Palabras de Jorge Cardona Alzate al recibir el reconocimiento Clemente Manuel Zabala

[vc_row][vc_column][vc_column_text]

El editor general del periódico El Espectador, Jorge Cardona Alzate, es el ganador del reconocimiento Clemente Manuel Zabala a un editor colombiano ejemplar. Este galardón se entrega desde 2015 en el marco del Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo y su propósito es exaltar a un editor en ejercicio de cualquier región colombiana y tipo de medio, que sea ejemplar como periodista, formador y ciudadano.

Con este discurso Jorge Cardona aceptó el reconocimiento:

Se acaba de firmar la paz y debo decir algo sobre el periodismo, la reivindicación del editor o la urgencia del deber ser en el filtro. Advierto que todo lo que pueda manifestar hoy del oficio antes de hablar de la confianza que le debemos a la paz, es susceptible de edición. Por el autor, el jefe de redacción, cualquiera de ustedes que pueda mejorarlo. El periodismo es un trabajo colectivo que pertenece después a quienes lo interpretan. A mí me tocaba hacerlo con mi padre cuando llegaba de la oficina y preguntaba si habíamos leído los periódicos. La abuela andaba por la casa con un radio contando las noticias, siempre más malas que buenas. Cuando alguien elevaba el tono del debate político, mamá salía del costurero y recordaba sus vacaciones de la niñez perdidas porque los bandoleros habían picado a machete a su familia de Pijao.

En cada amigo había una herida familiar igual o más cruel narrada por sus padres o abuelos. Una y otra generación nos hicimos grandes oyéndolas, pero terminamos contando a los hijos historias peores. De magnicidios y masacres, de desapariciones y secuestros, de carros bombas y despojos. Sumando datos macabros en estos tiempos locos fui periodista judicial. Con escasa información había que dictar noticias respetando a las víctimas. Cuánto dolor y cuánta espera contra la impunidad. En ellas pienso en esta hora y las evoco con tributo. Con ellas aprendí por qué escribir exaltando su voz desde su ausencia de verdad. Después llegaron los extraviados en los enredos procesales que no suplicaban justicia sino inocencia. Los Zabala, Pico o Sastoque, en quienes también pienso en esta hora, porque aprendí con ellos lo que significa soportar el peso de una inmerecida deshonra.

Tuve un maestro que se llamaba Luis de Castro y falleció en 2009. Cubrió el 9 de abril de 1948 en Bogotá, le mataron a su reportero gráfico que hoy nadie recuerda, y durante cuatro décadas fue responsable de las noticias judiciales de El Espectador. Detective a la sombra de muchos de los hallazgos de Guillermo Cano en sus peleas contra los defraudadores o los narcotraficantes. Todo lo que pueda expresar hoy del oficio lo aprendí viéndolo administrar su sección con ojo gramatical, sintáctico, perito en el arte de filtrar la opinión. La agudeza del que vivió los tiempos de la crónica roja y el ingenio para hacer que el periodismo fluyera en un ambiente de fiesta. El mismo legado de “el que se emputa se jode”, que García Márquez recordó sobre sus días en El Espectador, donde también estaba Luis de Castro sopesando la risa. Con él entendí que la misión del editor era tratar de componer la vida misma. En el idioma, en la intención, en la amistad, en la autoría.

En la certeza de saber que todo lo que se comunica puede ser mejorado y que toda obra humana trascendente se construye corrigiendo. Se escribe o emite para el presente, pero quienes lean en 100 años deberán entender con claridad lo que pasaba en estos tiempos. Es la premisa que garantiza que se pueda hacer memoria. Por eso, ahora que se firma la paz, entre muchas tareas será clave construir referentes narrativos o informativos bien editados de estas horas expectantes. A las generaciones que se asoman o a las que se descubren en las aulas, les atañe una responsabilidad mayor: garantizar que los nietos de hoy no tengan que contar a sus hijos relatos de horror. De nuevo muchas gracias y renuevo el deber. No es más que “este breve grito de mi alma”, parafraseando a Emile Zola, cuyo “Yo Acuso” en el periódico La Aurora, un 13 de enero, en París, es suficiente ejemplo para seguir escribiendo, dudando y editando.

