en las historias periodísticas

Carolina Robino, directora de la BBC Mundo, durante el taller que dirigió en el Festival Gabo. Foto Joaquín Sarmiento/FNPI.

Por Sebastián Aguirre Eastman, @aguirresebas

Durante cuatro horas, la periodista chilena Carolina Robino, directora de BBC Mundo, compartió su experiencia con los asistentes al taller ‘¿Cómo encontrar ángulos distintos para tus historias periodísticas?’, realizado el 5 de octubre en Medellín, durante el Festival Gabo 2018.

1. Entender a la audiencia y saber para quién están escribiendo. En muchas ocasiones los periodistas, sugirió Robino, viven dentro de una burbuja y confunden su realidad con la del mundo real. Por eso, antes de escribir una historia, deben hacer un proceso mental y pensar primero en quiénes serán los que leerán su artículo. Además, aconsejó “no pensar en escribir para otros periodistas”, un error en el que los profesionales del medio caen con mucha frecuencia, pues si lo hacen de esa manera se llenarán de problemas que no existen, como por ejemplo “eso ya lo publicó X medio”.

2. Los ángulos están en todas partes. La vida cotidiana es fuente constante de nuevos enfoques para sus historias. Los pueden encontrar en las conversaciones que sostengan con sus familiares, con sus amigos, mientras comen algo, leyendo un informe, durante una fiesta y, clave, haciéndose preguntas todo el tiempo de todo lo que se les ocurra.

A partir de ahí suelen surgir historias interesantes que les pueden atraer a sus audiencias. En este asunto es clave mantener siempre el sentido curioso, escuchar a quienes tienen opiniones distintas y se hacen otro tipo de preguntas sobre determinados temas. Allí pueden surgir nuevos enfoques.

Taller con Carolina Robino en el Festival Gabo (Foto Joaquín Sarmiento/FNPI).
“Los títulos en medios digitales tienen que invitar a dar clic, si no, no sirven para nada”, dijo Carolina Robino de la BBC Mundo. Foto Joaquín Sarmiento/FNPI.

 

3. Responder tres preguntas claves. La directora de BBC Mundo considera que hay tres cuestionamientos que el redactor debe hacerse antes de abordar su artículo. ¿Para quién es esto? ¿Por qué creo que es relevante? ¿Cómo se lo hago relevante? Puede ser que el tema que hayan escogido sea muy interesante, pero si no lo es para la audiencia el esfuerzo se echará a perder. “La guerra en Siria es importante, pero ¿cómo puedo convertirlo en un tema que le importe a quienes me van a leer?”, advierte. 

4. Atreverse a romper los prejuicios. Los periodistas suelen considerar que hay cosas que “todo el mundo” ya las conoce, ya las domina, pero Carolina Robino afirma que “todo el mundo es mucha gente”, por eso durante el taller en el Festival Gabo invitó a los participantes a dejar atrás los prejuicios y, de nuevo, pensar en las audiencias y salirse de la burbuja de su propia realidad.

Taller con Carolina Robino en el Festival Gabo (Foto Joaquín Sarmiento/FNPI).
Carolina Robino compartió experiencias exitosas de historias contadas con ángulos diferentes que las audiencias recibieron de muy buena manera en sus publicaciones. Foto Joaquín Sarmiento/FNPI.

 

5. El formato es otro ángulo. Un prejuicio, uno más, que tienen los periodistas es que si una historia ya se contó una vez, no se puede volver a repetir, pese a que hay muchas maneras de conseguir contarla desde un ángulo diferente, incluyendo los formatos.

Puede ser incluso la misma historia, sin agregarle o quitarle nada, pero hecha con un formato distinto. Por ejemplo, si en su primera versión fue elaborada en texto, otra en video puede servir para enriquecer la nota y contar detalles que en la versión impresa no es posible.

