Periodismo e inteligencia artificial: el sentido de la innovación en el Festival Gabo 2023

Los principios éticos aplicados al periodismo innovador, charlas y talleres sobre inteligencia artificial y una experiencia inmersiva sobre la IA fueron los grandes momentos del undécimo Festival Gabo en torno al binomio insuparable de periodismo y tecnología.

¿Cómo lograr que la audiencia se interese por consumir periodismo de calidad en el entorno digital? ¿Qué reflexiones hacen los periodistas sobre el futuro del oficio que García Márquez definió como el mejor del mundo? ¿Qué hay que tener en cuenta a la hora de adentrarse en una cultura de experimentaciones y cambios constantes?

Esas fueron algunas de las preguntas que recorrieron el Festival Gabo 2023 durante sus tres días. Las respuestas, inevitablemente, pasan por una reflexión sobre el uso de las herramientas digitales; lo que no debe eludir los principios éticos del periodista y la preocupación sobre lo que necesitan hoy saber las audiencias para estar bien informadas.

Con una exposición y talleres sobre inteligencia artificial, conferencias magistrales sobre TikTok y otros espacios sobre innovación periodística el undécimo Festival Gabo propuso escenarios de reflexión, indagación y puesta en escena del periodismo que se abre a los cambios.

El sentido de la innovación
En la charla ‘Hacia dónde va el periodismo’, un evento en homenaje a Jean-François Fogel, fallecido maestro de la Fundación Gabo y pionero del periodismo digital en el mundo, se hizo un repaso de sus ideas y lecciones, entre ellas el acento que siempre puso en ‘cambiarlo todo’ y en la idea de que sin movimiento no hay futuro para el periodismo.

También te puede interesar: “Hay que cambiarlo todo”: lecciones sobre el futuro del periodismo de Jean-François Fogel, el gran homenajeado del Festival Gabo 2023

El periodista Gumersindo Lafuente, recogiendo las enseñanzas de su maestro Fogel, afirmó que todo lo que tenía que ver hoy con las audiencias y el periodismo se vincula al manejo de la innovación tecnológica. “Como pensaba Fogel, una industria periodística tiene que ser una industria de la tecnología. Sin controlar la tecnología no puedes ser innovador periodísticamente”.

Así, periodismo y transformación tecnológica forman una especie de binomio inseparable. La negación de este sistema conjunto podría desembocar en lo que ha desembocado antes: que quienes lideran los medios “pierdan el control”, dijo Lafuente, responsable entre 2010 y 2012 del cambio digital de El País.

En esa misma charla, María Sánchez Díez, editora senior, digital storytelling & training en The New York Times, sostuvo que la innovación implica estar abiertos “a la experimentación y al cambio constante”, pues la “dinámica de cambios constantes y acelerados” de estos tiempos “no va a terminar”, por ello nos corresponde “estar instalados en una cultura de la experimentación”. Díez considera que la apertura a los cambios es lo que va determinar el “éxito” de tu empresa periodística, seas redactor o editor o editor de audiencias.

En este punto, Olga Lucía Lozano subrayó que “los medios son una cosa y el periodismo otra”. Y en esa diferenciación subrayó la necesidad de dar una “primera pelea”: la de lograr que la gente “confíe en nosotros”.

Lozano, cofundadora de La Silla Vacía y creadora de Proyecto Rosa, resaltó otro punto importante en la relación del periodista con las herramientas digitales: “Siempre, hagamos lo que hagamos, el experimento que hagamos tecnológicamente, destruyamos lo que destruyamos, debe hacerse con ética: que sea para reivindicar el periodismo y no para ser estrellas”.

De ahí que “el sentido de la innovación” sea defender el oficio y no sólo promocionar que ya tienes cuenta en una red social nueva. “Es defender lo que somos, y hacer lo mejor para poder convencer a las audiencias de que la innovación está al servicio de los principios del periodismo”.

Innovación e Inteligencia Artificial
Con la reciente llegada de aplicaciones como Chat GPT, que se valen de una inteligencia artificial generativa para transformar por completo la experiencia de los usuarios, muchos periodistas y profesionales de otros campos se han acercado a la IA con una mezcla de incredulidad y fascinación.

Durante el Festival Gabo 2023 se realizó una experiencia inmersiva para abordar el momento actual de esta tecnología, invitando a jugar a los espectadores con la obra de García Márquez; la muestra incluía el uso de infografías, líneas de tiempo y otras herramientas para explicar la manera en que se revolucionan los métodos de contar e informar.

De la mano con Prodigioso Volcán, la exposición se tituló “Sólo vine a hablar con la IA. Inteligencia artificial, periodismo y sociedad”. Estuvo abierta en la Cinemateca Distrital de Bogotá, uno de los múltiples escenarios del Festival Gabo. “Buscamos informar y desarrollar espíritu crítico, alejarnos del temor a lo desconocido y mostrar que, aunque cambie el emisor, el receptor tiene las herramientas para confiar en los avances tecnológicos”, indicó Prodigioso Volcán sobre esta experiencia que invitaba a “comprender en lugar de temer”.

La exposición acudió a extractos de los libros de Gabriel García Márquez para que los asistentes crearan otros extractos e imágenes, jugaran con su obra e inclusive ensayasen una ‘conversación’ –desde luego ficticia– con el autor de Cien años de soledad.

Los visitantes también pudieron observar una línea de tiempo con los grandes hitos de la IA desde 1950 a la actualidad. Así, esta línea pasaba por la famosa prueba de Turing hasta llegar a la popularización de la IA generativas con sus modelos estrellas: Chat GPT-4 de Open Ai, Bard de Google y los generadores de imágenes Midjorney o Dall-E.

Adicionalmente, entre los múltiples talleres y espacios de formación que ofrece la Fundación Gabo a lo largo del año y durante el Festival Gabo, se realizaron cuatro talleres sobre inteligencia artificial y periodismo a cargo de Prodigioso Volcán. Los participantes recorrieron la exposición mencionada y trabajaron en equipo aprovechando las posibilidades de IA generativa, guiados por editores que les explicaron cómo hacerlo y con qué material contaban.