[/vc_column_text][vc_column_text]Leer discurso en inglés.

Leer discurso en portugués.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

A few words to receive the Clemente Manuel Zabala recognition award

[vc_row][vc_column][vc_column_text]

Jorge Cardona Alzate:

The peace treaty has just been signed and I must say something about journalism: the recognition of the editor or urgency of this duty should be through the filter. Take heed that everything that I am able to manifest today regarding this duty, must be done through trust, it is only this way that we are able to achieve peace, so everything I say is susceptible to editing.

This may be done by the author, the editor in chief or any of you who can make the filter better.

Journalism is collective work that later belongs to those who interpret it. I had to do this with my father when he arrived home from work and asked us if we had read the paper. Our grandmother would roam around the house with a hand-held radio narrating the news, mostly the bad ones over the good ones. When someone would raise their tone on a political debate, our mother would leave her sewing room and remember how the machete-armed bandits of Pijao had chopped her family to pieces, keeping her from ever enjoying a childhood holiday.

Each friend held a family wound of about the same gravity or an even crueler one often narrated by parents or grandparents. Generation after generation, we grew up listening, but we ended up telling them to the children suffering worse stories and tragedies, children who have witnessed assassination, massacres, disappearances and kidnappings, children who have witnessed looting and car bombs. The summation of these macabre facts during those crazy times was my time as a judicial journalist.

With that scarce information, I had to narrate the news while respecting the victims, so much pain and anticipation against impunity. I think of those reports at this time and I pay tribute to them now. With them I learned to exalt their voices from the absence of truth.

Then, the missing arrived in procedural entanglement that did not beg for justice or innocence.
The Zabala, Pico or Sastoque in whom I also think about at this time, because from them I learned what it means to bear the weight of undeserved dishonesty.

I had a teacher named Luis de Castro, he passed away in 2009. He covered the news on April 9th, 1948 in Bogota when they murdered his graphic reporter who today, nobody remembers and was the person behind the Judicial News of El Espectador.

He was a detective to the many findings of Guillermo Cano in his fights against the scammers or the narcos. Everything I learned about this craft today and everything I can express about it, I learned while watching him, how he managed his section with a keen grammatical, syntactic eye, an expert in the art of filtering opinion. He had the sharpness of one who lived during the times of the red chronicles and the wit to make journalism flow like a lively party.

The same legacy of “whoever loses their cool is screwed” , which Garcia Marquez remembered about his days at El Espectador, Luis De Castro was also there bearing the weight of laughter.

With him, I understood that an editor´s mission was to actually try to fix life, whether it was within language, intention, friendship, and within authorship itself.

Relying on the guarantee that every means of communication can be made better and that every type of work created by humanity transcends and is built upon “righting the wrongs”, brings certainty to this craft.

What is written or broadcasted is for the present audiences but whoever reads this in 100 years, should be able to understand with utmost clarity what happened during these times.

It is the premise that guarantees that memories can be created. Because now our country is signing for peace, among our many duties, it will be essential to build narratives and informative texts which are well-edited and relevant regarding these anticipated times.
To the upcoming generations or the ones discovered in the classrooms, have a greater responsibility: to guarantee that today’s grandchildren don’t have to tell their children such horror stories as the past generations had to.

Once again, I deeply thank you and renew my duty. It is only took this “brief cry from my soul”, paraphrasing Emile Zola whose “Yo Acuso” in La Aurora paper, one 13th of January in Paris to become enough of an example in order to continue writing, doubting and editing.

[/vc_column_text][vc_column_text]Leer discurso en español.

Leer discurso en portugués.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Discurso de Jorge Cardona, vencedor reconhecimento Clemente Manuel Zabala

[vc_row][vc_column][vc_column_text]

Acabam de assinar o acordo de paz e devo dizer algo sobre o jornalismo, a reivindicação do editor ou a urgência do dever ser no filtro. Advirto que tudo o que possa manifestar hoje sobre o ofício antes de falar da confiança que devemos à paz é suscetível à edição. Pelo autor, pelo chefe da redação, por qualquer um de vocês que possa melhorá-lo. O jornalismo é um trabalho coletivo que pertence depois a quem o interpreta. A mim cabia fazê-lo quando meu pai chegava do escritório e perguntava se tínhamos lidos os jornais. A avó andava pela casa com um rádio contando as notícias, sempre mais más que boas. Quando alguém elevava o tom do debate político, mamãe saia do costureiro e recordava suas férias de infância perdidas porque os bandoleiros tinham picado sua família de Pijao a machadadas.

