Discurso de Diego Martínez Lloreda, ganador del Reconocimiento Clemente Manuel Zabala 2018

Esta es una noche para dar las gracias.

Y voy a comenzar por agradecerle a Susana, mi compañera de todas las horas por el amor, la comprensión, la sabiduría y la paciencia que ha tenido durante las más de tres décadas que hemos compartido. Ella ha sido mi polo a tierra, el faro que siempre me ha guiado a buen puerto. Y además, me dio el mejor premio que he podido recibir en esta vida: Laura y Juan Diego mis dos maravillosos hijos, de quienes me siento tan orgulloso, porque son una versión nuestra muy mejorada.

En segundo lugar le agradezco a María Elvira Domínguez, directora y gerente general de El País, por el cheque en blanco que me extendió para desarrollar mi tarea en el periódico. Le agradezco también su cariño, su sentido común y la infinita tolerancia con la que ha manejado una testarudez sin límites como la mía.

Toda mi gratitud para Rigoberto Prieto, mi profesor de español en el Gimnasio Moderno, por haberme puesto a leer, cuando apenas cursaba el segundo de bachillerato, esa pequeña joya titulada Relatos de un Náufrago.

Gracias, Gabriel García Márquez, por haber escrito ese libro que habría de marcar mi destino. Como la mayoría de cosas que uno hace por obligación, sobre todo cuando se es adolescente,  tomé el libro con  aprehensión.  Y comencé a leerlo con desdén. Pero sucedió que desde las primeras páginas esa entrevista obró el milagro de captar la atención de aquel adolescente díscolo. La historia de Luis Alejandro Velasco, el marino que estuvo a la deriva durante diez días, luego de caer del barco de la Armada ARC Caldas, me atrapó. El libro, una compilación de entrevistas que fueron publicadas en El Espectador, destapó una vergonzosa trama de contrabando en la que estaban involucrados varios miembros de la Armada. Pero además es un relato vibrante, capaz de concentrar la atención, inclusive, de la dispersa mente de un niño en trance de convertirse en hombre.

Gracias, Maestro Gabo, porque cuando cerré la página 176 de ese libro concluí que yo quería dedicar mi vida a escribir entrevistas como esa.  42 años después de haber culminado esa lectura, aún no he logrado producir nada medianamente parecido, pero sigo intentándolo.

Gracias, Gabo, por haberme enseñado la importancia estratégica de la buena titulación, que a lo largo de los años en que me he desempeñado como editor he procurado transmitir a mis discípulos. Gracias por dejarme ver que el título es el gancho para atrapar al lector, la puerta que se abre para ingresar al mundo siempre imprevisible de los textos. Otra suerte muy distinta hubiera corrido la prolífica obra de García Márquez si en vez de haber escrito El Coronel no Tiene Quién le Escriba, hubiese escrito ‘Al coronel no le llega la pensión’; si en vez de Cien años de Soledad hubiese titulado ese libro portentoso ‘La zaga de los Buendía’; o si a Crónica de una Muerte Anunciada la hubiera llamado ‘La decepción de Bayardo San Román’; o si, finalmente,  hubiera llamado ‘Evocaciones de mis trabajadoras sexuales deprimidas’ a aquel postrer Memorias de mis Putas Tristes.

Gracias, Maestro Gabo, por haberme enseñado la precisión de las palabras, por haberme hecho entender que en nuestro español a cada hecho le corresponde la palabra precisa. Y ninguna otra.

Pero a lo largo de mi ya dilatado ejercicio periodístico he tenido otros maestros. A ellos también les quiero dar las gracias hoy.  Primero que todo, quiero agradecer a mi padre, Rodolfo Martínez, haberme inculcado, desde muy pequeño, que el éxito se compone de un 1% de talento y de un 99% de esfuerzo. Y a mi madre, por siempre haber creído en mí. No exagero cuando digo que en muchos momentos de mi adolescencia se requería tener mucha fe para creer en quien les habla.

A Rodrigo Lloreda, quien me otorgó el privilegio de ser su asistente en su última etapa como Director de El País. Le aprendí muchas cosas. Hoy le quiero agradecer dos enseñanzas tan sencillas como útiles: primero, no pelear con todo el mundo al mismo tiempo. En mis inicios como columnista, con cada escrito adquiría un nuevo enemigo. Resultado, al cabo de un tiempo tenía una multitud de contradictores y no sabía cómo administrar tantas enemistades, lo cual me impedía centrarme y profundizar en la denuncia más importante.

La segunda gran enseñanza que Lloreda me dejó fue nunca escribir nada en caliente. Cuando le llevaba algún escrito y él  veía la pasión y el sentimiento con el que había sido redactado, me pedía ponerlo en remojo durante unas horas, al cabo de las cuales podía apreciar los defectos que antes la calentura no me dejaba ver.

A Gerardo Bedoya, el inolvidable editor de opinión asesinado por el Cartel de Cali, le agradezco las decenas de veces que me devolvió una columna, bajo la convicción de que siempre había una frase que pulir o un  dato que complementar. De Gerardo, de su cáustica inteligencia, me quedó, entre muchas otras cosas, una reflexión inolvidable que no puedo dejar de compartir esta noche: “Diego, me dijo en alguna ocasión, ¿tú sabes cuál es la diferencia entre un buen abogado y un buen periodista? Pues que el buen periodista es el que dice más cosas con menos palabras y el buen abogado es el que dice menos cosas con más palabras”.

Y a Luis Cañón le doy gracias por haberme enseñado a manejar las grandes coyunturas informativas que surgen cuando menos se esperan. Le agradezco por haberme transmitido la importancia de, en ese momento crítico, tener la serenidad para hacer una alto y reunirse con todo el equipo de redacción, escuchar ideas, perfeccionar propuestas, planear procesos.

De esos aprendí a ser escéptico, a desconfiar de todo y de todos, en especial de los poderosos. Aprendí también que la verdad se encuentra en los sitios más insospechados. Y que quienes ejercemos este oficio nos debemos, antes que nada, a la comunidad que se informa y entiende el mundo a través nuestro. Gracias por esas enseñanzas.

Gracias, por último, a la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, al jurado del premio Clemente Manuel Zabala por haberme otorgado el premio a un Editor Ejemplar. Para alguien que ha dedicado su vida entera al oficio periodístico no hay reconocimiento más honroso.

En mi caso, interpreto el adjetivo  ‘ejemplar’ en el sentido de que los editores enseñamos con el ejemplo. Los 34 años que he estado inmerso en la batalla periodística me enseñaron que para que los siempre escépticos y críticos reporteros respeten al líder de la redacción, este debe ser un “general de trinchera”: el editor tiene que estar metido con ellos en ese campo de batalla periodístico. Planeando, dirigiendo, corrigiendo, disparando, estando en la primera línea del frente de batalla. Arriesgando la piel. Es en esos momentos, en las más duras batallas periodísticas cuando el editor más enseña y más aprende. Solo así, un editor se gana el respeto de su redacción.

En la trafaga diaria de las redacciones el ejercicio periodístico es una enseñanza permanente. Todos los días, todos aprendemos. Los jóvenes reporteros aprenden de los veteranos observando cómo trabajan, acompañando los procesos informativos. Y sucede que en la redacción de El País yo no soy el más ejemplar, simplemente soy el más veterano. El que más batallas ha librado, el que más cicatrices tiene.

Esta noche, cuando recibo el reconocimiento más honroso de mi carrera, no puedo dejar de evocar una frase que Rodrigo Lloreda  dejó como legado a quienes debimos sucederlo en la trinchera periodística del periódico del que él fue, sin duda, gran mariscal: El País, más que una empresa, es una misión. Y si algo he entendido luego de tantos años de liderar equipos periodísticos es que, precisamente, ser editor no es un trabajo, es una misión.