Del multitudinario estallido social al rechazo de la nueva constitución en Chile: ¿Qué falló y qué lecciones quedaron?

Los agitados días de 2019 en los que la ciudadanía chilena salió a las calles a manifestarse contra la desigualdad social parecían ir en la misma vía de reescribir las leyes de ese país. Sin embargo, el intento de una nueva Constituyente fracasó. ¿Por qué? Aquí, algunas respuestas.

Por Andrea Jiménez Jiménez 

Desde afuera, desde los demás países de América Latina, se tiene claro que la historia reciente de Chile ha estado marcada por el estallido social, que detonó con una fuerza inusitada el 19 de octubre de 2019, cuando el entonces presidente Sebastián Piñera decretó el estado de emergencia que comenzó en el Gran Santiago y se extendió a diversas regiones del país. 

Sin embargo, lo que aún parece difuso y complejo de dilucidar es por qué con este panorama como telón de fondo, por qué cuando las nuevas generaciones chilenas parecían pedir a gritos un cambio de fondo, una nueva constitución –estaban regidos por las leyes creadas en la dictadura–, la sociedad del país austral no respaldó la propuesta hecha por la Convención Constitucional en el plebiscito convocado para saber si los chilenos la aceptaban o la rechazaban. El 62% de los votantes dijo “no”.

Sobre la atmósfera que lo dominaba todo durante los días más agudos del estallido social, y sobre esta aparente imposibilidad de trazar un derrotero claro para el país, conversaron, durante el Festival Gabo 2023, Ximena Torres, gerenta programática del equipo de Innovación Democrática en Fundación Avina; Patricio Fernández, periodista, escritor e integrante de la Convención Constitucional chilena, y Pedro Bahamondes Chaud, periodista chileno. Con la moderación de Mónica González, maestra y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, se animaron a dar luces sobre la democracia en Chile y los enormes retos que significa. 

¿Por qué todo estalló?

“No es que los chilenos ese día se levantaron a quemar el metro, con el hartazgo por los abusos y la desigualdad, y otros a reprimir, a herir los ojos de jóvenes y ciudadanos que solo querían vivir en un país con mayor igualdad. Eso se incubó durante mucho tiempo”. Esta frase introductoria de Mónica González evidencia, al igual que en otros casos –como el de Colombia–, el estallido de Chile se produjo por la desazón general que se convirtió en caldo de cultivo para el levantamiento social. 

De golpe, los chilenos se rebelaron contra la desigualdad social que demostraba la concentración de la riqueza en una parte de sus habitantes y las condiciones de pobreza extrema de otro lado, en campamentos o villas miseria, donde muchas familias, especialmente migrantes, viven sin agua, sin árboles alrededor: sin los mínimos vitales. La indignación también saltó por otras causas: pensiones dignas, derechos femeninos, tarifas justas… y estallaron cuando subió el pasaje del metro. 

Patricio Fernández toma las ideas generales del politólogo búlgaro Ivan Krastev para explicar las razones formales de los estallidos formales: se hacían en contra de los medios de comunicación oficiales, en contra de los partidos políticos, y se orquestaban a través de redes sociales. “Luego están las razones de fondo”, señala Fernández: “El estallido social, y eso es lo que lo vuelve un buen comienzo para la idea constituyente, está lleno de esquirlas. O sea, no hay una explicación. Aparecían, irrumpieron múltiples fuerzas culturales y sociales que habían crecido en Chile hace algunas décadas, luego de la recuperación de la democracia, sin nunca haber sido incorporadas en la toma de decisiones”. 

El primer gran movimiento que se puede señalar son los jóvenes escolares de una generación posterior a la del Frente Amplio –la del actual presidente Gabriel Boric–, que comenzaron a “saltarse los torniquetes en las estaciones del metro. Ese es la primera escena, digamos. Comienza con una generación que tiene entre 16, 18 y 20 años más o menos, que llena las alamedas (…) Había un movimiento muy juvenil, y había causas que eran ‘antiadultocracia’, o sea estaban en contra del poder de los adultos”, precisa Fernández.

Otra característica del estallido social fue la gran ruptura que significó con las figuras de autoridad. “Lo que se suponía que mandaba aquí fue rechazado: los profesores, los políticos, los empresarios, y se resumió muy esencialmente en Sebastián Piñera, que estaba en el gobierno y que sintetizaba toda esta fuerza elitaria, y en los Carabineros, que se convirtieron en la gran contraparte” de quienes salían a las calles. Así que el choque de fuerzas fue esencial.

La comunión de causas ayudó a fortalecer el estallido: el feminismo, la igualdad sexual, la lucha por pensiones dignas (las pensiones que llegaban a la primera generación que logró jubilarse representaban sueldos que no alcanzaban). “Había en estos mismos tiempos una encuesta que decía que solo al 2% de los chilenos les generaba confianza algún partido político existente; por lo tanto los partidos políticos se dieron cuenta de que si se unían no podían llegar a un acuerdo cupular, no les daba para esto. Y de alguna manera, como Poncio Pilato, tiraron al pueblo la responsabilidad”, explica el periodista e integrante de la Convención Constitucional.

El pueblo se apropió de esa responsabilidad que habían dejado a su merced: en el estallido social no había banderas de partidos políticos; no había liderazgo, nunca hubo un nombre, no se marchaba detrás de un gran lienzo ni de un gran líder. “Había una fuerza antiliderazgo. Quien hubiera querido enarbolarse como líder habría sido decapitado. Esta fuerza pasó intacta a la Constituyente”.

¿Qué falló en la nueva constitución?

Fueron muchos los que se preguntaron, especialmente desde otros países de América Latina, ¿qué pasó en el Chile post estallido social para rechazar la nueva constitución? Entre muchos otros factores, Ximena Torres, gerenta programática del equipo de Innovación Democrática en Fundación Avina, señala que apenas se está comprendiendo que hay una gran diferencia entre la movilización y la representatividad, lo que se suele confundir. “Quienes redactaron la constitución en su primera versión estaban movilizados, pero necesitaban ser representativos para toda la sociedad, y eso no solo sucedió en Chile. Son ese tipo de ejercicios los que nos deben hacer reflexionar constantemente y entender que la forma y el fondo van pegados”: entender cómo pasar del estallido a unas apuestas de transformación estructural reales. 