6. No teman repetir historias. En la actualidad, las audiencias cambian constantemente, más en los ámbitos virtuales. Por esta razón puede haber historias que, sin importar si antes fueron publicadas, puedan funcionar de nuevo. “Hay que perderle el miedo a esto. Siempre habrá públicos nuevos”, dijo Robino.

7. Un buen título es como un buena envoltura de regalo. Nada saldrá bien si el encabezado no es atractivo, si no es ‘cliqueable’, si no invita a acceder a él. Hay que saber escoger muy bien el ‘papel’ con el que lo empacará. “Este será el mejor ángulo que podrán encontrar”, cerró Carolina.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

Taller de Relato y Cocina en el Festival Gabo (Foto Joaquín Sarmiento/FNPI)

¿Por qué el periodismo gastronómico perdió el valor de la palabra y privilegia la imagen?

Benjamín Lana y Andoni Luis Aduriz en el taller Relato y  cocina del Festival Gabo 2018. Foto: Joaquín Sarmiento/FNPI.

Por Sebastián Aguirre Eastman, @aguirresebas

Los españoles Andoni Luis Aduriz, chef y propietario del restaurante Mugaritz -reseñado como uno de los diez mejores del mundo-, y el periodista culinario Benjamín Lana dirigieron la mañana del 5 de octubre el taller Relato y cocina, en el que compartieron con los asistentes sus claves para desarrollar un proceso creativo del cocinero y el periodista para contarle al público relatos periodístico-gastronómicos.

El encuentro sirvió como excusa para debatir sobre la actualidad del periodismo gastronómico, que como consecuencia de la explosión de nuevos medios que habitan en blogs y redes sociales, en opinión de Benjamín Lana, han de algún modo desvirtuado este oficio que, históricamente, tuvo muchos vínculos con el periodismo literario y narrativo.

Lana expuso un recorrido desde el siglo XIX hasta el presente con nombres de cocineros y relatores que fueron artífices, entre otras publicaciones, de guías de cocina, ensayos culinarios y revistas especializadas, como por ejemplo el francés Grimod de la Reyniere, considerado el primer periodista gastronómico. 

Taller de Relato y Cocina en el Festival Gabo (Foto Joaquín Sarmiento/FNPI)
Andoni Luis Aduriz, chef del restaurante Mugaritz en España. Foto Joaquín Sarmiento/FNPI.

 

A propósito de la discusión, presentamos algunos de los comentarios expuestos por Andoni y Benajamín durante el taller.

El debate

¿Cuáles son los pecados del periodismo gastronómico en la actualidad?

Los puntos de vista

Benjamín Lana

“Las críticas gastronómicas que se hacían en Europa a mediados del siglo XIX constaban de un relato en el que, en ocasiones, algunas publicaciones se inventaban un cocinero que no existía, que planteaban debates alrededor de la gastronomía; incluso, en ocasiones, eran críticos que provenían del teatro. Había mucha ironía, burla, bromas, pero era un género literario muy interesante que generaba mucha expectativa. El público esperaba diez días para leer la nota, en tiempos que no habían redes sociales”.

“En nuestros días, hay una relación entre gastronomía e Instagram con algo que yo llamo el ‘homocapturator’, personas que prefieren la captura que vivir el momento. Tener la copia de lo que se van a comer es más importante que las sensaciones que el plato les va a generar”.

“La gastronomía, con esto, se ha dado de bruces, porque se ha perdido sensibilidad y profundidad. Eso es producto del llamado periodismo ciudadano, en el que un montón de gente que no hace parte de los medios, sino que son blogueros o creadores de su propio contenido, han empezado a hacer daños colaterales, aun cuando es maravilloso que puedan tener sus propios espacios”.

“Muchos restaurantes, entonces, debaten qué hacer con esta gente que aspira a que los inviten a comer gratis para luego hacer sus publicaciones con una foto, tres palabras y ningún sentido creativo”.