Em cada amigo havia uma ferida familiar igual ou mais cruel narrada por seus pais ou avós. Uma e outra geração crescemos escutando-as, mas terminamos contando a nossos filhos histórias piores.

De magnicídios e massacres, de desaparições e seqüestros, de carros bomba e despojamentos. Contando dados macabros durante esses tempos loucos, fui jornalista jurídico. Com essa escassa informação tinha que ditar notícias respeitando as vítimas. Quanta dor e quanta espera contra à impunidade. Penso nelas nesta hora e as evoco em homenagem. Com elas aprendi por que escrever exaltando sua voz a partir da ausência da verdade. Depois chegaram os extraviados nos enredos processuais que não suplicavam justiça e sim inocência. Los Zabala, Pico ou Sastoque, em quem também penso nesta hora, porque aprendi com eles o que significa suportar o peso de uma desonra não merecida.

Tive um professor que se chamava Luis de Castro e faleceu em 2009. Cobriu o 9 de abril de 1948 em Bogotá, mataram seu repórter gráfico de quem ninguém mais lembra hoje, e durante quatro décadas foi responsável pelas notícias judiciais do El Espectador. Detetive na sombra de muitas das descobertas de Guillermo Cano nas suas brigas com os defraudadores ou narcotraficantes. Tudo que possa expressar hoje sobre o ofício o aprendi vendo-o administrar sua seção com olho gramatical sintático, perito na arte de filtrar opinião. A agudez do que viveu os tempos do jornalismo vermelho e o engenho para fazer que o jornalismo fluíra em um ambiente de festa. O mesmo legado de “o que fica puto se ferra”, que García Marque recordou sobre seus dias no El Espectador, onde também estava Luis de Castro. Com ele entendi que a missão do editor era tentar compor a vida. No idioma, na intenção, na amizade, na autoria.

Na certeza de saber que tudo o que se comunica pode ser melhorado e que toda obra humana transcendente se constrói corrigindo-se. Escreve-se para o presente, mas quem leia em 100 anos deverá entender com claridade o que passava nesses tempos. É essa a premissa que garante a possibilidade de fazer memória. Por isso, agora que se firma a paz, entre muitas tarefas, será chave construir referentes narrativos ou informativos bem editados de essas horas expectantes. Que as gerações que a viveram ou as que as descobrirão nas aulas se preocupem com uma responsabilidade maior: garantir que os netos de hoje não tenham que contar a seus filhos relatos de horror. De novo muito obrigado. Não é mais que esse “breve grito da minha alma”, parafraseando Emile Zola, cujo “Yo Acuso” no jornal La Aurora, um 13 de janeiro, em Paris, é um exemplo suficiente para seguir escrevendo, duvidando, editando.

[/vc_column_text][vc_column_text]Leer discurso en español.

Leer discurso en inglés.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]

