7 claves de Cristian Alarcón para contar historias de sexualidades disidentes

Cristian Alarcón en el Taller de crónica queer: como narrar sexualidades disidentes en el Parque Explora. Foto: Julián Roldán/FNPI.

Por Camila Del Villar | @cdvillar

Para el periodista argentino Cristian Alarcón, contar una buena historia no requiere tener un título de cronista. Durante el Taller de crónica queer: cómo narrar sexualidades disidentes, realizado en el primer día del sexto Festival Gabo, el editor de revista Anfibia aseguró que los tiempos de los periodistas de hoy no son nada parecidos a los de aquellos de quienes se posicionaron como sus maestros. Con esta idea, Alarcón compartió ciertas claves y valores de la crónica contemporánea que deben considerarse sobre todo a la hora de abordar temas como las sexualidades disidentes.

En un momento donde, de acuerdo con Alarcón, la crónica queer (o cuir) se encuentra en crisis, el maestro de la FNPI invitó a los 61 participantes del taller a escribir sobre el amor en la disidencia sexual, recordándoles que  “el periodismo es el territorio del ejercicio profundo de la libertad que se consigue con dos cosas: investigación (de la temática) y conocimiento profundo del lenguaje”.

De este taller quedan siete claves para poner en práctica a la hora de escribir crónicas sobre sexualidades disidentes:

1. “Un autor primero se conoce y luego escribe”. Alarcón afirma que el autoconocimiento es uno de los ejercicios esenciales para escribir crónicas. Propone hacerse preguntas que solo pueden responderse en privado o de las que a veces ni siquiera conocemos las respuestas. Explica que la búsqueda de la voz propia es un recorrido que nos permite tener una conciencia crítica sobre lo que se conoce de uno mismo.“Hay que cuestionar de dónde vengo, cuál es mi primer recuerdo, cuándo comprendí la diferencia entre goce y deseo o en qué momento entendí que llegó el amor”, añade el periodista.

2. “El tema queer exige formación”. El director de Anfibia recomienda estudiar la teoría y  la historia de la diversidad sexual para contar con propiedad. Explica que antes escribir del tema hay que dominar el contexto, en el que se incluyen ideas como que la sexualidad tiene que ser administrada por la iglesia, los médicos, la justicia o la prensa y que las disidencias están relacionadas con peligrosidad, alcoholismo o drogadicción. “Ahora la teoría queer, la teoría feminista, todo está accesible”, dice Alarcón.

3. “La condición del cronista es mutante y necesita nuevas herramientas”. Según Alarcón, las mutaciones, para los periodistas y para cualquier persona, no sólo son aquellos cambios a los que estamos expuestos en el ambiente; también son aquellos a las que nos sometemos como consecuencias de lo que creemos. “Si no, ¿por qué no nos quedamos fijos en un rol?”, se cuestiona el editor. Él considera que, a la hora de escribir historias, para un periodista es clave preguntarse cuáles son esos territorios a dónde puede y quiere ir con su trabajo, y a donde aún no ha ido. “Si estamos en una época donde lo transicional parece ser el estado permanente, hay que aceptarnos como cronistas en tránsito, sin la necesidad de tenerlo todo claro”.

4. “Cualquier periodista puede ser un activista, pero no todo activista puede ser periodista”. El activismo ya está profesionalizado, mientras que hace algunos años no. Esto causaba que, sin que el periodista siquiera lo supiera, no había división entre lo uno y lo otro, explica Alarcón. Añade que hoy, cuando esa distinción está clara, es importante encaminar cada propósito. Aunque en la acción puede ser distinto, el periodista puede ser activista con el impacto de su trabajo.

5. “La voz del narrador se funda en la experiencia”. Para acercarse a las historias de las personas queer, hay que asumir esfuerzos en reducir las distancias que puedan existir e implementar otros procesos. “La voz de narrador no sale de una entrevista de dos horas, sino de la inmensa experiencia que tuvo con el tema”, dice Alarcón.

6. “Cuidado con la fetichización de lo queer”. En un momento en que existen ideas predeterminadas del género y donde apenas se comienza a cubrir las disidencias, es común caer en formas monótonas de contar estas realidades y meter todo en un mismo saco. Frente a esto Alarcón propone salir de los temas frecuentes e indagar cuáles son las percepciones sociales y políticas de las distintas disidencias. “El periodismo no es otra cosa que la búsqueda de preguntas nuevas. No es la obtención de respuestas”.

7. “El periodismo es territorio del ejercicio profundo de la libertad que se consigue con dos cosas: investigación y conocimiento profundo del lenguaje”. El editor de Revista Anfibia dice que con estos dos elemento se encuentra la creatividad para romper esquemas. Explica que ahora, cuando el periodismo exige velocidad de acción, hay que entrenarse en la capacidad narrativa a través del conocimiento de la teoría de los temas que cubrimos y la lectura de la gran literatura.

Sobre Cristian Alarcón

Actualmente dirige la revista Anfibia de la Universidad Nacional de San Martín y Cosecha Roja, y la Red de periodismo judicial de América Latina. Autor de los libros Cuando me muera quiero que me toquen cumbia, Si me querés, quereme transa y de la antología Un mar de castillos peronistas. Fue becario del diario Clarín. Trabajó en el diario Página/12, la Revista TXT y el diario Crítica de la Argentina.

Es maestro de la FNPI. Es profesor titular en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata y fundador del posgrado en Periodismo Cultural. Ha sido becado como profesor visitante por el Lozano Long Institute of Latin American Studies de la Universidad de Austin, Texas. Recientemente fue designado como profesor visitante por el Centro de Estudios en civilizaciones, lenguas y letras extranjeras –CECILLE—y la Facultad de Periodismo de la Universidad de Lille, Francia.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos SURA y Bancolombia con sus filiales en América Latina.