Otro factor del rechazo del 62% de los chilenos a la propuesta de la Constituyente es que hay una deslegitimidad muy fuerte de las instituciones. “Siento que el rol de los medios de comunicación, de lo que pasó en las redes sociales, el fenómeno de desinformación fue muy fuerte para que ese resultado y ese proceso no transitara de la forma en la que idealmente los constituyentes hubieran buscado”, añade Torres.

El proceso de la Convención Constitucional estuvo marcado en parte por hechos como la enfermedad que fingió tener uno de sus miembros, como recordó Mónica González: “Siempre sospechamos que alguien le había pagado para arruinar el proceso Convencional, que había sido una operación.  Hubo muchos hechos como ese que fueron amplificados por los medios. De pronto no fuimos lo suficientemente claros los periodistas, y hago un mea culpa, en mostrar el descrédito de una función tan importante, así como establecer los métodos de convivencia para no caer en la violencia extrema”.

Patricio Fernández, quien vivió desde adentro el proceso constituyente, afirma, antes de enumerar otros factores que terminaron desembocando en el fracaso de dicho proceso, que “ la democracia es muy complicada, muy difícil, y es más difícil mientras más amplia es”. Eso parece haberles pasado factura a los miembros de una convención que  venían de “un mundo de independientes, que no tenía relación con partidos, que no tenía experiencia política, que muy mayoritariamente venía de causas y de luchas activistas: el agua, la ecología, las mujeres, en fin (…) No tenían el conocimiento y la experiencia, ni quizás la sensibilidad, para entender lo que era construir, estar en el poder para construir el espacio común”. Esto derivó  en el “peor y más garrafal error de la Convención: que con la derecha, nada; que con los que venían de determinado mundo, nada. Esa es la primera gran explicación de su fracaso, porque a medida que se fue distanciado, se fue asfixiando en su propio mundo”. 

El trabajo era intenso que había poco tiempo para que algunas de esas 155 personas pudieran percibir lo que pasaba afuera, por lo cual no terminaron nunca de entender que el “trabajo de una constituyente era acordar un espacio común y no imponer lo que cada uno de esos grupos o representantes lo movía a estar ahí”, sintetiza Fernández. 

¿Qué papel jugaron los medios? 

Pedro Bahamondes recuerda que debió afrontar el estallido social desde la realidad de un periodista que está dentro del monopolio de los medios en Chile. Era “un periodista de Cultura, relegado a las páginas de atrás del periódico, redactando temas aparentemente inofensivos, pero que desde allá podíamos decir bastante. Se nos pidió no parecer tan activistas en nuestras redes sociales, y eso ya era una señal muy clara de lo que estaban pensando desde arriba”. 

Recuerda que por entonces, en el diario La Tercera, donde trabajaba, le tocó hacer una entrevista a María Paz Grandjean, una actriz que fue de las primeras víctimas del estallido: el 18 de octubre de 2019 fue baleada por los Carabineros. En la entrevista que concedió a La Tercera, Grandjean afirmaba que esa fuerza policial había disparado entre el 18 y el 20 de octubre, cuando se declaró el estado de emergencia. Balas de verdad, y no de goma. “Esa entrevista, y cualquier otra pauta que tuviera que ver con el estallido en un medio de circulación nacional que aún se imprimía, a nosotros nos empezó a acorralar editorialmente”, rememora Bahamondes. 

El periodista sentencia que si bien los medios cumplían su función de informar, lo hacían “con el sesgo de siempre. Lo había porque se abordaba con el acento en la violencia de las calles, por ejemplo”. 

Mónica González hace énfasis en la particularidad del tratamiento televisivo de la información y, además, el tratamiento que la ciudadanía dio a la TV. “La ciudadanía, donde pudo, arremetió contra los periodistas de televisión, porque le parecía que la televisión no daba cuenta ni antes ni durante de la realidad de la que estamos hablando. Hubo una respuesta muy violenta contra la televisión, se le acusó de ser absolutamente discrecional”.

Bahamondes le pone otro acento del que pocas veces se habla en estos espacios: “Supongo que cada uno también intenta sobrevivir en este medio, que se ha vuelto bien ingrato. Hay mucha presión dentro de los medios de comunicación, y con esa presión hay que sobrevivir a diario. Un tema termina desvirtuándose por la línea editorial de un medio, y eso te compromete como periodista y suma al desprestigio, a la falta de confianza que hay hoy hacia los medios desde la ciudadanía”.

Enfrentar la corrupción, el sistema desigual que aprovecha la “mafia” para hacer de las suyas, “significa una ciudadanía despierta, periodistas despiertos, dispuestos a tejer de nuevo. Tenemos que aprender a tejer”, añade Mónica González. “La ciudadanía tiene que buscar la forma de informarse adecuadamente y de repeler la desinformación, pero no nos desconozcamos, que hay una podredumbre que tiene que ver con la corrupción y de que el periodista ha sido presa de una egolatría fundamental. El ego, el hecho de ser showman o show-woman, y de convertir la noticia, el drama… Esa falta de respeto es simplemente ego que carcome el alma, y eso es lo que nosotros no nos atrevemos a enfrentar”.

“Hay que cambiarlo todo”: lecciones sobre el futuro del periodismo de Jean-François Fogel, el gran homenajeado del Festival Gabo 2023

El periodista francés, fallecido en marzo pasado, dejó un legado imborrable en la Fundación Gabo y en generaciones de periodistas del mundo. Su clarividencia en el campo periodístico lo llevó a revolucionar salas de redacción de Europa y Latinoamérica, enfrentadas desde hace años a los retos del mundo digital y actualmente a la irrupción de la inteligencia artificial.

