Cubrir las élites en el actual contexto latinoamericano: un territorio por explorar en el periodismo

Los grupos de poder siempre han representado un gran reto para el trabajo profesional de los periodistas, por eso ese fue el tema central de una de las charlas en el Festival Gabo 2022. 

Por Rainiero Patiño M.

Uno de los grandes desafíos que enfrentan los periodistas latinoamericanos es la presión de las élites o grupos de poderosos en el desarrollo de su trabajo, sobre todo cuando adelantan investigaciones que tienen como protagonistas a esos mismos personajes o a miembros de sus círculos más cercanos. ¿Quiénes son?, ¿qué hacer para sobrevivir en medio de este escenario? y ¿cuál es la mejor manera de informar sobre ellos?, son algunos de los interrogantes que muchos se plantean.

Los periodistas Juanita León, Alberto Arellano, Carmen Aristegui y Pere Ortín compartieron sus experiencias sobre el tema y dan consejos para entender y saber cómo cubrir a los poderosos latinoamericanos en la charla ‘Élites sin destino’, que tuvo lugar en Bogotá en el 10º Festival Gabo.

¿Quiénes son las élites?

Carmen Aristegui, experimentada y distinguida periodista mexicana, cree que debido a su complejidad es clave hacer análisis transversales a la hora de identificar a las denominadas élites, ya que estas pueden ser grupos económicos, políticos, comerciales, sociales (o de cualquier cosa), que en apariencia podrían parecer pequeñas, pero terminan siendo muy poderosas e influyendo en la vida de las sociedades. Y hoy no existen fronteras en su composición, porque su fuerza puede estar determinada tanto por negocios lícitos como ilícitos, debido a que los poderes formales están trastocados por los poderes fácticos, y detrás de los fácticos están los poderes criminales.

Entonces, para la periodista de la cadena internacional CNN en Español, lo que serían estos poderes fácticos, que ahora claramente están impactados por el crimen, el narcotráfico y la delincuencia organizada, hace que los procesos de compresión sean muy complejos. Y al final lo que pasa es que las sociedades están sujetas a dinámicas donde la representación social está impactada en las elecciones por dinero de esas élites y acaba la sociedad teniendo democracias imperfectas o trastocadas. 

¿Por qué es tan difícil cubrir a las élites?

Juanita León, directora de La Silla Vacía, dice que lo que pasa es que es mucho más fácil entrevistar a los pobres que a los ricos: no solamente los primeros no tienen abogados, sino que tienen mucha más disponibilidad y, en términos económicos, su tiempo vale menos. Además, en cierta forma tienen mucho menos que perder hablando con los periodistas.

En el caso de las élites, la directora explica que cuando alguien hace parte de una élite tiene más capacidad de que sus historias salgan como quiere en los medios, porque tiene más capacidad de influir en el cubrimiento. Y en muchos de esos casos no tiene que salir el reportero a buscar esa historia, sino que la historia entra al periódico por otros canales más directos.

Otros temas para desarrollar 

Alberto Arellano, periodista chileno del Ciper, gracias a su experiencia en el contexto chileno, señala que entre los grandes temas que se pueden desarrollar en el cubrimiento de élites son el de indagar en la forma en que algunas de estas personas gestionan sus fortunas, cómo evitan el pago de impuestos o intentan reducir la carga impositiva sobre sus capitales y utilidades. Además, dice que es clave investigar sobre la forma en que trasladan operaciones al extranjero para efecto de herencias y sucesiones; y, por supuesto, cómo usan los paraísos fiscales con la excusa de que estos son legales, siempre de la mano de grandes grupos de contadores y abogados. 

Ataques directos

Carmen Aristegui señala que hay una preocupación generalizada con lo que está pasando con algunos presidentes en Latinoamérica, donde parece que se ha instalado el modelo de convertir a la actividad periodística  y a los periodistas en enemigos, lo que es un planteamiento político muy grave tanto para los periodistas como para las democracias.  