Periodismo ambiental: el debate sobre el bien común y el de la mayoría

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Cuatro periodistas dedicados a abordar temas ambientales debatieron sobre los dilemas y retos de su trabajo. Elaine Díaz, de Periodismo de Barrio; Clemente Álvarez, de Ballena Blanca; Joseph Zárate, de Etiqueta Verde y Gustavo Faleiros, de Infoamazonía, conversaron con Jon Lee Anderson.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDZGl2JTIwY2xhc3MlM0QlMjJzdG9yaWZ5JTIyJTNFJTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRnBlcmlvZGlzbW8tYW1iaWVudGFsJTJGZW1iZWQlM0Zib3JkZXIlM0RmYWxzZSUyMiUyMHdpZHRoJTNEJTIyMTAwJTI1JTIyJTIwaGVpZ2h0JTNEJTIyNzUwJTIyJTIwZnJhbWVib3JkZXIlM0QlMjJubyUyMiUyMGFsbG93dHJhbnNwYXJlbmN5JTNEJTIydHJ1ZSUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRSUzQ3NjcmlwdCUyMHNyYyUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZwZXJpb2Rpc21vLWFtYmllbnRhbC5qcyUzRmJvcmRlciUzRGZhbHNlJTIyJTNFJTNDJTJGc2NyaXB0JTNFJTNDbm9zY3JpcHQlM0UlNUIlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZwZXJpb2Rpc21vLWFtYmllbnRhbCUyMiUyMHRhcmdldCUzRCUyMl9ibGFuayUyMiUzRVZpZXclMjB0aGUlMjBzdG9yeSUyMCUyMlBlcmlvZGlzbW8lMjBhbWJpZW50YWwlM0ElMjBlbCUyMGRlYmF0ZSUyMHNvYnJlJTIwZWwlMjBiaWVuJTIwY29tJUMzJUJBbiUyMHklMjBlbCUyMGRlJTIwbGElMjBtYXlvciVDMyVBRGElMjIlMjBvbiUyMFN0b3JpZnklM0MlMkZhJTNFJTVEJTNDJTJGbm9zY3JpcHQlM0UlM0MlMkZkaXYlM0U=[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]

Tres medios independientes son los finalistas del Premio Gabo en la categoría Cobertura

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Juanita León (La Silla Vacía), Óscar Murillo (Correo del Caroní) y María Laura Chang (Efecto Cocuyo) conversaron con Consuelo Dieguez -periodista de la revista brasileña Piauí que hizo parte del jurado- sobre el oficio y los reportajes que hoy los consagran como los mejores en su labor.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDZGl2JTIwY2xhc3MlM0QlMjJzdG9yaWZ5JTIyJTNFJTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRmZpbmFsaXN0YXMtZGUtbGEtY2F0ZWdvcmlhLWNvYmVydHVyYS1jb21wYXJ0ZW4tbGFzJTJGZW1iZWQlM0Zib3JkZXIlM0RmYWxzZSUyMiUyMHdpZHRoJTNEJTIyMTAwJTI1JTIyJTIwaGVpZ2h0JTNEJTIyNzUwJTIyJTIwZnJhbWVib3JkZXIlM0QlMjJubyUyMiUyMGFsbG93dHJhbnNwYXJlbmN5JTNEJTIydHJ1ZSUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRSUzQ3NjcmlwdCUyMHNyYyUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZmaW5hbGlzdGFzLWRlLWxhLWNhdGVnb3JpYS1jb2JlcnR1cmEtY29tcGFydGVuLWxhcy5qcyUzRmJvcmRlciUzRGZhbHNlJTIyJTNFJTNDJTJGc2NyaXB0JTNFJTNDbm9zY3JpcHQlM0UlNUIlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZmaW5hbGlzdGFzLWRlLWxhLWNhdGVnb3JpYS1jb2JlcnR1cmEtY29tcGFydGVuLWxhcyUyMiUyMHRhcmdldCUzRCUyMl9ibGFuayUyMiUzRVZpZXclMjB0aGUlMjBzdG9yeSUyMCUyMlRyZXMlMjBtZWRpb3MlMjBpbmRlcGVuZGllbnRlcyUyMHNvbiUyMGxvcyUyMGZpbmFsaXN0YXMlMjBkZSUyMGxhJTIwY2F0ZWdvciVDMyVBRGElMjBDb2JlcnR1cmElMjIlMjBvbiUyMFN0b3JpZnklM0MlMkZhJTNFJTVEJTNDJTJGbm9zY3JpcHQlM0UlM0MlMkZkaXYlM0U=[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]

Experimentar con lo desconocido: la clave para aprender a contar historias utilizando Realidad Virtual