“Debemos procurar transmitir esa experiencia con palabras al lector que no va a poder ir a algunos restaurantes, que se pueda entender leyendo esa crónica”.

Andoni Luis Aduriz

“Lo que se está reproduciendo en los medios es ajeno a la experiencia real de disfrutar de este momento cuando estás frente a tu plato”.

Hemos optado por tratar de reflejar todas esas sensaciones en imágenes estáticas, más o menos bellas, pero hemos renunciado a capacidad que nos dan las palabras”. 

“Si pongo una foto, pero eso no va acompañado de una explicación profunda de qué es, utilizando las palabras, 5.000 fotos de comida pueden ser bellas pero eso aporta poco y nada explica”.

“Hay recuperar cierta oralidad en el hecho gastronómico y cierta profundidad,  volver a utilizar las palabras a la hora de evocar imágenes reales, que evoquen sentimientos. La literalidad de la imagen es más rica y poderosa de lo que algunos podrían creer”.

“Nos hemos despistado un poco, pero haciendo periodismo gastronómico podemos hacer textos creativos, utilizar géneros periodísticos, entrevistas a profundidad, crónica. Hay muchas maneras de hacer las cosas, porque ir a un restaurante y decir qué me como y cuánto me cuesta se puede reducir a una ficha”.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos SURA y Bancolombia con sus filiales en América Latina.

Cómo asumir el reto de realizar un documental, según Caio Cavechini

Caio Cavechini dirigió el taller ‘Documentales de actualidad: nuevos y viejos lenguajes para periodismo de largo formato’ durante el Festival Gabo 2018. Foto: David Estrada / FNPI

Por Camila Del Villar | @cdvillar

El documentalista y periodista brasileño Caio Cavechini dirigió el taller ‘Documentales de actualidad: nuevos y viejos lenguajes para periodismo de largo formato’ durante el Festival Gabo 2018. Cavechini, quien fue ganador del Premio Gabo 2016 en la categoría Imagen, compartió con los participantes consejos y pautas para llevar una idea a materializarse en un documental y superar los obstáculos que este camino puede traer. El brasileño se basó en referentes y de su propia experiencia para invitar al público a asumir los retos de la creación audiovisual.

Aquí algunos de sus consejos para poner en marcha proyectos documentales:

Tener claro los principios

Cavechini propone seis conceptos para aproximarse a la realización audiovisual:

  1. Situación: saber cuál es la situación que se va a abordar. Es decir, conocer la noticia, el acontecimiento y el contexto de la persona que se va a entrevistar.
  2. Observación: intentar calmar la ansiedad que produce la presión por hacer el trabajo rápido y detenerse a observar. Fijarse en los pequeños detalles de los entornos y en las acciones de las personas que se entrevistan.
  3. Intervención: marcar la presencia del documentalista en el trabajo, ya sea con una propuesta o reflexión antes de grabar o provocar algo mientras se esté rodando.
  4. Contexto: identificar cuáles situaciones o detalles son importantes para la historia y qué informaciones podemos guardar para ir revelando durante la historia.
  5. Personajes: ser respetuosos con las personas que nos cuentan sus historias y ser respetuosos al narrar sus complejidades.
  6. Expectativa: crear con el montaje y la narración interés en la audiencia. Puede ser aportando ciertas informaciones sobre un personaje a lo largo del camino hasta un momento clave.

Aprovechar los referentes

“Hay un fetiche por la novedad; sin embargo, hay muchos referentes que podemos adaptar a nuestras realidades”, dice Caio Cavechini. Por eso es importante usar tanto nuevos y viejos formatos, añade. Como ejemplo de referentes narrativos propuso a los asistentes al taller la Poética de Aristóteles. “Cuando pensamos en cómo narrar, no hay nada más clásico que Aristóteles, la Poética es casi un manual de narrativa”.

De esta obra rescata varios mensajes del clásico griego que son aplicables a la construcción de una narrativa documental, como por ejemplo: la importancia de las acciones, o la tragedia como le llama Aristóteles, de una persona para entender qué es lo que quieren y el valor de la fábula como formato narrativo.