La estrategia, dice, parece que es desgastar, minar y aniquilar moralmente a los periodistas. En algunas ocasiones, incluso, se le aniquila físicamente y muchos de esos casos terminan en la impunidad.

Para esto se viene usando el desprestigio, la persecución en redes sociales y en los circuitos en donde el diálogo social está revuelto entre la gente que participa de forma genuina en la discusión social y todo un aparato de bots, de gente dedicada exclusivamente a ese propósito de dañar y aniquilar a los periodistas al identificarlos como opositores o enemigos. Modelo que lastimosamente es muy eficiente. 

Lo irónico, añade Aristegui, es que estas élites, sobre todo las políticas, se cuidan mucho de ir en ataques directos contra los magnates, los dueños de los grandes capitales o los líderes de grandes grupos de comunicación.

Ojo al foco

Aristegui también planteó que los periodistas latinos actualmente se están enfrentando a otra estrategia de las élites, sobre todo la política, que busca desviar el foco de su atención. La idea es que se planteen en la agenda pública, de forma deliberada, discusiones sobre temas que generan posiciones radicales, como el clasismo y el racismo, por ejemplo, porque eso le conviene al poder político. Lo que les resulta muy eficaz, dice, porque distrae la atención nacional y porque son temas que traen una carga histórica muy poderosa y despiertan mucha pasión en la gente.

¿Es inevitable que los medios y las élites tengan intereses comunes?

Juanita León cree que las audiencias están cada vez más fragmentadas, entonces hay una proliferación de medios, chiquitos o grandes, que sirven a audiencias más pequeñas, entonces hay una democratización de la información porque se tienen más opciones. Pero, sí cree que los medios han sido siempre también vehículos de las élites para proteger sus intereses y avanzar su visión del mundo.,

La transformación de la revista Semana en Colombia, explica, es un ejemplo evidente de eso, porque después que la adquirió una nueva élite, con una nueva apuesta no solo ideológica, se utilizó facilitar un meganegocio y para ganarse el favor del gobierno del momento, lo que desnudó algo que estaba presente en muchos medios, pero que en este caso fue tan burdo que no había forma de ignorarlo.

Conclusión válida 

Pere Ortin, director de Altaïr Magazine y quien participó como moderador de la charla, destacó a modo de cierre del evento:Una de las cosas que he aprendido es que el relato de las élites es un territorio aún por explorar”.

Sobre el Festival Gabo

El Festival Gabo es convocado por la Fundación Gabo, que inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año la 10º edición del Festival Gabo, además de volver a la presencialidad, y debutar en Bogotá como punto de encuentro de los narradores de Iberoamérica, celebra los 40 años del Nobel otorgado a Gabriel García Márquez y se inspira en su discurso ‘La soledad de América Latina’.

El Festival Gabo es posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá.

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6 retos que enfrentará el periodismo en la década de 2020

Jaime Abello moderó el panel en el que participaron Carmen Aristegui, Soledad Gallego-Díaz y Pedro Doria. Foto: Joaquín Sarmiento / Fundación Gabo.

No se puede ignorar, en medio de la celebración del buen periodismo que es el Festival Gabo, que hay múltiples crisis afectando al oficio desde distintos planos: político, económico, empresarial y, sobre todo, en su la relación con la ciudadanía. Todo ello atravesado por la disrupción que ha producido la entrada de las tecnologías digitales, sus posibilidades, oportunidades y al mismo tiempo sus amenazas.

En el panel ‘Periodismo, ¿para qué?’, realizado en el Festival Gabo 2019, Carmen Aristegui, directora de Aristegui Noticias; Soledad Gallego-Díaz, directora de El País, y Pedro Doria, editor de Meio, conversaron con Jaime Abello, director general de la Fundación Gabo, sobre la necesidad de un periodismo que sepa lidiar con algunos de los retos que traerá la década de 2020. 