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Dan Archer, el  periodista gráfico dedicado a la producción de contenido basado en realidad virtual, habló con el Director del Knight Center para el periodismo en las Américas, Rosental Alves, sobre la maneras en que ha impactado usar esta herramienta para contar historias. Aquí algunas recomendaciones:[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDZGl2JTIwY2xhc3MlM0QlMjJzdG9yaWZ5JTIyJTNFJTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRmV4cGVyaW1lbnRhci1jb24tbG8tZGVzY29ub2NpZG8tbGEtY2xhdmUtcGFyYS1hcHJlJTJGZW1iZWQlM0Zib3JkZXIlM0RmYWxzZSUyMiUyMHdpZHRoJTNEJTIyMTAwJTI1JTIyJTIwaGVpZ2h0JTNEJTIyNzUwJTIyJTIwZnJhbWVib3JkZXIlM0QlMjJubyUyMiUyMGFsbG93dHJhbnNwYXJlbmN5JTNEJTIydHJ1ZSUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRSUzQ3NjcmlwdCUyMHNyYyUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZleHBlcmltZW50YXItY29uLWxvLWRlc2Nvbm9jaWRvLWxhLWNsYXZlLXBhcmEtYXByZS5qcyUzRmJvcmRlciUzRGZhbHNlJTIyJTNFJTNDJTJGc2NyaXB0JTNFJTNDbm9zY3JpcHQlM0UlNUIlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZleHBlcmltZW50YXItY29uLWxvLWRlc2Nvbm9jaWRvLWxhLWNsYXZlLXBhcmEtYXByZSUyMiUyMHRhcmdldCUzRCUyMl9ibGFuayUyMiUzRVZpZXclMjB0aGUlMjBzdG9yeSUyMCUyMkV4cGVyaW1lbnRhciUyMGNvbiUyMGxvJTIwZGVzY29ub2NpZG8lMjAlM0ElMjBsYSUyMGNsYXZlJTIwcGFyYSUyMGFwcmVuZGVyJTIwYSUyMGNvbnRhciUyMGhpc3RvcmlhcyUyMHV0aWxpemFuZG8lMjBSZWFsaWRhZCUyMFZpcnR1YWwlMjIlMjBvbiUyMFN0b3JpZnklM0MlMkZhJTNFJTVEJTNDJTJGbm9zY3JpcHQlM0UlM0MlMkZkaXYlM0U=[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]

Consejos de Diego Fischerman para escribir sobre música

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El periodista y crítico de música Diego Fischerman dictó el Taller Escuchar/Escribir/Hablar (sobre música) durante el Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDZGl2JTIwY2xhc3MlM0QlMjJzdG9yaWZ5JTIyJTNFJTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRmNvbnNlam9zLXBhcmEtZXNjcmliaXItc29icmUtbXVzaWNhJTJGZW1iZWQlM0Zib3JkZXIlM0RmYWxzZSUyMiUyMHdpZHRoJTNEJTIyMTAwJTI1JTIyJTIwaGVpZ2h0JTNEJTIyNzUwJTIyJTIwZnJhbWVib3JkZXIlM0QlMjJubyUyMiUyMGFsbG93dHJhbnNwYXJlbmN5JTNEJTIydHJ1ZSUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRSUzQ3NjcmlwdCUyMHNyYyUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZjb25zZWpvcy1wYXJhLWVzY3JpYmlyLXNvYnJlLW11c2ljYS5qcyUzRmJvcmRlciUzRGZhbHNlJTIyJTNFJTNDJTJGc2NyaXB0JTNFJTNDbm9zY3JpcHQlM0UlNUIlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZjb25zZWpvcy1wYXJhLWVzY3JpYmlyLXNvYnJlLW11c2ljYSUyMiUyMHRhcmdldCUzRCUyMl9ibGFuayUyMiUzRVZpZXclMjB0aGUlMjBzdG9yeSUyMCUyMkNvbnNlam9zJTIwcGFyYSUyMGVzY3JpYmlyJTIwc29icmUlMjBtJUMzJUJBc2ljYSUyMiUyMG9uJTIwU3RvcmlmeSUzQyUyRmElM0UlNUQlM0MlMkZub3NjcmlwdCUzRSUzQyUyRmRpdiUzRQ==[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]

Imaginación, olfato y rostro humano, las claves de los finalistas del Premio Gabo en la categoría Innovación