Historias diferentes demandan estrategias diferentes

Los periodistas deben buscar una forma para organizar sus historias que permita que las personas enganchan desde el principio y se queden hasta el final. Sin embargo, explica Cavechini, “cada historia exige una estrategia distinta y hay que tomarse el tiempo para encontrar cuál es la mejor para cada caso”.

Como consecuencia, el profesional siempre está interesado en encontrar nuevas estrategias narrativas. En esta búsqueda hay que definir el propósito y delimitar el espacio en que se va a implementar la estrategia porque, “un documental es una invitación a un juego y desde el principio le demos a la audiencia todas las reglas, el lenguaje, el tema y la razón para que se quede a jugar”, explica el periodista. Esa invitación está determinada en el montaje, añade Cavechini.

A veces es necesario dejar claro desde un principio de qué va el documental. Como ejemplo de este caso el brasileño proyectó My Date with Drew Barrymore, donde el documentalista desde el principio muestra cómo será la narración y lo que va hacer en la historia. Otras veces es necesario dejar un poco más de curiosidad. Como ejemplo de esto el periodista proyectó su documental Entre os homes de bem, trabajo con el que fue finalista del Premio Gabo en 2017.

Realizador o personaje

“La presencia del realizador es uno de los debates más importantes a la hora de hacer un documental porque los realizadores  siempre estamos forzando límites”, dice Cavechinni. Para él, realizar un documental es una forma de luchar contra los demonios internos.

Explica que a veces estos temas personales se pueden abordar creando una historia donde el realizador es también un personaje o buscando realidades ajenas que asemejan esos conflictos. Como ejemplo presentó un documental donde cuenta una historia familiar y se incluye como personaje, mas no aparece de forma física.

Sobre Caio Cavechini

Es periodista formado por Eca-USP y documentalista con películas que pasaron por importantes festivales de cine de Brasil y del exterior. Desde 2006 forma parte del equipo de Profesión Reportero, programa semanal de Globo nominado para los Emmy Awards en 2012. Como reportero, participó en coberturas que van del terremoto en Haití a la violencia urbana en las ciudades brasileñas, del conflicto en Gaza a las inundaciones históricas en Santa Catarina y en el Acre. Hace cuatro años ejerce el cargo de editor ejecutivo.

Como documentalista, Caio Cavechini dirigió Carne, hueso, sobre el trabajo en frigoríficos, que pasó por festivales de cine como Es Todo Verdad, Gramado (Brasil), Fidocs (Chile) y DOK Leipzig (Alemania). El corto La Casa de la Vó Neyde fue premiado en la Mostra Internacional de Cine de São Paulo. El largometraje Jaci: siete pecados de una obra amazónica recibió el premio Gabriel García Márquez de Periodismo Iberoamericano en el año 2016 y en 2017 fue finalista de la misma categoría por el trabajo Entre los hombres de bien, que también recibió premios en Brasil, Portugal y México. Su último trabajo, Cartas para un ladrón de libros, cuenta la historia del mayor ladrón de libros raros de Brasil.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

Alejandro Valdez Sanabria, director y miembro fundador de El Surtidor

Los hitos que marcaron el éxito de El Surtidor

Alejandro Valdez Sanabria, director y miembro fundador de El Surtidor habló de innovación en el periodismo en medios independientes en el Festival Gabo 2018. Foto: Julián Roldán/FNPI.

Por Camila Del Villar | @cdvillar

Una iniciativa de siete jóvenes ganó el Premio Gabriel García Márquez 2018 en la categoría de Innovación por su trabajo ‘Los desterrados del Chaco’.  Esta narrativa creada en técnica de scrollytelling para móviles cuenta la historia del lugar con la deforestación más acelerada del planeta. El trabajo es un logro de El Surtidor, un medio independiente de Paraguay que con autenticidad, creatividad y tecnología cuenta la realidad de este país.