Los nuevos populismos

El periodismo latinoamericano tiene el reto de cubrir gobiernos con plataformas populistas recientemente instalados en la región, como es el caso de México. Según Carmen Aristegui existe un “desafío monumental de entender e informar” sobre Andrés Manuel López Obrador, el primer presidente de izquierda que ha tenido el país en siete décadas. “Hay una esperanza enorme y también una gran dosis de inquietud e interrogantes sobre si una figura como la de López Obrador tendrá los elementos suficientes para construir un gobierno a la altura de las promesas y la expectativas”.

Por otro lado, el periodismo brasileño enfrenta el gran reto de hacer cubrimiento a Jair Bolsonaro, elegido gracias principalmente al impulso de las redes sociales y las fake news, y quien abiertamente le ha declarado la guerra a los medios tradicionales. Explicó Pedro Doria que Bolsonaro ha recurrido a la táctica de “bombardear” la credibilidad del periodismo, que han implementado gobiernos brasileños de las últimas dos décadas. “Dicen que la intención de los periodistas es un nuevo golpe de estado. Esto es un trazo fundamental de la política ahora, tanto de izquierda como de derecha”.

La carrera por la información

Vivimos en una época en la que el periodismo, el usual encargado de informar y explicar, parece tener competencia desde todos lados. “Por un lado están los expertos en las redes, por otro lado los creadores de mentiras”, dijo Jaime Abello. “En todo caso estamos en un escenario comunicacional donde el ruido es enorme”.

Soledad Gallego-Díaz afirmó que no debería haber tal carrera del periodismo por ser el primero en informar, en el entendido que entregar un dato -ni siquiera una noticia- es necesariamente informar. La directora de El País sostuvo que el periodismo -el buen periodismo- debe basarse en la comprobación y debe tener la “capacidad de conectar informaciones que no parecen conectadas, y que los ciudadanos sepan que hacen parte de un conjunto”. 

“El otro día subí por un ascensor en Madrid que te decía cómo iba la bolsa, qué era lo último que había dicho Trump, la última decisión de la UE”, relató. “Cuando llegué al piso 22, sabía todo eso, pero no estaba informada ni era mejor persona”.

La desinformación

Jair Bolsonaro y Boris Johnson son apenas algunos de los últimos casos de gobernantes de derechas con pocos escrúpulos al momento de dar información falsa. Si bien hay quienes afirman que existe una suerte de conspiración para instalar gobiernos de extrema derecha en el mundo, Soledad-Gallego Díaz explica que las fake news simplemente hacen parte de una “coincidencia de mecanismos que han resultado prácticos para quienes buscan obtener el poder político”. 

 “Bolsonaro lo ha aprendido de Trump y de Orban”, dijo Gallego-Díaz, quien agregó que la llegada de esta clase de políticos a sus puestos de poder es resultado de “una serie de incertidumbres internacionales” que estos han capitalizado gracias a “estrategias de desinformación”.

La crisis de la democracia impulsada por lo digital

Pedro Doria explicó que la estrategia de Whatsapp que usó la campaña de Bolsonaro a la presidencia consistió en el acceso a miles de grupos con diversas categorías específicas, convertidos en cámaras de resonancia de información parcializada y fake news. “Había cientos de grupos de evangélicos y de cristianos devotos; otros miles de personas obcecadas por el liberalismo económico, en ciudades grandes como Sao Paulo; grupos que tenían nostalgia de la dictadura militar”. En esencia, se fragmentó la información sobre los distintos aspectos de Bolsonaro, de manera que cada grupo votó por un Bolsonaro distinto.

Ante esta ola de “pseudoperiodismo ideológico”, impulsada por expertos en desinformación, la misión del periodismo es organizar la información fragmentada, para que toda sea contada en su contexto. “Estamos en una crisis fundamental de la democracia del continente. Nuestra misión es contar historias que contextualicen y sean capaces de seducir al público de nuevo. Si no, lo que tendremos es más Bolsonaros: demagogos radicales sin ningún pudor al manipular información, y lo que hoy llamamos democracia va a cambiar muchísimo”.