Por Kirvin Larios

Enero de 2023. El periodista y escritor Jean-François Fogel, pionero del periodismo digital en el mundo, se reunió en Cartagena con el Consejo Rector de la Fundación Gabo. En esta ciudad a la que tanto visitó desde que su amigo Gabriel García Márquez lo invitó a vincularse a la Fundación en el 2002, impartió una conferencia sobre la inteligencia artificial y hacía dónde podría llevarnos en los próximos años. Apenas dos meses antes se había esparcido mundialmente la fascinación y el temor por el ChatGPT, las llamadas inteligencias artificiales generativas empezaban a introducirse en la vida social, pero con una especial fuerza en el arte, la cultura y el periodismo.

Un mes después –el domingo 19 de marzo– Fogel murió en París a los 76 años a causa de un accidente cerebrovascular. Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabo, recordó esos detalles en la charla ‘Hacia donde va el periodismo’, organizada por el Festival Gabo y que periódicamente se llevaba a cabo con Fogel como participante insigne dada su pasión clarividente por el oficio periodístico y su trabajo asesorando a medios de Europa y Latinoamérica en su conversión digital.

Frente al Auditorio del Gimnasio Moderno de Bogotá, Abello Banfi destacó de Fogel no sólo su preocupación por entender los cambios de la época, sino “la flexibilidad y la necesidad de adaptarnos a los cambios y reconocer que al final es la audiencia la que termina mandando y disponiendo; todo ello manteniendo una claridad conceptual sobre los principios del periodismo”. 

El periodista francés ya ocupa un lugar en un “olimpo de referentes del periodismo” donde figuran García Márquez, Tomás Eloy Martínez y Javier Darío Restrepo. En la charla del Festival Gabo, durante el cual se le rindieron diversos honores, participaron también Bruno Patino, director de la Escuela de Periodismo Sciences Po en París, María Sánchez, senior editor y digital storytelling & training en The New York Times, y Olga Lucía Lozano, consultora y asesora de innovación en medios nacionales y latinoamericanos. El encuentro fue una oportunidad para homenajear a su maestro, responsable, entre otras hazañas, de renovar la plataforma digital de Le Monde, el diario líder de Francia, y de crear la plataforma de información digital del grupo France Télévisions, uno de los más importantes de ese país.

Periodista trotamundos y cercano siempre a las nuevas generaciones, la bibliografía de Fogel incluye numerosos títulos, entre ellos investigaciones sobre Pablo Escobar, Fidel Castro y ensayos sobre periodismo. En Francia su obra sobre el novelista y poeta Paul Morand es considerada una obra maestra. Partiendo de las contribuciones de Fogel, los participantes reflexionaron de ese tema serpenteante: el futuro del periodismo. Bruno Patino, compañero de aventuras periodísticas, intervino para hablar de los aportes de su colega admirado, cuya estela profesional y afectiva perdurará en la Fundación Gabo y en las voces venideras.

1. Pensar en el periodismo como un sistema

Veinte años menor que Fogel, Patino coincidió profesionalmente con él cuando estaba “reinventando los periódicos”: en un año había cambiado “totalmente” el diario Le Monde, logrando imponer una “revolución” en la prensa francesa. Según Patino, el método de trabajo de Jean-François consistía en pensarlo todo como un sistema. “El periodismo y el hecho de contar historias”, así como “el diario y su organización y la manera en la cual organizamos los artículos, las páginas y las fórmulas en general como un sistema de relación con la audiencia y con el público”.

El periodista francés tenía un acercamiento “casi filosófico” con el periodismo, no solo en la forma de ejercerlo sino de pensar cómo éste “encaja en un sistema global”. Ello le permitió “entender la revolución digital antes que otros”.

2. Es importante entender la técnica 

Según Bruno Patino, Jean-François se preocupó por estudiar las fuentes intelectuales, filosóficas y técnicas para entender el sistema general del periodismo. “Tenía ese conocimiento triple de la historia del periodismo” aunado a un conocimiento sobre los pormenores técnicos: sabía de código, de computación y del papel en el que se imprime un periódico. “Si no entiendes la técnica y el detalle técnico de la manera en la que el mensaje de la historia llega a la audiencia, entonces no lo entiendes nada y no vale la pena desempeñar este oficio”.

3. No hay futuro si no hay movimiento

Ésa era una de las frases o premisas que solía utilizar Fogel.  Y dentro de ella resuena otra más radical: “Siempre hay que cambiarlo todo”. Preocuparse por el movimiento y el deseo de cambio le hicieron desempeñar un papel fundamental, primero en el periodismo de los diarios impresos y más tarde en el del mundo digital. Fogel “tenía la fuerza de revolucionar un lugar en el que desempeñaba casi todos los papeles”, agregó Patino. A mediados de los noventa, Fogel bien pudo quedarse “como un rey mirando el territorio conquistado”: era el asesor principal del diario Le Monde, también trabajaba con otros medios de Europa, pero nunca dejó de explorar ni de insistir en que había que cambiarlo todo y que no había futuro sin movimiento. “Él vio verdaderamente antes que muchos otros lo que estaba pasando en el ámbito digital”.

4. Leer, leer y leer

“Lo que a mí me impresionó y lo que él me enseñó en realidad fue leer, leer, leer y otra vez leer todo lo que los intelectuales, filósofos, científicos escriben acerca no solamente del periodismo sino de la información y del papel que ésta desempeña en la sociedad. Tenía una cultura literaria inmensa. Sabía escribir como muy pocos saben. El libro que hizo sobre Paul Morand en Francia es verdaderamente una obra maestra, y su pluma era algo impresionante”, dijo Patino.

5. Saber cómo se informa la gente

Una de las enseñanzas fundamentales de Fogel, según Patino, es que el periodismo no se entiende si no se sabe cómo la gente se informa. “Antes de saber cómo informar hay que saber cómo la gente se informa y qué relación tiene con la información: cómo se comporta, cuál es su relación con todos esos medios de comunicación o redes sociales, y el contexto general en el que el público o la audiencia maneja su fuente de información”. Tal enseñanza es, según Patino, el legado principal de Jean-François, un sabio que cada vez que detectaba algo que podía trastocar la manera en la que la gente se informa o su relación con la actualidad informativa, sabía que se avecinaba un cambio en las redacciones.