Muchas gracias.

Las buenas noticias para el periodismo: discurso de Ignacio Escolar, ganador del Reconocimiento a la Excelencia

Foto: Julián Roldán/FNPI.

Quienes me conocen saben que el mejor rasgo de mi carácter probablemente es el optimismo. Es tan fuerte que en ocasiones se convierte en un defecto, porque siempre prefiero ver el vaso medio lleno, en vez de medio vacío, y a veces ni siquiera hay vaso. Pero les aseguro que compensa. Prefiero ser optimista y equivocarme que dar la batalla por perdida.

En este oficio, el periodismo, el pesimismo ha tenido buena prensa. Y eso ha sido muchas veces peor que las propias derrotas del oficio. Llevamos años rendidos. Pronosticando, nosotros mismos, el final del periodismo. Muerto por Internet. Por el derrumbe del papel. Por las redes sociales. Muerto por los bots y la inteligencia artificial. Por las falsas noticias virales. Por esos redactores jóvenes que toman nota en su móvil, en vez de usar la libreta.

Sé que hoy, esta noche, en este hermoso auditorio en la preciosa ciudad de Medellín, solo quedamos los optimistas. Los que no le tenemos miedo al futuro porque depende de nosotros. Los que creemos que ese futuro del periodismo puede ser más brillante que su pasado.

Dicen los pesimistas que el periodismo está en crisis. Pero nuestro trabajo consiste también en no generalizar y profundizar en los detalles.

No está en crisis la función social del periodismo. Nunca lo ha estado. Fuimos, somos y seremos necesarios. Porque nuestro trabajo, cuando es honesto y riguroso, es un gran servicio público. El periodismo sirve para desnudar al emperador cuando va vestido con mentiras.

Tampoco está en crisis la demanda de muchos ciudadanos por el buen periodismo, el que destapa los abusos del poder. Ni está en crisis el método periodístico. Sabemos qué es y qué no es una noticia. Sabemos cómo se investiga. Cómo se comprueba la información y cómo se cuenta a los lectores.

La revolución tecnológica no ha transformado la esencia de nuestro oficio. Solo nos ha dado mejores herramientas. Algoritmos para analizar grandes bases de datos y transformar la información en conocimiento. Buzones encriptados para proteger mejor a nuestras fuentes. Nuevas vías para conversar con nuestra audiencia, a la que hoy también podemos escuchar, algo que deberíamos hacer más.

El método periodístico ha mejorado con la tecnología, que también nos ha dado un altavoz mucho más potente y eficaz. Internet simplemente es mejor que los canales que teníamos antes para distribuir la información. Internet es más rápido, tiene una profundidad infinita y es mucho más barato.

Por todo esto defiendo, a pesar de los pesimistas, que el periodismo no ha entrado en crisis: no en su función social, ni en el interés de las audiencias ni en su método. La única crisis del periodismo ha sido económica: cómo pagar el sueldo a los periodistas. No era un tema menor, porque no hay periodismo sin periodistas que vivan de su trabajo.

El colapso de los viejos modelos de negocio del papel no solo hundió el modo de vida de muchos periodistas. También arruinó el corazón de la prensa: su independencia editorial. Un lujo que solo se pueden permitir aquellos medios que son rentables.

Cuando fundamos eldiario.es, en 2012, las empresas periodísticas en España pasaban por uno de sus peores momentos en la historia. Miles de periodistas perdimos nuestro trabajo. La crisis económica provocó la quiebra de muchos medios y despidos masivos en aquellos que lograron sobrevivir. Quienes se salvaron lo hicieron con sueldos más bajos y, lo que es peor para el oficio: con el miedo en el cuerpo. Entre otros, cerró el periódico para el que yo entonces trabajaba.

Pero decidimos no rendirnos. Con el ahorro de unos pocos periodistas y amigos pusimos en marcha eldiario.es. Aprovechamos las ventajas de Internet para ser dueños de nuestra propia redacción. Apostamos por el periodismo de calidad, en vez de por las noticias virales. Y pedimos el apoyo económico de los lectores, pero no levantando un muro que dejase fuera a quien no pudiera pagar, sino cobrándoles a cambio de un diario que cualquiera puede leer gratis.

Había que ser muy optimista para apostar por un modelo así, pero funcionó. Siempre pensamos que había vaso y hoy eldiario.es es uno de los medios más leídos e influyentes en España, gracias, en gran medida, al apoyo económico de los lectores.

Justo al día siguiente de anunciarse que era el ganador de este premio de periodismo, tuve que ir a declarar como investigado ante un juzgado. La expresidenta de Madrid Cristina Cifuentes me pide hasta cinco años de cárcel. Me acusa, junto a mi compañera en eldiario.es Raquel Ejerique, del delito de “revelación de secretos”, por publicar que le habían regalado un título en una universidad pública española.

Cuando Cifuentes nos puso esa querella, hace seis meses, aún era la todopoderosa presidenta de Madrid. Y para intentar callarnos recurrió a los juzgados porque no tenía otra manera de presionarnos. Con otros diarios, habría usado maniobras más sutiles y eficaces. Hablar con el dueño del periódico y pactar un acuerdo. O retirar la publicidad de su Gobierno, de la que tantos medios dependen.

Con nosotros no pudo hacer otra cosa que llevarnos al juzgado y ni siquiera así logró intimidarnos. Poco después tuvo que dimitir porque perdió el apoyo parlamentario, en gran medida como consecuencia de las informaciones de eldiario.es.

Cifuentes no nos pudo callar porque no tuvo ningún dueño ajeno al periodismo con el que hablar, porque no hay ningún dueño de eldiario.es salvo los periodistas que trabajamos cada día en la redacción. Y también porque somos económicamente independientes. Porque no dependemos de la publicidad institucional de los gobiernos. Porque no tenemos deudas. Porque no nos financiamos con el intercambio de favores con el poder. Porque dependemos de los lectores.

En estos seis años, hemos alcanzado una audiencia mensual de diez millones de usuarios únicos y hemos convencido a 34.000 personas, nuestros socios, de que merece la pena pagar por periodismo independiente. Que les ayuda en sus vidas. Que sirve para cambiar las cosas. Y la mejor noticia de todas es que no somos los únicos que estamos logrando encontrar en los lectores la respuesta a la pregunta más importante: ¿quién va a pagar por el periodismo?

Era muy simple. El periodismo lo van a pagar sus lectores.

En todo el mundo, cada vez son más los medios que encuentran un futuro gracias a los lectores. Nuevos diarios digitales, como el nuestro, y también grandes periódicos de papel que se reinventan. El crecimiento en suscripciones está siendo generalizado en la mayoría de los medios de calidad estadounidenses. Allí los periódicos crecen, aunque la publicidad retroceda.

Está pasando en todo el mundo. La publicidad cada día es menos rentable para pagar el periodismo porque la mayor parte de ese negocio se lo han quedado otros, Google y Facebook, y dudo que vaya a volver a los periódicos con la importancia que antes tuvo.

A medio plazo, esto dejará dos tipos de modelos de negocio para la prensa en Internet. Habrá periódicos digitales que vivan solo de la publicidad, y para lograrlo necesitarán generar mucha audiencia al menor coste posible. Con algunas excepciones, serán medios sensacionalistas, esclavos de la difusión viral en redes sociales y donde el entretenimiento primará sobre la información relevante.

Pero también florecerá la prensa de calidad, esa prensa de excelencia que mereció que el derecho a la información y la libertad de expresión fuesen consagrados en todas las constituciones democráticas. Algunos pocos saldrán adelante gracias a las donaciones. Sostenidos por fundaciones que consideran, con razón, que financiar el periodismo independiente es un bien mayor, que no se puede dejar solo a los designios del mercado, especialmente en algunos países donde ese mercado es tan injusto, ineficiente e interesado.