El poder los gigantes tecnológicos

Pedro Doria explicó que en la actualidad tenemos entre manos un problema mucho más grande que el terrorismo, que dominó la conversación a lo largo de las últimas tres décadas: que hoy la plaza pública está controlada por cinco compañías. “No son necesariamente agentes que quieren volverse dictadores”, explicó Doria. “Lo que hacen es usar algoritmos basados en inteligencia artificial que actúan bajo la directriz de un programador: ‘¿cómo hacer que la gente se quede la mayor parte del tiempo en Facebook o Google?’” 

La respuesta que la IA ha encontrado, según Doria, es “manteniendo a la gente indignada siempre: emociones fuertes, indignación por los periodistas, por políticos, por la iglesia. Y se han vuelto máquinas económicas formidables”.

En la plaza pública, añadió Doria, esos algoritmos son fácilmente manipulables, tal como en el caso de la elección de Bolsonaro. Pero, de esa misma manera, es objetivo del buen periodismo encontrar la forma de jugar con esos algoritmos para brindar información real y de de interés social. 

Agregó Aristegui que si hay un plan que deba tener el periodismo para preservar la democracia es continuar develando “ese siniestro modo de utilizar nuestra información: nuestras pulsiones, miedos, temores, gustos”.  “Es un poder enorme el que han concentrado estos gigantes tecnológicos y debemos ser lo suficientemente hábiles para desentrañar esos poderes, así como trabajamos para investigar la corrupción de los gobernantes”, expresó.

La sostenibilidad del periodismo

Ante la gran cantidad de plataformas disputándose el tiempo de los usuarios, el periodismo debe luchar para captar su atención. “Hoy estas plataformas son armas de distracción masiva: nos distraen de lo que nos importa”, dijo Soledad Gallego-Díaz. 

El gran reto entonces es realizar un periodismo que sea indispensable, imprescindible e insustituible y “convencer al usuario del que periodismo hay que financiarlo. Los medios necesitamos el apoyo de lectores dispuestos a pagar, a financiar esta información, porque si no, no podemos hacer periodismo”, sentenció Gallego-Díaz.

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

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Las investigaciones periodísticas que harán parte del Festival Gabo

Foto: Arriba: Omaya Sosa, Gustavo Gorriti, Giancarlo Fiorella. Abajo: Patricia Campos Mello, Carmen Aristegui y Alberto Donadío.

Sin importar el tema, las herramientas disponibles o el momento de la historia, el periodismo de investigación siempre será un reto. En el proceso, muchas veces solitario, de escarbar entre la información que alguien intenta esconder, pueden aparecer dilemas éticos, dificultades técnicas o incluso amenazas a la seguridad del reportero. 

Algunos de los responsables de las investigaciones más reveladoras sobre corrupción, violencia y violaciones a los derechos humanos en América Latina estarán este año en el Festival Gabo compartiendo sus experiencias a lo largo de este camino. Para que te vayas preparando, compartimos una selección con algunas de las investigaciones más impactantes de los invitados que hacen parte de la programación.

Giancarlo Fiorella (Bellingcat): Las últimas horas de Óscar Pérez

Este medio ha destapado, a través del análisis de datos abiertos, escándalos internacionales que van desde ataques militares en Medio Oriente hasta el tráfico de vida silvestre en Sudáfrica. Mediante herramientas de identificación, verificación y archivo de información disponible en la web (como Google Earth, Wikimapia o Youtube Data Viewer) su equipo regado por el mundo se dedica a desentrañar y explicar crímenes contra la humanidad.

En 2018, Bellingcat publicó una investigación en alianza con Forensic Architecture sobre el operativo que terminó con la muerte de Óscar Pérez, el policía venezolano que creó una disidencia contra el gobierno de Maduro. ¿Cómo se desarrolló esta operación? ¿Quiénes estuvieron involucrados? ¿Qué circunstancias llevaron a la muerte de Pérez, sus seis compañeros y los dos oficiales de seguridad del Estado? Este trabajo responde esas preguntas al identificar, recopilar, analizar y geolocalizar el contenido de fuente abierta capturado ese día: más de 60 piezas de vídeo, fotografías, archivos de sonido y tuits.