Sobre el 11º Festival Gabo

El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.

El 11° Festival Gabo es posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).

El Festival Gabo y el pódcast: recuperar el hábito de escuchar

Los relatos sonoros han conseguido crear una comunidad de amantes de las historias en medio de los cambios digitales del periodismo. La alianza entre el Festival Gabo y el Festival de Podcast Al Oído ofreció una agenda ideal para seguir indagando con voces expertas en los nuevos formatos para los oyentes.

Por Kirvin Larios

Cualquier usuario, lector u oyente ha podido ser testigo de cómo en los últimos años el auge del pódcast se ha materializado en plataformas de audio y audiolibros, y en piezas sonoras que los medios de comunicación y plataformas producen cada vez con más frecuencia para atraer a la audiencia con sus formatos de consumo preferidos.

Del 30 de junio al 2 de julio, el 11º Festival Gabo albergó una serie de eventos dedicados exclusivamente a celebrar los relatos sonoros, una apuesta desarrollada en conjunto con el Festival Iberoamericano de Podcast Al Oído –de RTVC Sistema de Medios Públicos– pensada para construir comunidad y apoyar a los realizadores de este formato mediante charlas, encuentros y espacios de formación.

La agenda en torno al pódcast de ambos festivales se enfocó en entender cómo y qué escuchamos en la actualidad, teniendo en cuenta la proliferación de las narraciones sonoras en Iberoamérica y el impacto que ha generado su difusión en el periodismo y en la manera en que el público consume noticias o historias.

Durante los tres días del Festival Gabo se abordaron –solo en esta franja dedicada al pódcast– temas como el documental y el diseño sonoros, el periodismo cultural en formato audio, la perspectiva de género en el pódcast, el marketing aplicado a las piezas sonoras, la narración de historias o ‘storytelling’, el pódcast en vivo y otros más. 

El ‘boom’ de la escucha 

Según María Jesús Espinosa de los Monteros, actualmente se vive una “revolución audible” o un “boom de la escucha”, un fenómeno del que el Festival Gabo y la Fundación Gabo hacen eco anualmente a través de talleres, clases magistrales, charlas y otras actividades.

También te puede interesar: “El origen de García Márquez es el sánscrito”

Espinosa de los Monteros, directora general de Prisa Audio y miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo, planteó algunas reflexiones sobre el pódcast en la charla ‘Documentales sonoros: el periodismo profundo en formato pódcast’ en compañía de Catalina May, Tomás Pérez Vizzón y Juan Baquero, director de RTVCPlay que participó como moderador.

Espinosa se manifestó en contra de la “idea terrorífica” de que “ya somos muchos” haciendo pódcast, una actitud que calificó de “injusta”  ya que es cierto que “somos muchos, pero cabemos todos”. 

Lo que hay actualmente, destacó, es “un hambre de nuevas voces, nuevos formatos”, y como ejemplo mencionó el trabajo en pódcast que realizan Las Raras, Radio Ambulante y Anfibia Podcast, que durante años se han mantenido “contando buenas historias y reteniendo la atención de los oyentes”. 

“Menospreciar, como se hace menudo desde una cierta posición más intelectual del periodismo, auténticos fenómenos virales que concitan la atención de miles de personas creando comunidades, llenando teatros, que vienen de otros mundos como la comedia, el ‘stand up’ o la divulgación, me parece un error, porque es negar algo que está sucediendo”.

Espinosa cree que es necesaria la convivencia: hay lugar suficiente para que convivan el documental sonoro con el pódcast de entrevistas u otros trabajos en el mismo formato u otros. “No nos damos cuenta de lo valioso que está haciendo el pódcast: recuperar algo tan necesario en unas sociedades tan polarizadas como es el hábito de escuchar”.

El reto de la financiación 

Catalina May, cocreadora, anfitriona y directora de contenido de Las Raras podcast, se refirió a los modelos de producción independiente para este tipo de piezas. “Hay que aprender a moverse en un ecosistema que está formándose y cambiando. En nuestra experiencia, lo que más nos ha funcionado es hacer alianzas con diferentes actores de la industria como productoras y aplicaciones de reproducción”. 

También te puede interesar: Festival Gabo, un refugio para las historias diversas

Por lo tanto los modelos de financiamiento son “mixtos”, es decir que contemplan distintas formas de ingresos: suscripción, shows en vivo, publicidad, crowdfunding (financiación colectiva vía internet) y acuerdos con plataformas a cambio de distribución.

Por el momento el desafío en la industria del pódcast es ser constante, dijo May: “Existir y permanecer en una industria cambiante y por definirse”.

Tomás Pérez Vizzón, director de Anfibia Podcast, coincidió que en la “diversidad” está  la búsqueda de sostenibilidad. Advirtió que las dificultades en la creación de un pódcast no son exclusivas de este formato, sino que está presente en otras industrias como la audiovisual y en general la del periodismo. 

“Estamos en la misma, digamos. No es que el pódcast, por tener la edad que tenga, tiene más dificultades. Seguramente en este Festival, este año y otros ha habido muchísimas conversaciones sobre la sostenibilidad en los medios periodísticos. Se están buscando fuentes de ingresos por muchas partes”.

Otras inmersiones sonoras

Durante el Festival Gabo se llevaron a cabo otros encuentros con el podcast como eje central como la clase magistral ‘Spotify para podcasters: Cómo crear y crecer tu pódcast’, dirigida por Esteban Cifuentes y planteada para explorar las herramientas que ofrece Spotify para la creación de piezas de audio.

Lourdes Moreno Cazalla dirigió la clase magistral ‘El verano del podcasting: la distribución y las audiencias, el reino donde hay que destacar’, que tenía como premisa el hecho de que “el pódcast ahora mismo es el formato narrativo que mejor expresa la cultura digital”, y que sus realizadores se enfocan en las plataformas de streaming en las que mejor se difunden: Apple Podcast, Spotify, Amazon Music, Ivoox y Google Podcast.