Pero la mayor parte de la prensa escrita de calidad estará pagada mayoritariamente por sus lectores. Dependeremos de ellos. Más de lo que la prensa lo ha hecho nunca en su historia.

Toda la prensa siempre ha dicho, de forma a veces pomposa, que se debía a sus lectores. Pero, seamos sinceros, no siempre ha sido así. En demasiadas ocasiones, el lector no era el cliente, sino la mercancía. Y el negocio de la información era otro: el de las relaciones públicas, la propaganda y el cabildeo de favores con el poder.

Pero en el futuro próximo de verdad nos vamos a deber a nuestros lectores. Entre otras razones, porque no habrá mejores alternativas. Solo los medios que consigan la confianza de sus lectores, el respeto de sus lectores, el amor de sus lectores, van a crecer y consolidarse en el futuro.

El nivel de exigencia de un lector que paga por su periódico es muchísimo mayor. Y los lectores no pagarán por noticias virales. Ni por titulares exagerados, que decepcionan en el primer párrafo. Ni por noticias falsas o escritas al dictado del poder. Todo eso lamentablemente sobrevivirá. Pero la frontera entre la prensa de calidad y la propaganda va a estar cada vez más nítida.

Los lectores pagarán por buen periodismo. Por el ideal del periodismo.

Por eso soy tan optimista. Porque se va a imponer el periodismo de excelencia, que comprueba las noticias, que fiscaliza al poder, que pone por delante la verdad y el interés general de sus lectores. Que rectifica y pide disculpas cuando se equivoca. Ese va a ser el periodismo del futuro y no solo porque sea moralmente superior a la propaganda, que lo es. También porque va a ser nuestro único camino.

Muchas gracias al consejo rector y a la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano Gabriel García Márquez por este gran honor. Espero estar a la altura de la responsabilidad que me habéis entregado y tener siempre presente una de las muchas lecciones que nos dejó Gabo: que la ética debe acompañar siempre al periodismo, como el zumbido al moscardón.

Gracias a mi madre, Montse, a mi padre, Arsenio, y a mi mujer, Fátima; todos ellos periodistas. Gracias a mi hijo, Íñigo, que por ahora dice que de mayor quiere ser inventor y escritor, pero que aún no descarto transmitirle mi pasión por este oficio, que es el mejor del mundo. Gracias a mis compañeros de la redacción, porque este premio también se lo han ganado ellos. Pero sobre todo, quiero dar las gracias a los socios y socias de eldiario.es. Gracias a esos lectores comprometidos, que nos permiten ser libres y mirar hacia el futuro de la prensa con optimismo.

Periodismo de soluciones: qué es y cómo hacerlo bien

Liza Gross a la izquierda, Tina Rosenberg a la derecha en su taller del Festival Gabo. Fotografía: David Estrada Larrañeta | FNPI.

Por: Hernán Restrepo | @hrestrepo

La ganadora del Premio Pulitzer Tina Rosenberg y la experta en medios Liza Gross condujeron en la tarde del segundo día del Festival Gabo 2018 el taller Periodismo de soluciones: contar la historia completa.

Durante cuatro horas, más de 70 talleristas aprendieron de las dos expositoras las técnicas narrativas del periodismo de soluciones, un concepto que nace en 2013 para legitimar y extender esta forma de contar historias. Se trata del reportaje riguroso de las respuestas a problemas sociales y sus resultados. Es decir, cubrir un tema que está sucediendo ahora y las consecuencias que está teniendo.

Por tratarse de un concepto nuevo para los periodistas latinoamericanos, Liza y Tina recurrieron a lo largo del taller a comparaciones para establecer con claridad las diferencias entre lo que sí es periodismo de soluciones, y aquello que no lo es. Compartimos estas ideas a continuación:

Lo que sí es periodismo de soluciones 

Debe cumplir con los siguientes requisitos:
– Hace de la solución el eje narrativo.
– Se adentra en los detalles de la implementación.
– Presenta evidencia de resultados y efectividad, no solamente intenciones.
– Incluye personajes, pero se concentra en el proceso de resolución.
– Ofrece detalles de las limitaciones.
– Enfatiza en las perspectivas frescas e innovadoras.
– No es sensacionalista ni promueve puntos de vista.

 El fracaso instructivo, dar a conocer soluciones que no funcionaron, también hacen parte del periodismo de soluciones.

El periodismo de soluciones nos invita a cuestionarnos constantemente cuál es el rol del periodismo en la sociedad.

El periodismo ha cambiado mucho en los últimos 20 años, pero básicamente solo en el área de la difusión de las noticias. Hace falta cambiar ahora los métodos de elaboración de las noticias.

El periodismo de soluciones tiene el poder de volver a acercar a los medios tradicionales a sus audiencias y comunidades.

Quienes hacen periodismo de soluciones formulan preguntas distintas.

 El periodismo de soluciones muestra a los personajes tratando de resolver el problema, obteniendo resultados.

El periodismo de soluciones es explicativo, nunca es condenatorio. Si una solución no funcionó, buscamos comprender las razones de ese fracaso para aprender de él.

Al hacer un ‘ranking’, procuremos mostrar los resultados del mejor al peor. Analicemos los datos desde una perspectiva diferente.

El primer paso para hacer periodismo de soluciones es preguntarnos ¿quién responde mejor al problema que estamos tratando de resolver?

Lo que no es periodismo de soluciones

El concepto no debe prestarse a confusiones:
– No es el culto al héroe.
– No es mostrar una solución como la panacea.
– No es hablar de soluciones que en teoría podrían funcionar.
– La solución no es un apéndice del reportaje.
– No da lugar a especuladores disfrazados de expertos. En su lugar, dar lugar al uso de las redes sociales para tener participación genuina.
– No es invitación al activismo, sino ofrecer diversidad de opciones y soluciones.

El periodismo de soluciones no es un movimiento. Es una técnica periodística.

Paradójicamente, evitar la palabra ‘solución’ en nuestros reportajes es aconsejable al hacer periodismo de soluciones. De esta manera no nos arriesgamos a mostrar como una panacea la historia de la solución que estamos contando.

La falsa ayuda de los medios y la pornomiseria son formas impostoras de hacer periodismo de soluciones.

La cobertura negativa produce una postura defensiva, no de cambio. Esta percepción de impotencia lleva a la apatía.

Es mentira que el contenido negativo sea más viral que el contenido positivo. Un análisis del New York Times a 7.000 artículos compartidos vía e-mail, demostró que las historias positivas eran más veces compartidas.

Los periodistas necesitamos evolucionar de la figura del “perro guardián” a la del “perro guía”: no es suficiente revelar lo que está mal para esperar que el cambio se genere mágicamente. Más bien, resaltar las posibles soluciones que pueden contribuir a que el cambio suceda.

El periodismo de soluciones no hace promesas exageradas ni predice el futuro. Tampoco proclama que la solución presentada es la única existente. Mantiene la narrativa enfocada en la evidencia y las lecciones aprendidas.

La clave para que una historia de periodismo de soluciones no suene a publirreportaje es ser muy claros en las limitaciones de la solución que estamos dando a conocer.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos SURA y Bancolombia con sus filiales en América Latina.

Las 5 enseñanzas que nos deja la Maratón de las mejores historias de Iberoamérica

Maratón de las mejores historias de Iberoamérica. Foto: David Estrada / FNPI.