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los tres finalistas de la categoría Innovación del Premio Gabo 2016 contaron en el primer día del Festival Gabriel García Márquez de Periodismo los detalles de la puesta en escena de sus trabajos y cómo su pasión por contar historias es lo que los impulsa a explorar constantemente con la tecnología.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDZGl2JTIwY2xhc3MlM0QlMjJzdG9yaWZ5JTIyJTNFJTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRmltYWdpbmFjaW9uLWlubm92YWNpb24teS1yb3N0cm8lMkZlbWJlZCUzRmJvcmRlciUzRGZhbHNlJTIyJTIwd2lkdGglM0QlMjIxMDAlMjUlMjIlMjBoZWlnaHQlM0QlMjI3NTAlMjIlMjBmcmFtZWJvcmRlciUzRCUyMm5vJTIyJTIwYWxsb3d0cmFuc3BhcmVuY3klM0QlMjJ0cnVlJTIyJTNFJTNDJTJGaWZyYW1lJTNFJTNDc2NyaXB0JTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRmltYWdpbmFjaW9uLWlubm92YWNpb24teS1yb3N0cm8uanMlM0Zib3JkZXIlM0RmYWxzZSUyMiUzRSUzQyUyRnNjcmlwdCUzRSUzQ25vc2NyaXB0JTNFJTVCJTNDYSUyMGhyZWYlM0QlMjIlMkYlMkZzdG9yaWZ5LmNvbSUyRmZucGlfb3JnJTJGaW1hZ2luYWNpb24taW5ub3ZhY2lvbi15LXJvc3RybyUyMiUyMHRhcmdldCUzRCUyMl9ibGFuayUyMiUzRVZpZXclMjB0aGUlMjBzdG9yeSUyMCUyMkltYWdpbmFjaSVDMyVCM24lMkMlMjBvbGZhdG8lMjB5JTIwcm9zdHJvJTIwaHVtYW5vJTJDJTIwbGFzJTIwY2xhdmVzJTIwZGUlMjBsb3MlMjBmaW5hbGlzdGFzJTIwZW4lMjBJbm5vdmFjaSVDMyVCM24lMjBkZWwlMjAlMjNQcmVtaW9HYWJvJTIyJTIwb24lMjBTdG9yaWZ5JTNDJTJGYSUzRSU1RCUzQyUyRm5vc2NyaXB0JTNFJTNDJTJGZGl2JTNF[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]

Finalistas del Premio Gabo en categoría Texto publicaron en medios alternativos

[vc_row][vc_column][vc_column_text]Los periodistas finalistas del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo se enfrentaron a diversos retos, que además de resultar en magníficas historias, cambiaron algunas de sus perspectivas a la hora de hacer periodismo.[/vc_column_text][vc_raw_html]JTNDZGl2JTIwY2xhc3MlM0QlMjJzdG9yaWZ5JTIyJTNFJTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRmxvcy1maW5hbGlzdGFzLWRlbC1wcmVtaW9nYWJvLWVuLWNhdGVnb3JpYS10ZXh0by1wJTJGZW1iZWQlM0Zib3JkZXIlM0RmYWxzZSUyMiUyMHdpZHRoJTNEJTIyMTAwJTI1JTIyJTIwaGVpZ2h0JTNEJTIyNzUwJTIyJTIwZnJhbWVib3JkZXIlM0QlMjJubyUyMiUyMGFsbG93dHJhbnNwYXJlbmN5JTNEJTIydHJ1ZSUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRSUzQ3NjcmlwdCUyMHNyYyUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZsb3MtZmluYWxpc3Rhcy1kZWwtcHJlbWlvZ2Fiby1lbi1jYXRlZ29yaWEtdGV4dG8tcC5qcyUzRmJvcmRlciUzRGZhbHNlJTIyJTNFJTNDJTJGc2NyaXB0JTNFJTNDbm9zY3JpcHQlM0UlNUIlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZsb3MtZmluYWxpc3Rhcy1kZWwtcHJlbWlvZ2Fiby1lbi1jYXRlZ29yaWEtdGV4dG8tcCUyMiUyMHRhcmdldCUzRCUyMl9ibGFuayUyMiUzRVZpZXclMjB0aGUlMjBzdG9yeSUyMCUyMkxvcyUyMGZpbmFsaXN0YXMlMjBkZWwlMjAlMjNQcmVtaW9HYWJvJTIwZW4lMjBjYXRlZ29yJUMzJUFEYSUyMFRleHRvJTIwcHVibGljYXJvbiUyMGVuJTIwbWVkaW9zJTIwYWx0ZXJuYXRpdm9zJTIwJTIyJTIwb24lMjBTdG9yaWZ5JTNDJTJGYSUzRSU1RCUzQyUyRm5vc2NyaXB0JTNFJTNDJTJGZGl2JTNF[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]