En el marco del Festival Gabo, Alejandro Valdez Sanabria, director y miembro fundador de El Surtidor, compartió los hitos que marcaron el camino de este medio en la charla ‘El Surtidor: desde el scrollytelling hasta la performance o cómo hacer nuevos medios en Latinoamérica’.

Aquí algunas lecciones que se convirtieron en hitos en el camino al éxito de El Surtido:

1. Todos nos dejamos tentar por la curiosidad

La mayoría de los medios en Paraguay están relacionados con los jugadores comerciales del país, lo que implica que la mayoría de paraguayos reciben información contada por un grupo que está de acuerdo en las mismas cosas, explica Valdez. Así fue como los creadores de El Surtidor encontraron la necesidad de fundar un medio independiente y alternativo. El Surtidor se lanzó con un fan page en Facebook y publicó su primera pieza con información precisa, sencilla y clara sobre cómo el Estado paraguayo espía a los ciudadanos.

Sin embargo, se dieron cuenta de que había una feroz batalla por la atención en internet, entre videos, memes y contenidos sobre temas no tan relevantes  que atrapaban la curiosidad de la gente y la distraían de lo realmente interesante. “Nunca fue tan fácil abrir un medio, pero nunca fue tan difícil tener la atención de la audiencia”, dice el director de El Surtidor. “Todo el mundo termina cayendo en fotos de gaticos: periodistas, sociólogos, estudiantes y gente preocupada por la realidad. Todos finalmente nos dejamos tentar por la curiosidad”.

El equipo de El Surtidor aprendió que la curiosidad es algo implícito de las personas y que es una entrada para llamar la atención hacia temas importantes. Con esa primera lección comenzaron a publicar afiches con información de actualidad para personas entre los 18 y 30 años en el lenguaje cultural de esta población.

Con el tiempo, cuenta Valdez, El Surtidor fue desarrollando otro tipo de imágenes con diferentes propósitos informativos. Empezaron a usar memes, habilitaron una sección de fact checking y crearon explainers con información más larga. Todo con imágenes en un formato sencillo que permitía que sus contenidos circularan bien en redes sociales y que fuera atractivo a la curiosidad. Así acumularon una masa critica de personas en su audiencia.

2. El formato sigue a la función

Luego se dieron cuenta de que este público les exigía más y apareció el reto de cómo ser más profundos y tratar temas complejos usando siempre el motor de la curiosidad y las imágenes como medio. “La audiencia valoraba la información que le dábamos, pero en algunos casos sentía que era muy limitada”, dice Valdez. Con este reto El Surtidor comenzó a producir videos, un formato que funcionaba bien en Facebook.

“Fue un fail total”, admite el periodista. Su equipo investigó y descubrió que Paraguay es el segundo país con el internet más lento de Sudamérica, después de Venezuela, y que además el servicio es costoso. “La gente no estaba dispuesta a gastarse sus megas en esta información”, añade Alejandro Valdez. “El formato sigue la función. Primero pensamos en un formato después se nos ocurrió pensar en la función y por eso fracasamos”.

Entonces El Surtidor preguntó a su audiencia quiénes eran, qué querían, cuándo y cómo lo querían. En respuesta a esto descubrieron que su público era joven, interesado de conocer cómo le afectan las cosas que pasan en su país, dispuestos a consumir información en los largos viajes entre la casa y el trabajo y que no querían contenidos que gastaron todos sus megas.