Por Marcy Alejandra Rangel | @MarcyAlejandra

El amplísimo escenario del Orquideorama del Jardín Botánico de Medellín es el lugar donde los doce finalistas de las categorías Cobertura, Imagen, Texto e Innovación se dan cita la primera mañana del Festival Gabo. Es una tradición para quienes celebran el periodismo en Iberoamérica escuchar las presentaciones de los trabajos, en carne y hueso, o transmitidas en directo, con las historias detrás de sus trabajos que fueron elegidos finalistas del Premio Gabo 2018.

Temas como la corrupción, la migración, debates sobre la religión, los derechos humanos y sus injusticias son parte de las inquietudes etnográficas de los periodistas y, sobre todo, de los lectores que han permitido –a través de sus lecturas– crear un impacto suficiente para posicionar esos trabajos dentro del espectro del periodismo en la región. Estas son algunas de las enseñanzas que los finalistas compartieron con la audiencia:

Maye Primera (Venezuela), Ginna Morelo (Colombia) y Daniel Moreno (México). Foto: David Estrada/FNPI.

Los periodistas están cada vez más preocupados por el formato

Rosental Alves, miembro del Consejo Rector del Premio Gabo, presentó la Maratón de las mejores hstorias de Iberoamérica en la categoría Cobertura con una premisa: “Es algo muy novedoso en el periodismo que los periodistas estén preocupados por generar impacto en las redes, en otros periódicos, en los formatos, y los tres reportajes hubo un uso de la tecnología práctica para entender la historia”.

Participaron la venezolana Maye Primera, editora de Univisión Noticias para América Latina; la colombiana Ginna Morelo, directora de la Unidad de Datos de El Tiempo; y el mexicano Daniel Moreno, Director General y Fundador de Animal Político.

A pesar de que las historias nominadas hablan de preocupaciones políticas de los países que ocupan, lo que realza las historias es el espíritu colaborativo con el que fueron concebidas. Univisión trabajó con El Faro, El Tiempo en alianza con Efecto Cocuyo y 27 periodistas que viajaron con los migrantes venezolanos desde tres de sus pasos fronterizos, y Animal Político lo hizo en conjunto con Méxicanos contra la Corrupción y la Impunidad y otros 25 medios que publicaron su trabajo, como parte de una estrategia de comunicación para generar mayor impacto en la sociedad y los políticos a los que denunciaron.

Moreno lo resume así: “Un periodista tiene que estar convencido de que un periodista tiene que cazar las audiencias y hay que diseñar estrategias para conquistarlos. Es clave entender que es igual de importante que tanto el responsable de video como el diseño se involucre desde la investigación misma. Que todo el equipo se pregunte: ¿De qué se trata el reportaje y cómo se va a complementar?”.

Joseph Zárate (Perú), Erick Lezama (Venezuela), Julio Villanueva Chang (Perú), Carlos Martínez (El Salvador) / Foto: David Estrada

Si el periodista no asume un riesgo, no puede contar lo que sucede.

Cada categoría del Premio Gabo adquiere un tamiz diferente, a pesar de que los temas de los trabajos puedan coincidir. El de la conversación entre los finalistas de la categoría texto estuvo arropado por la franqueza. Julio Villanueva Chang, director fundador de la Revista Etiqueta Negra, hizo que Joseph Zárate (Perú), Erick Lezama (Venezuela) y Carlos Martínez (El Salvador) leyeran los fragmentos más emotivos de sus crónicas y confesaran cuánto se habían conmovido durante el proceso de escritura. “Siempre hay que cuidar a la gente de sí misma. Lo importante es la gente, y este es un trabajo de empatía y de ponerse en los calzoncillos de otras personas”, señaló Chang.

Los periodistas, a partir de entonces, expusieron sus miedos: “Le permití a mis entrevistados leer la historia antes de publicarla porque se los propuse yo. Me pareció que no valía la pena arriesgar la vida de alguien”; “Es una historia de horror que sentía que podía pasarme a mí, podía pasarle a mi hermana”. A partir de esa sensibilidad, Lezama habló sobre la posibilidad de emocionar al lector contando una vida “común”, en una situación de fragilidad que vulnera al periodista desde su reportería. “Siempre corremos riesgos como periodistas, pero siempre afrontamos esos retos porque de lo contrario no estaríamos contando lo que sucede”. 

Isabella Bernal (Colombia) y Leonardo Vaca (Argentina). Foto: Joaquín Sarmiento/FNPI.
Isabella Bernal (Colombia) y Leonardo Vaca (Argentina) / Joaquín Sarmiento – FNPI.

Lo importante es lo que está detrás de la imagen.

Omar Rincón, crítico de televisión de El Tiempo, llevó la charla de los finalistas de la categoría Imagen al terreno de la informalidad. “¿Qué es lo que hace que una imagen sea periodística?” fue una pregunta que ayudó a desmitificar un poco el uso de la fotografía como herramienta cotidiana de quienes no son fotógrafos pero usan un teléfono inteligente para registrar sus momentos importantes.

“No se puede tomar una buena foto todos los días, en todos los momentos, porque lo importante es lo que está detrás de la foto” explicó Adriana Zehbrauskas, de Brasil, residente en México. Su trabajo nominado está compuesto por fotografías solo tomadas desde el iPhone y que imprime al momento, desde que hizo un trabajo en Guerrero y se dio cuenta de que sus entrevistados no tenían fotos familiares en sus casas.

Leonardo Vaca, de Argentina, apuntó que una fotografía es periodística cuando acompaña el trabajo de sus compañeros periodistas. Isabella Bernal, de Colombia, lo explicó de esta manera: “Una foto debe revelar la historia de mucha gente. No solo las imágenes, sino el periodismo le compete a muchas más personas. Cuando empecé a escribir, la gente me decía ‘tienes que pintar con palabras’. Ahora entiendo que el periodismo merece ser más redondo y no separar ninguna historia donde haya foto, video o texto”. 

Pere Ortín (España) en conversación con Carola Solé (España) / Foto: Joaquín Sarmiento – FNPI

Innovar es permitir que los lectores saquen sus propias conclusiones.

Carola Solé y Mari Luz Peinado, de España, y Juan Heliborn de Paraguay conversaron con Pere Ortín, director de Altair Magazine, sobre la innovación es sus trabajos.

Todos contestaron por qué consideran que su trabajo es innovador. El Surtidor, donde trabaja Heliborn, defiende la flexibilidad de los medios nativos digitales y explica que la innovación “parte de la desesperación y la carencia de recursos” y es “mezclar cosas que la gente hace muy bien para que funcionen en el periodismo”, mientras que Solé habla de la dificultad de innovar en un medio grande como AFP. “No son solo los datos en sí, es que los datos cuenten historias y que el público interactúe con esas historias y que sean una excusa para abordar lo que queremos de manera relevante”.

Finalmente, la innovación en el trabajo de Peinado, en Verne, fue hablar de un tema tabú como la menstruación en diferentes formatos que visibilizaran cada uno las infinitas historias que hay sobre este tema. “En este proyecto ha sido muy importante el feedback de los lectores. Distintos lenguajes para contar cómo la cultura pop ha influido en nuestra visión. Mientras quede claro que tiene una base rigurosa, porque estamos hablando de proyectos periodísticos, todo va a estar bien”.

Mari Luz Peinado, finalista del Premio Gabo / Foto: Julián Roldán – FNPI

No hay que tener miedo a que los proyectos salgan mal.

Mari Luz Peinado, finalista en la categoría Innovación, culminó su charla con un consejo para todos los periodistas: “Probar con los nuevos temas: no hay que tener miedo a que los proyectos salgan mal, porque, ¿qué significan que salgan mal? ¿Qué se lean poco? Pues a veces los temas se tienen que leer poco para poder seguir”.

 

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

5 claves para que las investigaciones sobre corrupción no se queden en la denuncia

De izquierda a derecha: Hugo Alconada Mon, Mónica González y Daniel Moreno. Fotografía: Joaquín Sarmiento | FNPI.