En una mezcla de teatro, concierto y recital narrativo, se presentaron varios shows en vivo como el evento de storytelling de Relatos Amarillos, en el que participaron narradores que subían al escenario a compartir historias contadas en un tiempo establecido y siguiendo unas reglas y pautas específicas.

El público asistió también a propuestas inmersivas como las ‘Experiencias aterradoras con la ouija’, organizadas por Relatos de la Noche, un proyecto nacido en 2013 y dirigido por Uriel Reyes que busca narrar historias, relatos y leyendas de México y Latinoamérica.

Sobre el 11º Festival Gabo
El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.

El 11° Festival Gabo es posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).

“El origen de García Márquez es el sánscrito”: tres lectores desentrañan el universo creativo del autor de ‘Cien años de soledad’

¿Cómo escribía uno de los autores más grandes de la literatura universal? ¿Qué significa decir “Caribe” en su obra? Rodrigo García Barcha, Carolina Sanín y Weidler Guerra abordaron estos y otros aspectos sobre el nobel colombiano durante el 11º Festival Gabo. 

Por Kirvin Larios 

A menos de un año de conmemorarse la primera década de la muerte de Gabriel García Márquez –ocurrida el 17 de abril de 2014–, el Festival Gabo organizó una charla para hablar de la obra del escritor más importante e influyente de Colombia, de su relación con el Caribe y de cómo se lee y se estudia en la actualidad. 

No era un reto fácil, teniendo en cuenta las dificultades de acercarse a una figura de tanto renombre para los lectores, que al leer su obra parten con una “desventaja” —como dijo durante el evento la escritora colombiana Carolina Sanín— a causa, en parte, de la “fetichización” y “folclorización” que ha traído su fama.

Académicos, periodistas, docentes, autores, lectores, personas de todos los campos y procedencias lo han leído intentado desentrañar los sentidos de su universo creativo, cuyas consecuencias apenas se pueden medir: existe un García Márquez o un ‘Gabo’ para todo y para todos, su importancia universal lo ha puesto en boca de políticos o ‘gente de a pie’, de profesores y especialistas, ha hecho que defina agendas culturales e institucionales, que bautice plazas o recintos culturales en todo el mundo, alimentando no pocas veces los lugares comunes sobre su escritura que de tanto repetirse han dejado de decir algo, si es que alguna vez lo hicieron. 

En el auditorio del Gimnasio Moderno —la sede principal del evento que se realizó por segunda vez consecutiva en Bogotá— conversaron Rodrigo García Barcha, cineasta e hijo del escritor, Weidler Guerra, antropólogo especialista en el Caribe colombiano, y la mencionada Carolina Sanín, escritora y ensayista que imparte cursos sobre la obra del nobel colombiano. Moderó la charla Nadia Celis, profesora y autora de la reciente Crónica de un amor terrible.

El descubrimiento del Caribe

Celis destacó de entrada el “extraordinario mundo de palabras creado por García Márquez”, que “ha sido la fuente no solamente para recrear realidades, para inventar mundos, sino además para transformarlas y entenderlas mejor”. A partir de eso propuso una vuelta al origen para hablar de su universo cultural y su espacio geográfico. ¿Dónde se ve el Caribe en García Márquez?, le preguntó a Weidler Guerra.

También te puede interesar: Rodrigo García Barcha: dirigir “lo menos posible” para dirigir bien

Es común que al acercarse a la obra del autor de Crónica de una muerte anunciada se establezcan relaciones con grandes relatos y personajes de la literatura: Prometeo, Penélope, Ulises, etcétera. Pero lo último que se mira, sostuvo Weidler, es su entorno cultural inmediato. “Gabo, que es un hombre universal y un lector perseverante de distintas literaturas, tiene el Caribe como su punto de partida”.  

¿Pero qué es el Caribe? “Es el lugar en el que el mundo antiguo encuentra su complemento y en el que la humanidad de ese viejo mundo, que se pensaba completa y única, encuentra la otra mitad de la humanidad”, dijo el antropólogo echando mano de unas palabras del haitiano Michel-Rolph Trouillot. 

Como se sabe, ese encuentro con el Caribe legó sucesos como el genocidio indígena o la traída de la población africana esclavizada. Pero también la llegada de figuras históricas, como el corsario inglés Francis Drake, que en Cien años de soledad aparece en las primeras páginas. Por eso según Guerra, García Márquez narra “un Caribe que es producto de intensas mixturas, un Caribe que no tiene un nativo esencial, un Caribe que es el Rastafari de Jamaica, que es el judío de Curazao, que es el indígena de la Guajira y del Darién, que es el hispano en Cuba, en Puerto Rico, que son ingleses, holandeses. A la vez narra el Caribe específico desde el cual él escribe”.

En su intervención, Carolina Sanín amplió este punto sobre el Caribe en la obra garciamarquiana, concretamente en Cien años de soledad: “No sólo es un libro que sale del Caribe sino que es la epopeya del Caribe, es el libro del Caribe”. Añadió: “El Caribe es el mar que recoge al Mediterráneo y en el que el Mediterráneo se miró, entonces es el desdoblamiento del Mediterráneo y es también dos veces el Mediterráneo. Eso quiere decir que es el Mediterráneo potenciado, además de ser el otro del Mediterráneo”.

Al pensar en la comunicación entre esos dos mares, Sanín ha observado que “el origen de García Márquez no es Aracataca; es el sánscrito, es la India”. 

Tal cosa se hace evidente en Cien años de soledad, una obra cuyo origen “es el origen de toda nuestra civilización en realidad, que es India”. En ese libro, “al tiempo que se escribe la novela se está leyendo y se está descifrando un manuscrito invisible, que son los manuscritos de Melquíades, que son la novela misma y que están escritos en sánscrito”. 

“Creo que el mayor hallazgo, el gran descubrimiento de estas obras –que, de hecho, está cifrado en el cuento Ojos de perro azul y que en Cien años de soledad se despliega y se explica– es el del antípoda, el de lo que pasó justamente en el Caribe con el intercambio proverbial y mítico entre oro y espejos, y que es el oro que el americano da. Cien años de soledad trata sobre la construcción del oro: el oro es el sol, y es una novela que trata sobre la soledad, cuya primera sílaba es el sol o contiene el sol”. 