Patricia Campos Mello: La campaña de empresarios contra el Partido de los Trabajadores a través de Whatsapp

Esta periodista brasilera fue blanco de amenazas en 2018 luego de publicar una investigación que demostraba cómo algunos aportantes a la campaña de Jair Bolsonaro orquestaron una estrategia para desprestigiar, a través de mensajes de Whatsapp, a sus opositores en las pasadas elecciones presidenciales. Según este trabajo, publicado en el diario Folha de Sao Paulo, algunos empresarios usaron ilegalmente bases de datos de terceros para hacer llegar su campaña de “tiroteo masivo” de noticias falsas. 

Por esta investigación, Campos Mello obtuvo el Premio Internacional de Libertad de Prensa del Comité para la Protección de los Periodistas en 2019. 

Gustavo Gorriti (IDL Reporteros): Serie Lava Jato

En sus casi 40 años dedicados al periodismo de investigación, Gustavo Gorriti ha desentrañado historias de autoritarismo, corrupción, narcotráfico y terrorismo en Perú. Todas esas revelaciones le han costado amenazas, un secuestro y el exilio.

Durante los últimos años, desde la dirección de IDL Reporteros, el trabajo de Gorriti se ha centrado en revelar la participación del gobierno de Alan García en la trama de corrupción de Odebrecht. A través de una serie de artículos, el equipo periodístico expuso la manera como el mandatario peruano habría recibido miles de dólares desde las finanzas clandestinas de la empresa brasilera. Estas investigaciones provocaron acciones judiciales hacia García y, como consecuencia, una serie de ataques contra Gorriti, hasta el punto de culparlo por el suicidio de Alan García cuando estaba a punto de ser detenido. 

Omaya Sosa (CPI): Rickyleaks

El Centro de Periodismo Investigativo de Puerto Rico (CPI) destapó en julio de este año el escándalo que originó masivas protestas ciudadanas que terminarían por llevar a la renuncia del gobernador de la isla, Ricardo Roselló. 

Luego de recibir la filtración de 889 páginas de chats entre Roselló y sus funcionarios más cercanos, que daban indicios de una red multimillonaria de corrupción, el CPI se dedicó a verificar e investigar cada práctica corrupta detrás de esas conversaciones. El trabajo incluyó entrevistas a más de una veintena de personas con conocimiento directo de los hechos, la revisión de documentos y bases de datos de contratos y registros corporativos. 

Alberto Donadío: Los farsantes

Es considerado uno de los padres del periodismo investigativo en Colombia desde que fundó -junto con Gerardo Reyes y Daniel Samper Pizano- la Unidad Investigativa de El Tiempo. En esas páginas, en sus libros y más recientemente en su columna de El Espectador, se ha dedicado a revelar historias de corrupción financiera en el país. 

De Donadío se podría recomendar toda una biblioteca con referentes del periodismo de investigación. Sin embargo, escogimos para esta selección una que él suele usar como material de sus talleres: Los farsantes. En este libro de 2003, su autor hace una revelación particular al demostrar que los principales accionistas del Banco Andino eran inocentes del fraude del que los acusaba el Gobierno y que lo habría llevado a su quiebra. Fueron cinco años de investigación para poder comprender y explicar los inicios del banco, las operaciones financieras, su cierre e intervención estatal.

Carmen Aristegui: La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto 

Desde el portal Aristegui Noticias, la periodista mexicana lideró el equipo investigativo detrás del reportaje que puso en tela de juicio la relación entre el Presidente Enrique Peña Nieto con un contratista que estaba siendo beneficiado por su Gobierno. 