Por: Hernán Restrepo | @hrestrepo  

El periodismo de investigación vive uno de sus momentos de mayor trascendencia histórica en América Latina. Ante escándalos de corrupción que han traspasado fronteras, como es el caso de los sobornos de la constructora Odebrecht a gobiernos en toda la región, el rol de la prensa cobra importancia.

Es por esto que en el segundo día del Festival Gabo se dieron cita para hablar sobre periodismo contra la corrupción Mónica González, directora del CIPER; Daniel Moreno, director de Animal Político; y Hugo Alconada Mon, del diario argentino La Nación, en una charla moderada por Dora Montero de Consejo de Redacción.

Durante una hora, estos destacados periodistas de investigación discutieron cómo lograr que la prensa logre generar un verdadero impacto que vaya más allá del escándalo mediático inicial que se genera cuando se destapa una olla podrida.

  1. El problema es sistémico

Daniel Moreno, finalista del Premio Gabo 2018 en la categoría Cobertura con el trabajo La Estafa Maestra, resaltó que los casos de corrupción no son una anécdota aislada. Siempre están conectados con algo más. Por este motivo, al investigar la corrupción, es necesario no quedarnos en el caso, sino indagar para entender lo sistémico.

Ante esta idea, Hugo Alconada añadió que los periodistas debemos buscar explicar siempre el por qué de la corrupción y también de la impunidad.

Y al ser un problema sistémico, ha infectado también al periodismo. “Ese colega periodista que se deja corromper para lavar mentiras, le hace un daño terrible a la profesión y a su país”, comentó Mónica.

  1. Como a las serpientes, duro y a la cabeza

El dinero que se roban los corruptos es invariablemente dinero que debía invertirse en los más pobres, dijo Daniel Moreno. Por lo tanto, es un problema de justicia social que nos afecta a todos y en el cual el periodismo tiene una gran responsabilidad social.

Mónica González fue enfática al señalar que ya basta de investigar a los corruptos de tercera o cuarta categoría. Este momento de la historia exige que la prensa vaya tras las cabezas de la corrupción que se creen invisibles e intocables.

  1. Los jueces no son santos

Varias preguntas de los asistentes apuntaron a la colaboración entre los periodistas y los organismos encargados de ejercer justicia. En sus respuestas, los panelistas coincidieron en señalar que la justicia es parte del sistema de la corrupción. Baste con recordar que un fiscal anticorrupción en Colombia fue extraditado por pedir dinero a cambio de obstaculizar investigaciones. Por eso los periodistas no podemos depender solo de las investigaciones judiciales para hacer nuestras denuncias.

  1. Es un trabajo en equipo

Daniel recordó que la corrupción está presente en todas las historias que el periodismo aborda: deportes, cultura, música, economía… Ahí encontrarás corrupción. Por eso no podemos ser egoístas con la información que encontramos al investigar la corrupción, pues lo que está en juego es la vida de la democracia. El periodismo en estos casos no puede ser un ejercicio de lobos solitarios.

Además de trabajo en equipo, Hugo invitó a los asistentes a nutrirse leyendo el trabajo de quienes mejor han investigado la corrupción, pues hacerlo requiere estudio, método y disciplina. Y también una profunda convicción por el valor de la independencia.

  1. Ponerse en la piel del lobo

La conductora de la charla, Dora Montero, recordó que Gabriel García Márquez definía la corrupción como ese camino fácil que encontramos para hacer algo que es difícil. A lo que Mónica añadió que para investigar la corrupción, tienes que aprender a pensar como piensan los malos. Solamente así será posible seguir la ruta del dinero que los corruptos desvían empobreciendo a nuestros países.

https://www.facebook.com/festivalgabo/videos/2098550130473709/

 

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos SURA y Bancolombia con sus filiales en América Latina.

Cinco Reflexiones sobre el español

5 reflexiones sobre el español, ¿la lengua que nos divide?

Álex Grijelmo, Gioconda Belli, Mario Jursich, Leila Guerriero y Renato Cisneros durante la charla Español: ¿la lengua que nos divide? Foto: Julián Roldán/ FNPI.

Por Daniel Torrealba / @Danfebres

Aproximadamente 600 millones de personas alrededor del mundo hablan el español. Ahora, ¿se trata es una lengua que nos une o nos divide? Este dilema reunió a Leila Guerriero (Argentina), Álex Grijelmo (España), Renato Cisneros (Perú) y Gioconda Belli (Nicaragua) en conversación con Mario Jursich (Colombia) en el Parque Explora, en la ciudad de Medellín.

Estas son las cinco reflexiones que dejó el encuentro que se dio en el marco del #FestivalGabo2018:

¿Se está imponiendo una especie de español internacional?

La pregunta se la planteó Mario Jursich a los panelistas, al intentar entender si pueden existir poderes que pretendan unificar el español para que, por ejemplo, los potenciales lectores de algún diario o editorial escriban en esa misma variante.

La primera en responder esta cuestión fue Guerriero, quien rechazó de plano que esto pase, por lo menos en su caso. La argentina indicó que ella publica en diarios de varios países de Hispanoamérica y siempre “utiliza un vocabulario muy local”, aproximándose a “como habla la gente”. “Apuesto más a que lo que no se entiende se pueda comprender por contexto y a que la música del lenguaje aporte”, finalizó Leila.

Renato Cisneros también se mojó con la pregunta de Jursich e indicó que su libro Busco novia, de coloquialismos peruanos, se publicó tal cual en España, aunque sí hubo ciertas sugerencias de su editorial para adaptar algunas palabras.

Los diminutivos… los usa la gente, pero están proscritos en los diarios

A ellos, los diminutivos, no los encontrarás en la Nación, El Tiempo, el Clarín o El Espectador a pesar de que en varios países de América Latina son muy frecuentes, reflexionó Jursich. ¿A qué se debe? La respuesta para Álex Grijelmo es que el periodista “al hacer información tiende a distanciarse de los hechos y los diminutivos tienen una carga afectiva de la que el que escribe huye, para no implicarse en los hechos”.

Leila añadió que ella tiene parte de culpa en que no haya diminutivos en la prensa, pues siempre que está en el papel de editora y lee uno, lo tacha. ¿El motivo? Estas palabras califican y recortan la distancia con el “objeto o sujeto que estoy contando” y, en fin, “son cursis”.

El cuerpo humano y el sexo: en Latinoamérica, eufemísticos, y en España, denotativos

“Jamás he escrito ni pene ni vagina. No tiene misterio”. Gioconda Belli prefiere usar la “magia del erotismo y sublimar un poco” en su poesía. Ahora, Renato cree que esa diferencia, por lo menos en la escritura, puede depender del contexto, pues el peruano recordó que en su novela Dejarás la tierra se cuidó de no vulgarizar el sexo, mientras que en su blog Busco novia, “no importaba si decía pene o concha, porque son expresiones sumamente coloquiales”.

Para Grijelmo, los eufemismos en este tipo de palabras “siempre se terminan contaminando con la realidad que quieren encubrir”. ¿Un ejemplo? ‘Puta’, así pasó con esa palabra, según recordó el periodista español.

El español sí nos divide… en la política

Hay muchas palabras que tienen un significado en específico y, sin embargo, dependiendo del país y el gobernante significan cosas distintas, le comentó a la audiencia del Parque Explora y a los panelistas Mario Jursich, quien citó un ejemplo: la palabra ‘democracia’. ¿Cuáles son las raíces de este malentendido? Para Grijelmo reside en que son “palabras contenedoras en las cuales cada uno pone dentro el significado que ve”.

Y si hablamos spanglish… ¿nos debe preocupar?