Sanín explicó que ese descubrimiento nos habla de un momento en que “se inauguró un mundo nuevo”, un mundo “más allá de la muerte”, sin fin o “que en la esperanza podría no tener fin […], el mundo de la eterna soledad, que es este mundo”. 

“Ese descubrimiento, que si uno lee con atención ve que el joven de 24 años de repente atisba o más que atisba; ese descubrimiento que hace en Ojos de perro azul, que significa también el descubrimiento del signo, de los dos lados del signo como de los dos lados del mundo –y los dos lados del mundo además son el sueño y la vigilia, y son la vida y la muerte–; ese es el gran descubrimiento de él y lo que informa toda su obra”.

“Yo vivía con un carpintero”

¿Cómo era el día a día del García Márquez escritor? ¿Cómo volcaba en las páginas su pensamiento, su universo creativo? La pregunta iba dirigida a Rodrigo García, sin duda un testigo principal del espacio íntimo y cotidiano de su padre, al que veía como un carpintero, un señor que trabajaba en su casa familiar, recordando una frase de Borges:  “Yo soy sólo un señor que vive en un departamento de Buenos Aires”.

Pero, como hijo, vivió un antes y un después en su familia tras la publicación de la obra más famosa de su padre. “La historia de los orígenes de Gabo, y el mito de los orígenes y la historia-mito de los orígenes de su creatividad, es algo que empezamos a oír después de que saliera Cien años de soledad”, contó García Barcha.

El cineasta recordó que su familia vivía “en una clase media mexicana en la que confluían escritores, cineastas, gente con poco éxito pero con respeto, que trabajaba en el cine y la publicidad”. Durante la estancia en Barcelona, ya con el éxito a cuestas de la novela mencionada, empezaron a empaparse del “mito” sobre “el origen de esta persona que vino de la nada y creó este libro espectacular e insólito en ese momento”. 

García Barcha insistió: “Pero seguía siendo un señor que se levantaba, se encerraba en el cuarto, a veces con la puerta abierta, impenetrable de humo, fumando constantemente y con un poder de concentración escribiendo que describo en el libro [Gabo y mercedes: una despedida]”.

“Yo vivía con un carpintero, con un señor que se sentaba [a hacer] clic, clic, clic, clic, primero con la máquina eléctrica, luego una máquina ya olvidada ahora que era semi eléctrica, luego la eléctrica y años después los procesadores”. 

En García Márquez “era el acto de escribir” lo que le descubría lo que pensaba o creía. En ese proceso “lo interesante es que todo convive: el origen del mito y de los mitos y un señor en un cuarto moviendo la máquina. Y claro, el gran caldo de cultivo que es el cerebro humano”.

Revive la charla completa

Sobre el 11º Festival Gabo
El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.

El 11° Festival Gabo es posible gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).

Festival Gabo, un refugio para las historias diversas

La multiplicidad de formatos y miradas para contarnos hizo parte del día a día del 11º Festival Gabo. En charlas, talleres y clases magistrales la agenda exploró las perspectivas LGBT+, afro y feministas, así como los nuevos enfoques para narrar la realidad.

Si algo nos queda de los tres días de Festival Gabo es que en el periodismo y en el oficio de contar historias coexisten la contradicción y la diferencia. No hay relatos concluyentes sobre el mundo; los lectores y las audiencias transitamos permanentemente en la marea de cambios que trae cada época y, a veces, cada día. 

En medio de las transformaciones, los y las periodistas no ceden en su empeño por buscar y explorar las herramientas apropiadas para seguir narrando el mundo; igualmente, las audiencias se abren a las nuevas maneras de consumir información o disfrutar de las historias. 

Pero, como dice el periodista y escritor Martin Caparrós, no se trata tan solo de contar; se trata de pensar y cuestionar; de la “libertad de analizar al mismo tiempo que se cuenta”.

De ahí que cada participante y evento del Festival Gabo nos invite a preguntarnos sobre el mundo que estamos contando y cómo lo hacemos, en qué formatos y desde qué lugares. No es –nunca ha sido– ‘contar por contar’, sino dar cuenta de unos procesos, ser conscientes de ellos y en ese camino hacernos más transparentes.

También te puede interesar: Openly: 3 formatos creativos para narrar historias LGBTIQ+ en TikTok

“Somos un montón de contradicciones […]. No estamos exentos de habitar nuestras propias contradicciones para generar otras preguntas” sostuvo el periodista Cristian Alarcón en la charla Todxs en las historias: las fronteras de la narración.

Ése fue justamente el lema del 11º Festival Gabo, “Todos en las historias”: una síntesis para esta apuesta colectiva que buscó en cada decisión que todos y todas contaran y formaran parte de un espacio reflexivo, de convivencia para el goce y/o el debate. 

El goce de contar 

La variedad de enfoques se cristalizó en la agenda del Festival con eventos de periodismo, literatura, cine, arte, música, cómic, pódcast y otros formatos, que se llevaron a cabo en el Gimnasio Moderno, la Cinemateca Distrital, la Red de Bibliotecas Públicas, Theatron y otros lugares de Bogotá.

Un día los asistentes escuchaban a la poeta trans afro caribeña decir cosas como estas –que nos hacen pensar en las demandas sociales que hoy dinamizan a los eventos culturales–: “Me cuesta mucho no ser la cuota trans de las actividades donde participo: soy optimista pero también es muy doloroso participar en espacios donde me llaman solo para decir que son inclusivos. Es una cosa estructural que es mucho más grande que nosotras”. En esa misma mesa, la ilustradora Marcela Trujillo declaraba: “Es importante el reflejo: no solo para las personas trans ver que hay alguien trans, sino ver cómo las historias son reveladoras para toda la audiencia”.