Todo empezó cuando uno de los reporteros se encontró con una entrevista a la primera dama de México, Angélica Rivera, en la revista ¡Hola!, que dio pie a una amplia investigación sobre la propiedad de una lujosa residencia en poder de la familia presidencial. La Casa Blanca de Enrique Peña Nieto obtuvo el Premio Gabo en 2015 en la categoría Cobertura. 

María Teresa Ronderos: Guerras recicladas 

Esta emprendedora y mentora de medios publicó en 2014 un libro que cuenta por primera vez la historia completa de la creación, funcionamiento y final (a medias) del paramilitarismo en Colombia. Esta investigación de largo aliento (de la que compartimos su introducción) recoge el trabajo que Ronderos lideró durante años desde VerdadAbierta y Semana.

Este libro le valió el Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar a Periodista del Año en 2014 pues, en palabras del jurado, “nos recuerda una de las tareas fundamentales del periodismo: unir los pequeños fragmentos que arrojan las noticias cada día, para hacer un fresco completo de la realidad”.

 

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

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Carmen Aristegui

Taller ‘¿Una entrevista? Sí, gracias’

Foto: Mark Hill – CNN.

Preguntar y escuchar están en la esencia del periodismo. Por eso la entrevista es a la vez una técnica y un género fundamental del oficio que los 50 participantes de este taller trabajarán de la mano de la periodista Carmen Aristegui, ganadora del Premio Gabo 2015 en la categoría Cobertura.

Periodistas y estudiantes de periodismo explorarán durante cuatro horas retos y metodologías para preparar y abordar diferentes tipos de entrevista y entrevistados. También explorarán técnicas para preguntar, pero también para escuchar y observar obteniendo la mayor cantidad de información que ofrece una fuente, según la plataforma en la que se desarrolle y presente al público dicha conversación. ¿Cuál es la diferencia entre una entrevista y una conversación? ¿Qué preguntar y qué no? ¿Cómo conseguir una entrevista? ¿Cuándo re-preguntar o contra-preguntar y cuándo guardar silencio? ¿Cómo abordar los dilemas éticos que se pueden originar de una entrevista?, son algunas de las preguntas que Aristegui y los participantes abordarán. Inscríbete aquí al taller ¿Una entrevista? Sí, gracias

Dirigido a:

Este taller está dirigido a periodistas, editores, docentes y estudiantes de comunicación o carreras afines, representantes del sector público o privado y en general a personas interesadas en el ejercicio del periodismo y los retos de contar historias.

Serán seleccionados 50 participantes entre quienes postulen. Se tendrá en cuenta el perfil o proyección profesional, la pertinencia del taller para contribuir a ese perfil y la razón específica para querer tomarlo. El formulario de inscripción tiene campos para que esos elementos queden consignados. Para conformar el grupo final también se tendrán en cuenta criterios de equilibrio entre países, regiones y género. A los seleccionados se les enviará a su correo electrónico un mensaje de confirmación en el que se indicará todo lo relacionado con la actividad.

Conduce: Carmen Aristegui

Periodista egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México. Dirige y conduce el noticiero matutino Aristegui en Vivo, desde el portal Aristegui Noticias; el programa de entrevistas que lleva su nombre, en la cadena internacional CNN en Español; y es columnista en el Periódico Reforma. Autora de los libros Uno de dos, Transición y Marcial Maciel, todos bajo el sello Grijalbo. Ha sido distinguida con varios reconocimientos, entre los que figuran el Premio Maria Moors Cabot, el Premio Gabo, el Premio Knight, Premio Nacional de Periodismo, entre otros.

Día: viernes, 4 de octubre
Cupos: 50
Hora: de 3 p.m. a 7 p.m.
Lugar: Parque Explora
Fecha de cierre de inscripciones: martes, 10 de septiembre
Fecha de publicación de seleccionados: lunes, 16 de septiembre
Contacto del taller: Jaime Beltrán – jbeltran@fundaciongabo.org

Inscríbete aquí al taller ¿Una entrevista? Sí, gracias