El problema de esta mezcla de español e inglés, que tiene su mayor fuerza en los Estados Unidos, pasa por el hecho de que toca la “estructura de la lengua y eso puede ser un motivo de alarma”, indicó Jursich, a quien secundó Belli.

Por su lado el filólogo Grijelmo se manifestó poco preocupado por este tema, pues si alguien “considera que hablando así se entiendo mejor, que lo haga”. El problema, también, para esa persona es que se expone a no poder comunicarse con una colectividad de 550 millones de individuos, añadió Álex. Ahora, ¿qué sí le preocupa al autor de El genio del lenguaje? El uso de anglicismos, pues demuestra un complejo de inferioridad en el mundo hispano y nos hace creer que al expresar algo en inglés es más prestigioso que si lo decimos en español.

Revive aquí la charla

https://www.facebook.com/CentroGaboOficial/videos/274644813259611/

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos SURA y Bancolombia con su filiales en América Latina.

7 claves de Cristian Alarcón para contar historias de sexualidades disidentes

Cristian Alarcón en el Taller de crónica queer: como narrar sexualidades disidentes en el Parque Explora. Foto: Julián Roldán/FNPI.

Por Camila Del Villar | @cdvillar

Para el periodista argentino Cristian Alarcón, contar una buena historia no requiere tener un título de cronista. Durante el Taller de crónica queer: cómo narrar sexualidades disidentes, realizado en el primer día del sexto Festival Gabo, el editor de revista Anfibia aseguró que los tiempos de los periodistas de hoy no son nada parecidos a los de aquellos de quienes se posicionaron como sus maestros. Con esta idea, Alarcón compartió ciertas claves y valores de la crónica contemporánea que deben considerarse sobre todo a la hora de abordar temas como las sexualidades disidentes.

En un momento donde, de acuerdo con Alarcón, la crónica queer (o cuir) se encuentra en crisis, el maestro de la FNPI invitó a los 61 participantes del taller a escribir sobre el amor en la disidencia sexual, recordándoles que  “el periodismo es el territorio del ejercicio profundo de la libertad que se consigue con dos cosas: investigación (de la temática) y conocimiento profundo del lenguaje”.

De este taller quedan siete claves para poner en práctica a la hora de escribir crónicas sobre sexualidades disidentes:

1. “Un autor primero se conoce y luego escribe”. Alarcón afirma que el autoconocimiento es uno de los ejercicios esenciales para escribir crónicas. Propone hacerse preguntas que solo pueden responderse en privado o de las que a veces ni siquiera conocemos las respuestas. Explica que la búsqueda de la voz propia es un recorrido que nos permite tener una conciencia crítica sobre lo que se conoce de uno mismo.“Hay que cuestionar de dónde vengo, cuál es mi primer recuerdo, cuándo comprendí la diferencia entre goce y deseo o en qué momento entendí que llegó el amor”, añade el periodista.

2. “El tema queer exige formación”. El director de Anfibia recomienda estudiar la teoría y  la historia de la diversidad sexual para contar con propiedad. Explica que antes escribir del tema hay que dominar el contexto, en el que se incluyen ideas como que la sexualidad tiene que ser administrada por la iglesia, los médicos, la justicia o la prensa y que las disidencias están relacionadas con peligrosidad, alcoholismo o drogadicción. “Ahora la teoría queer, la teoría feminista, todo está accesible”, dice Alarcón.

3. “La condición del cronista es mutante y necesita nuevas herramientas”. Según Alarcón, las mutaciones, para los periodistas y para cualquier persona, no sólo son aquellos cambios a los que estamos expuestos en el ambiente; también son aquellos a las que nos sometemos como consecuencias de lo que creemos. “Si no, ¿por qué no nos quedamos fijos en un rol?”, se cuestiona el editor. Él considera que, a la hora de escribir historias, para un periodista es clave preguntarse cuáles son esos territorios a dónde puede y quiere ir con su trabajo, y a donde aún no ha ido. “Si estamos en una época donde lo transicional parece ser el estado permanente, hay que aceptarnos como cronistas en tránsito, sin la necesidad de tenerlo todo claro”.

4. “Cualquier periodista puede ser un activista, pero no todo activista puede ser periodista”. El activismo ya está profesionalizado, mientras que hace algunos años no. Esto causaba que, sin que el periodista siquiera lo supiera, no había división entre lo uno y lo otro, explica Alarcón. Añade que hoy, cuando esa distinción está clara, es importante encaminar cada propósito. Aunque en la acción puede ser distinto, el periodista puede ser activista con el impacto de su trabajo.

5. “La voz del narrador se funda en la experiencia”. Para acercarse a las historias de las personas queer, hay que asumir esfuerzos en reducir las distancias que puedan existir e implementar otros procesos. “La voz de narrador no sale de una entrevista de dos horas, sino de la inmensa experiencia que tuvo con el tema”, dice Alarcón.

6. “Cuidado con la fetichización de lo queer”. En un momento en que existen ideas predeterminadas del género y donde apenas se comienza a cubrir las disidencias, es común caer en formas monótonas de contar estas realidades y meter todo en un mismo saco. Frente a esto Alarcón propone salir de los temas frecuentes e indagar cuáles son las percepciones sociales y políticas de las distintas disidencias. “El periodismo no es otra cosa que la búsqueda de preguntas nuevas. No es la obtención de respuestas”.

7. “El periodismo es territorio del ejercicio profundo de la libertad que se consigue con dos cosas: investigación y conocimiento profundo del lenguaje”. El editor de Revista Anfibia dice que con estos dos elemento se encuentra la creatividad para romper esquemas. Explica que ahora, cuando el periodismo exige velocidad de acción, hay que entrenarse en la capacidad narrativa a través del conocimiento de la teoría de los temas que cubrimos y la lectura de la gran literatura.

Sobre Cristian Alarcón

Actualmente dirige la revista Anfibia de la Universidad Nacional de San Martín y Cosecha Roja, y la Red de periodismo judicial de América Latina. Autor de los libros Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, Si me querés, quereme transa y de la antología Un mar de castillos peronistas. Fue becario del diario Clarín. Trabajó en el diario Página/12, la Revista TXT y el diario Crítica de la Argentina.

Es maestro de la FNPI. Es profesor titular en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata y fundador del posgrado en Periodismo Cultural. Ha sido becado como profesor visitante por el Lozano Long Institute of Latin American Studies de la Universidad de Austin, Texas. Recientemente fue designado como profesor visitante por el Centro de Estudios en civilizaciones, lenguas y letras extranjeras –CECILLE—y la Facultad de Periodismo de la Universidad de Lille, Francia.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos SURA y Bancolombia con sus filiales en América Latina.

Autenticidad, la clave común entre el buen periodismo y la buena cocina

El chef Andoni Luis Aduriz, del famoso restaurante Mugaritz, uno de los invitados al primer panel que se realizaba en el Festival Gabo sobre periodismo culinario. Foto: Joaquín Sarmiento / FNPI. 

Por: Hernán Restrepo | @hrestrepo  

Dos de los más reconocidos chefs de Iberoamérica se dieron cita al cierre del primer día del Festival Gabo, para discutir con tres periodistas especializados en crítica gastronómica sobre el concepto de verdad en las historias sobre comida.

La chef colombiana Leonor Espinosa y el español Andoni Luis Aduriz, en un panel moderado por el Benjamín Lana, debatieron sus preocupaciones sobre la cocina y los comensales actuales con Julián Estrada de Colombia, y Ocarina Castillo, antropóloga venezolana.

Aquí, las principales ideas compartidas durante la charla:

Lo que el lector y el comensal esperan es autenticidad: Benjamín Lana

Hay un ansia por defender la verdad. Lo demuestran palabras que usamos para describir alimentos como puro, sostenible, auténtico, y orgánico. Todas son palabras que buscan el origen, la verdad. No es casualidad que la palabra y la comida comparten un lugar común, que es la boca. Citando ‘El dilema del omnívoro’ de Michael Pollan, un libro que se mencionó varias veces durante la charla, Benjamín recordó que comida no es lo mismo que alimento.