Como el video no funcionaba, para definir hacia dónde debían seguir para satisfacer esa necesidad de profundidad de la audiencia estudiaron varios formatos del periodismo digital y decidieron que debían romper las barreras y hacer una mezcla  de crónicas de largo aliento, historias horizontales como en Snapchat e Instagram y el video epígrafe como Playground. También tomaron en cuenta tendencias del marketing digital como el landing page y de la literatura como el kamishibai japonés. Con la combinación de estas influencias llegaron a lo que denominan scrollytelling o “Surtiscroll” como le llama el equipo fundador de este medio. Consiste en piezas gráficas pensadas exclusivamente para el móvil en función de  “gestos que definen a una generación”, como los describe Valdez. “Esta generación decide a sus parejas sexuales con un scrolling de izquierda a derecha. Hoy en día son gestos muy potentes”, añade.

3. Escuchar como un cyborg

“Escuchar es un valor común entre el buen periodismo y los procesos de innovación”, dice el director. Explica que gracias a la tecnología ahora los medios pueden escuchar el feedback de lo que hacen como cyborgs, criaturas que son mitad humano y mitad robots. Según Valdez hay muchos servicios que ofrecen métricas como el número de likes o de perfiles alcanzados pero que se quedan en datos amorfos que miden masas. “Mientras que al escuchar como cyborgs podemos ver también métricas relacionales de cuántos usuarios únicos tenemos y cuántas personas conocemos”, dice Valdez.

Con esta herramienta El Surtidor logró hacer el lograron hacer el primer chequeo en vivo de un debate presidencial en la historia del país, antes que cualquier redacción tradicional. Hicieron una convocatoria y se sumaron ocho periodistas, 9 voluntarios y 10 especialistas y después de unos talleres hicieron el chequeo en vivo y sacaron en tiempo real afiches con el fact check. “Fue un momento histórico para el país y pudimos hacerlos gracias a las métricas tradicionales”, dice él . Para lograr esto siguieron las experiencias de Chequeado.com en las elecciones argentinas y La Nación Data en el caso de las escuchas de Nisman.

También más allá de métricas tradicionales, como cuáles son las secciones más visitadas, aplicaros métricas relacionales para conocer qué comunidades existen en los usuarios. “Se dice que hay que apostar a la comunidad pero la realidad es que no hay una única comunidad en la audiencia”, dice Valdez. Descubrieron que había una gran comunidad de fotógrafos e hicieron fotocaminatas en un barrio segregado de Asunción con 100 fotógrafos y publicaron con un hashtag común alentando que la gente visitara ese barrio. Igualmente trabajaron con la comunidad trans de Paraguay y con un taller de podcast recopilaron la memoria de este grupo.

Esta forma de mirar a las comunidades fue una lección del periódico uruguayo La Diaria y el laboratorio de periodismo Performático de Anfibia. “Estas lecciones de aprender a escuchar con métricas relacionales nos enseñaron que más que un medio ahora funcionamos como una comunidad informativa”, dice el director de El Surtidor.

Revive aquí la charla:

https://www.facebook.com/FNPI.org/videos/2130693750513002/?__xts__%5B0%5D=68.ARDdEFsYhj5wzXFUIp0utLPKzK6pWzSJ8Ok6AzXNxsn07jSd_-7ELwH8SK544m6AIYqvQ3gng7XyMqq1GCT7A96ZJ2ozTDceUzl5PhMPX9MyMDMwqZp1pZ4qMDBdt05Kg8QVFMFPsG2vUvEjgwD2doX-VV_GF0zAb53ma6NNy54EGYo0bc3Xog&__tn__=-R

Sobre Alejandro Valdez Sanabria

Es comunicador visual, director y miembro fundador de El Surtidor, medio de periodismo gráfico nativo digital de Paraguay. Ha expuesto su obra como diseñador en 15 países y ha premiado por la OEI por el proyecto más innovador de la industria cultural Iberoamericana. Desde su rol de emprendedor, se ha formado en herramientas para el diseño y la incubación de proyectos periodísticos basados en el design thinking, participando en distintas redes a nivel regional.  Se licenció en Diseño Gráfico en la Universidad Católica de Asunción y es diplomado en Diseño de la Información de la Universidad José Martí.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos SURA y Bancolombia con sus filiales en América Latina.