Recomendaciones y reflexiones de los finalistas del Premio Gabo en la categoría Imagen

[vc_row][vc_column][vc_column_text]El Premio y Festival Gabriel García Márquez de Periodismo comenzó este jueves a las 9 de la mañana con la Maratón de las mejores historias de Iberoamérica en la categoría Imagen. Pablo Piovano, Santi Palacios y Caio Cavechini, finalistas del Premio Gabo en esta categoría, dialogaron con el maestro de la FNPI y miembro del Consejo Rector del Premio, Carlos Fernando Chamorro (Nicaragua).

En la charla, que se realiza en el salón Restrepo del Jardín Botánico de Medellín, los periodistas compartieron sus experiencias para llevar a cabo cada uno de los trabajos finalistas, expusieron las dificultades a las que se enfrentaron, los dilemas éticos y el manejo que le dieron a las fuentes.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][vc_raw_html]JTNDZGl2JTIwY2xhc3MlM0QlMjJzdG9yaWZ5JTIyJTNFJTNDaWZyYW1lJTIwc3JjJTNEJTIyJTJGJTJGc3RvcmlmeS5jb20lMkZmbnBpX29yZyUyRmZpbmFsaXN0YXMtZGVsLXByZW1pby1nYWJvLWVuLWxhLWNhdGVnb3JpYS10ZXh0by1jJTJGZW1iZWQlM0Zib3JkZXIlM0RmYWxzZSUyMiUyMHdpZHRoJTNEJTIyMTAwJTI1JTIyJTIwaGVpZ2h0JTNEJTIyNzUwJTIyJTIwZnJhbWVib3JkZXIlM0QlMjJubyUyMiUyMGFsbG93dHJhbnNwYXJlbmN5JTNEJTIydHJ1ZSUyMiUzRSUzQyUyRmlmcmFtZSUzRSUzQ3NjcmlwdCUyMHNyYyUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZmaW5hbGlzdGFzLWRlbC1wcmVtaW8tZ2Fiby1lbi1sYS1jYXRlZ29yaWEtdGV4dG8tYy5qcyUzRmJvcmRlciUzRGZhbHNlJTIyJTNFJTNDJTJGc2NyaXB0JTNFJTNDbm9zY3JpcHQlM0UlNUIlM0NhJTIwaHJlZiUzRCUyMiUyRiUyRnN0b3JpZnkuY29tJTJGZm5waV9vcmclMkZmaW5hbGlzdGFzLWRlbC1wcmVtaW8tZ2Fiby1lbi1sYS1jYXRlZ29yaWEtdGV4dG8tYyUyMiUyMHRhcmdldCUzRCUyMl9ibGFuayUyMiUzRVZpZXclMjB0aGUlMjBzdG9yeSUyMCUyMlJlY29tZW5kYWNpb25lcyUyMHklMjByZWZsZXhpb25lcyUyMGRlJTIwbG9zJTIwZmluYWxpc3RhcyUyMGRlbCUyMFByZW1pbyUyMEdhYm8lMjBlbiUyMGxhJTIwY2F0ZWdvciVDMyVBRGElMjBJbWFnZW4lMjAlMjIlMjBvbiUyMFN0b3JpZnklM0MlMkZhJTNFJTVEJTNDJTJGbm9zY3JpcHQlM0UlM0MlMkZkaXYlM0U=[/vc_raw_html][/vc_column][/vc_row]