No nos quedemos en el paisaje que está servido sobre la mesa: Ocarina Castillo

Quienes escribimos sobre cocina no podemos quedarnos en el espectáculo. Es necesario ir más allá del plato y del restaurante que tratamos de describir. Debemos entender el proceso alimentario que permite que el producto vaya desde el lugar donde se produce, hasta llegar al emplatado. Todo ese proceso es importante para darle a las despensas originarias el respeto que merecen. Al hacerlo, no olvidemos poetizar la cocina. Es decir, esforzarnos por que el relato sobre comida transmita valores, sentimientos y nuevas memorias.

El comensal ha cambiado: Julián Estrada

La nutrición, la dietética y la ingeniería de alimentos son nuevas ramas de la cocina que han modificado la forma en que se comporta el comensal moderno. Este comensal es hipocondríaco y narcisista. Se preocupa más por las calorías que contienen los alimentos, que por su sabor. Esto es una mentira tan grande como lo son las palabras de moda ‘light’ y ‘gourmet’.

Las historias sobre cocina son la historia de un país: Leonor Espinosa

El afán por estar a la par de las tendencias y las modas en la forma de cocinar nos ha llevado a servir mentiras, a una cocina equívoca. Contar la historia sobre un ingrediente, sin vivirlo, ya es una mentira. Son muchos los cocineros que se han tratado de apropiar de las recetas e ingredientes autóctonos, sin vivir las regiones de donde provienen. Los ingredientes se sienten, y plasmarlos en un plato debe ser una vivencia.

El proceso gastronómico es todo, menos simple: Andoni Luis Aduriz

Hay quienes dividen el mundo en blanco y negro. Por ejemplo, entre quienes saben contar historias y los que no. El que sabe contar historias es el que se lleva a la rubia en el bar, es cierto. Pero el mundo de la cocina no es tan simple. Sin embargo, hemos tratado de simplificar con generalizaciones a la comida. Por ejemplo, creemos que todas las abuelas son grandes cocineras, lo cual es una mentira.

El creador del restaurante Mugaritz enumeró otras mentiras culinarias: que el sabor es lo primero. Que como aquí no se come en ningún sitio. Que las cosas tienen que saber a lo que son. Que la cocina se explica por sí sola, no hace falta que la cuentes. Pero lo cierto es que detrás de la cocina siempre habrá historias que necesitan ser contadas. Sin historias, un restaurante está vacío, es solo materia.

Los falsos ‘foodies’, una plaga

Leonor contó la historia de aquella vez en la que una mujer, con más de 600 mil seguidores en Instagram, le escribió por mensaje privado para tratar de chantajearla. Pedía que la invitara a ella y a su esposo su restaurante a cambio de hacer una publicación favorable. Para Leonor, corren peligro los chefs y cocineros que se dejan llevar por los comentarios de los consumidores egocéntricos que no saben reconocer la comida auténtica, estos falsos ‘foodies’ e influenciadores de redes sociales que no son comensales de verdad.

Los programas sobre cocina han estereotipado a los cocineros

Los panelistas coincidieron en señalar que los ‘reality shows’ donde los chefs se convierten en jueces de aprendices, han hecho un daño terrible a la imagen de quienes se dedican a la cocina. Ahora se les percibe como implacables y fríos seres sin corazón, que reflejan esto en su forma de cocinar y administrar como tiranos sus restaurantes.

https://www.facebook.com/festivalgabo/videos/2044407505871682/

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI – Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos SURA y Bancolombia con sus filiales en América Latina.

Sigue el Festival Gabo en directo

Así será el segundo día del Festival Gabo 2018

La entrega del sexto Premio Gabriel García Márquez de Periodismo es el evento central del segundo día del Festival Gabo, que tiene lugar en Medellín del 3 al 5 de octubre de 2018. Los ganadores se darán a conocer en una ceremonia que tendrá lugar en el Orquideorama del Jardín Botánico a partir de las 8:00 p.m.

Es alrededor de este galardón, considerado uno de los más prestigiosos del periodismo en Iberoamérica, que se ha conformado este año una amplia programación de tres días con 75 actividades y más de 150 invitados, con el fin de generar un diálogo entre el periodismo, la ciudadanía, la cultura y la tecnología.

Exceptuando la ceremonia del Premio Gabo, la entrada a todas las actividades es libre hasta llenar aforo. Si no puedes asistir, consulta aquí cómo puedes seguir la transmisión en directo de los eventos del Festival Gabo por Facebook Live y festivalgabo.com.

La programación del segundo día comenzará en el Orquideorama del Jardín Botánico, a las 9:00 a.m, con Diego Martínez Lloreda, director de información de El País de Cali y flamante ganador del Reconocimiento Manuel Zabala al editor colombiano ejemplar, quien compartirá con la audiencia y los periodistas Luz Marina Tobón y Santiago Gamboa sus visiones e ideas como periodista, formador y ciudadano. Al final de la mañana hará lo propio Ignacio Escolar, ganador del Reconocimiento a la Excelencia, en conversación con Natalia Viana y Jean-François Fogel.

Desde las 2:30 p.m. se abrirá en el Salón Restrepo del Jardín Botánico un espacio para que los asistentes conversen sin intermediarios ni moderadores con los creadores de importantes proyectos periodísticos innovadores, como Data Cívica y Pictoline. Al final de la tarde se proyectará, en el mismo lugar, el documental de Caio Cavechini, Carne y hueso.

En paralelo se desarrollará la programación del Parque Explora, donde se abordarán tópicos como la discriminación que sufren las mujeres con discapacidad, las crónicas de viajes y el potencial alimentario de Colombia.

A las 4:30 p.m. comenzarán las charlas de Mentes curiosas, sección del Festival Gabo que se desarrolla en el Museo de Arte Moderno de Medellín. El autor de algunas de las fotos más célebres de García Márquez, uno de los discípulos de Gabo en la escuela de cine que fundó y un escritor ganador del Premio Cervantes, y amigo personal del Nobel, son algunos de los personajes que participarán en una serie de charlas informales pero profundas.

Conoce toda la programación del día 2 aquí:

Orquideorama – Jardín Botánico

9:00 a.m. – 10:00 a.m.

Reconocimiento Clemente Manuel Zabala a un editor colombiano ejemplar

Diego Martínez Lloreda, Luz María Tobón, Santiago Gamboa

Sección: Premio Gabo

10:00 a.m. – 11:00 a.m.

El continente cautivo: periodismo contra la corrupción y la captura política en América Latina

Hugo Alconada Mon, Daniel Moreno, Mónica González, Dora Montero

Sección: La cocina del periodismo

11:00 a.m. – 12:00 p.m.

El misterio de la audiencias: más allá del ‘engagement’

Eduardo Salles, Carolina Robino, Antonio J. Rodríguez, Pedro Burgos, Margarita Barrero

Sección: La cocina del periodismo

12:00 p.m. – 1:00 p.m.

Ignacio Escolar, periodista a pesar de todo

Ignacio Escolar, Natalia Viana, Jean-François Fogel

Sección: Premio Gabo

8:00 p.m. – 10:00 p.m.

Ceremonia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2018

Sección: Premio Gabo

 

Universidad de Antioquia

10:00 a.m. – 11:00 a.m.

Periodismo y construcción de paz: ¿cómo se narra el posconflicto

Martín Rodríguez Pellecer, Juan Diego Restrepo, Patricia Nieto, Nubia Rojas

Sección: La cocina del periodismo

 

Salón Restrepo – Jardín Botánico

2:30 p.m. – 3:30 p.m.

Data Cívica: tecnología en procesos de verdad y justicia en México

Carolina Torreblanca

Sección: Periodismo de tú a tú

3:30 p.m. – 4:30 p.m.

Periodismo performático: la palabra ya no tiene el podr

Sebastián Hacher, Sol Dinerstein

4:30 p.m. – 5:30 p.m.

Sección: Periodismo de tú a tú

Pictoline: crear en la era de la distracción

Eduardo Salles

Sección: Periodismo de tú a tú

6:00 p.m. – 7:15 p.m.

Proyección del documental Carne y hueso

Sección: Muestras

 

Universidad Pontificia Bolivariana

3:00 p.m. – 4:00 p.m.

Las rutas ocultas del dinero

Hugo Alconada Mon, Juan Andrés Guzmán, Ginna Morello

Sección: La cocina del periodismo

 

Parque Explora

3:30 p.m. – 4:30 p.m.

El retrato de la desigualdad

Constanza Portnoy, Jineth Bedoya, Claudia Daut, Silvia Omedes

Sección: La cocina del periodismo

4:30 p.m. – 5:30 p.m.

Los frutos de esta tierra: el poder alimentario de Colombia

Leonor Espinosa, Felipe Macía, Julián Estrada, Jaime Forero Álvarez

Sección: Obsesiones de Gabo

5:30 p.m. – 6:30 p.m.

Viajar para contar(nos)

Diego Cobo, Sabrina Duque, Santiago Gamboa, Alejandro Torres Parra, Pere Ortín

Sección: La cocina del periodismo

 

Instituto Tecnológico Metropolitano – ITM

4:00 p.m. – 5:00 p.m.

Detrás de cámaras: el oficio de dirigir cine documental

Caio Cavechini, Alberto García Ferrer

Sección: Obsesiones de Gabo

 

Museo de Arte Moderno de Medellín

4:30 p.m. – 5:30 p.m.

Heterodoxias de Ruven Afanador

Ruven Afanador, Rocío Arias Hofman

Sección: Mentes curiosas

5:30 p.m. – 6:30 p.m.

El Cervantes de Masatepe

Sergio Ramírez, Gonzalo Celorio Blasco

Sección: Mentes curiosas

6:30 p.m. – 7:30 p.m.

Marcos López y las preocupaciones de un artista pop latinoamericano

Marcos López, Emiliano Valdés, Camilo Jiménez Santofimio

Sección: Mentes curiosas

 

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

Cómo hizo Playground para pasar del ‘Me gusta’ y ‘Compartir’ a la acción

Antonio J. Rodríguez, editor jefe de Playground, durante su charla en el Festival Gabo (Foto Joaquín Sarmiento/FNPI).

Por Sebastián Aguirre Eastman | @aguirresebas

Comenzó como un blog de música en 2008 pero diez años después es una de las revistas digitales referentes del periodismo iberoamericano, capaz de convertir una idea periodística en un producto multiplataformas exitoso que aborda temáticas diversas, pero que en un momento dado los llevó a cuestionarse sobre la trascendencia que dicho contenido tenía en la vida real más allá de los innumerables Me Gusta y Compartir que este recibía en la virtualidad.

Durante la charla que sostuvo con los asistentes al Festival Gabo la tarde de este miércoles 3 de octubre, el editor jefe de la publicación, Antonio J. Rodríguez, contó cómo mediante sus videos -una apuesta por la que se inclinaron en 2015 con muy buenos resultados, en especial en Latinoamérica, de donde se origina gran parte de su tráfico-, las audiencias les fueron comentando cómo, además de aprobarlos y compartirlos, se podía hacer algo por aquellos quienes protagonizaban sus denuncias virales. Era pasar del Me Gusta y el Compartir a la Acción; Like Share & Do, que es el lema actual de Playground.

Charla de Antonio J. Rodríguez, de Playground, en el Festival Gabo (Foto Joaquín Sarmiento/FNPI). 

Esta premisa se convirtió, entonces, en la piedra angular de su proyecto. En el Festival, Antonio presentó tres casos de éxito que fueron publicados en los últimos meses, que reflejan la esencia de sus acciones más allá de las redes sociales.

El primero fue el caso de los manteros en Barcelona, España, el término que se refiere a los migrantes que al llegar a la ciudad se encuentran en un callejón sin salida, pues para trabajar necesitan papeles y su única opción son las ventas ambulantes en las calles de esta urbe, y esto supone una serie de problemas políticos entre quienes quieren ayudar a esta población y aquellos que se oponen a su presencia.

Nació así entonces la campaña Top Manta,  con la cual no solo se contó su historia, sino que no siendo eso suficiente se les ocurrió ir más allá y ayudarles con la creación de una marca propia llamada Top Manta, “ropa legal hecha por gente ilegal”.

Playground no solo difundió la campaña sino que les ayudó con el concepto audiosivual y a través de sus audiencias masifició el mensaje. Like, Share & Do.

Charla de Antonio J. Rodríguez, de Playground (Foto Joaquín Sarmiento)
Charla de Antonio J. Rodríguez, de Playground (Foto Joaquín Sarmiento)

 

El segundo caso expuesto por Antonio fue #MeQueer, una campaña en la que personas de la comunidad LGBTI denunciaban casos de abuso sexual y discriminación. Este proyecto, ubicado en “una línea fronteriza entre periodismo y accionabilidad”, fue impulsado por Playground en agosto de 2018 luego de que surgiera en Alemania como continuación, una versión, del #MeToo.

Con este tema, comentó Antonio, taguearon una serie de contenidos afines a esta población en la que informaron sobre esta iniciativa y el periodista que los desarrolló, Ruben Serrano, lo promovió entre sus audiencias, y como consecuencia el hashtag se hizo viral y fue trending topic. Un caso curioso, señaló Rodríguez, por la agilidad con que se hizo y la cantidad de usuarios en redes sociales que alcanzó. Like, Share and Do, de nuevo.

La tercera campaña fue muy conocida en redes sociales: Velaske yo soi guapa, una canción que mezcló el ritmo del trap con la historia del cuadro famoso del siglo XVII, y que denunciaba la presión a la que son sometidas las mujeres por verse siempre bellas, “guapas”.

El video, recordó Antonio, surgió en una época de “feminismo viral” cuyos contenidos ocupan las tendencias virales con mucha frecuencia. Acudiendo a recursos de animación sencillos pero efectivos, Playground quiso hacer “de la necesidad una virtud”. Este contenido trascendió el simple Like and Share y se integró en el día a día de las personas

Como conclusión, Antonio J. Rodríguez planteó que las tres campañas se unían en “la objetividad a la imposibilidad de renunciar al punto de vista; en que la ansiedad por las soluciones produce el nacimiento del querer hacer, que por tanto lleguen propuestas de soluciones y por último que se cree una audiencia activa”. 

Claves para generar buenos contenidos

El editor jefe de Playground dejó algunas claves sobre cómo realizar buenos contenidos, que sean entretenidos pero que no vayan en detrimento de la calidad y la rigurosidad de la información.

“Detrás de cualquier reportaje hay una idea valiosa. Primero tiene que poner las ideas y luego los formatos”. “Después hay que divulgar sin caer en la banalización, todo debe hacerse con rigor y de forma atractiva”. “La clave de la permanencia de los medios de comunicación está en tener el mismo fondo pero con distinta forma”, y “todos los medios tiene que prestar atención a sus audiencias para saber cuáles contenidos son los que más les interesan, pero para que el medio pueda evolucionar tiene que tener una identidad”, fueron algunas de sus frases más valiosas para los asistentes.

https://www.facebook.com/FNPI.org/videos/313886759421686/

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.