También te puede interesar: Cristian Alarcón celebró las fronteras “anfibias” del Festival Gabo

Otro día Enrique Anarte, periodista multimedia, especializado en derechos LGTB+ y redes sociales, hablaba de la revolución en términos de representación LGBT+ que tiene lugar en las nuevas plataformas, en las que se construye una relación más horizontal con los usuarios: “No le hablamos a la gente joven como le habla el periodismo tradicional, que le dice: ‘Sabemos lo que no sabes, aquí está’. No es una relación de autoridad, sino entre iguales”, dijo en su clase magistral durante el Festival.

Como en toda buena conversación, una cosa llevaba a la otra, por ejemplo al pódcast: “La facilidad del pódcast es que ya no tienes que estar suscrito a un medio grande para acceder a los contenidos que te identifican. Hay que saber cuándo los contenidos son una depredación o cuándo es contenido real y ahí hay que ponerle el pie en la puerta”, dijo Jesús Blanquiño, jefe de proyecto en Podium Podcast.

De igual manera, la periodista y ensayista feminista Luciana Peker nos hablaba de un “goce social”, de la necesidad de contar el placer más allá de las miradas predominantes y de los clichés del momento: “el goce de los oprimidos, de los que estaban condenados a existir, de los que estaban destinados a ocultarse”. Y nos deja preguntas urgentes: “¿Cómo podemos contar historias de goce en el periodismo? ¿Qué nos produce goce? ¿Y si todo lo bueno durara más?”

Eso mismo nos preguntamos cuando acabó el Festival, convertido gracias a sus participantes y asistentes en “todo lo bueno”: un refugio para los amantes de los relatos que se construyen en Iberoamérica, para las historias que nos contamos y las que queremos seguir narrando mañana.

Sobre el 11º Festival Gabo

El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.

El 11° Festival Gabo es posible gracias  a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).

Cristian Alarcón celebró las fronteras “anfibias” del Festival Gabo

Al ganador del Premio Alfaguara de Novela 2022 no le basta con el lenguaje escrito: “Necesito avanzar hacia otras materialidades”. En ‘Atrapados en el paraíso’, la lectura performática con que cerró el 11º Festival Gabo, combinó el recital literario, la música, la entrevista y las artes escénicas.

Por Kirvin Larios 

Bogotá era una fiesta. 

Corría el último día del undécimo Festival Gabo y Cristian Alarcón, periodista anfibio y escritor multidisciplinar, tenía el compromiso de cerrar el evento en el auditorio del Gimnasio Moderno. 

Afuera, en la tarima, el público empezaba a bailar con los sones de Fruko y sus tesos, la orquesta de salsa que desde 1970 ha embelesado a bailarines en parrandas de toda Colombia.

En un Festival que celebraba la mezcla de voces y formatos, Alarcón bailaba su propio “malambo queer”, una versión de la danza folclórica tradicional de Argentina. Era 2 de julio, día de la Marcha del Orgullo en la capital y otras ciudades de Colombia. 

El público asistía a una combinación de recital literario, concierto musical y entrevista en vivo con una proyección de imágenes de botánica antigua, del pueblo La Unión de Chile –del que germinó Cristian– y de la portada que Alejandro Pasquale realizó para El tercer paraíso, novela con la que el escritor obtuvo el Premio Alfaguara de Novela 2022.

También te puede interesar: Rodrigo García Barcha: dirigir “lo menos posible” para dirigir bien

La lectura performática, titulada Atrapados en el paraíso, ha tenido presentaciones en Ciudad de México y Buenos Aires y en la Feria del Libro de Bogotá 2022. Ha sido pensada para adentrarse “en el universo de la novela a partir del cruce de los cuerpos, la música y las artes visuales”, como anticipó Alarcón.

En el texto, el uso de la primera y la tercera persona provocan una memoria dual de lo vivido, con un narrador que se aproxima a la historia de la botánica y se entrega a la construcción de un jardín del que florece la experiencia personal. 

En la tarima se hizo una interpretación de la canción La jardinera de Violeta Parra: “Las flores de mi jardín, han de ser mis enfermeras”. 

A partir de esos versos, Alarcón dice que no cree “en el poder salvífico de las historias”. “Confío más en el efecto mágico de las melodías, en la música. Aún así, si la pena es por soledad, las historias están allí para acompañarnos”.

Tras la lectura, Cristian Alarcón, autor de otros libros como Si me querés, quereme transa (2010) y Cuando me muera quiero que me toquen cumbia (2003), conversó con el periodista cubano-neoyorquino Carlos Manuel Álvarez: la entrevista no podía faltar en un escenario donde el anfitrión se iba dejando en capas o en pétalos frente al público.

Según Cristian, El tercer paraíso “nació como una performance”. Aunque se trata de una obra de ficción, comenzó a ser escrita cuando decidió emprender un jardín en homenaje a su abuela que cultivara el tipo de dalias que ella sembraba.

“En ese momento quizá no era consciente de un proceso creativo que ahora veo con mayor claridad: en él no me basta con el lenguaje escrito y necesito avanzar hacia las materialidades”, dice.

Un mismo proceso que ha perseguido en sus reporterías y trabajos como editor, en esa hibridación de la crónica latinoamericana que ha impulsado desde espacios como el Laboratorio de Periodismo Performático de Revista Anfibia. 

No conforme nunca con un único registro o soporte, la concepción del periodismo de Alarcón bebe del arte o la etnografía urbana, del ensayo personal o del teatro. El proceso parece emular la lógica de una fiesta o una celebración en la que queda en evidencia la ductilidad de los cuerpos y los sonidos. 

“Bogotá es una fiesta”, declaró el autor al final de la undécima edición del evento. “El Festival Gabo se confirma como el encuentro de periodismo más importante de América Latina. Celebramos que sus fronteras se anfibizan y devienen diversas y potentes”, agregó.

Sobre el 11º Festival Gabo

El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.

El 11° Festival Gabo es posible gracias  a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).

Openly: 3 formatos creativos para narrar historias LGBTIQ+ en TikTok

¿Cómo llevar los estándares del periodismo a la aplicación que ha revolucionado las formas de narrar? Estos son algunos de los recursos que aprovecha la plataforma de noticias LGTBIQ+ de la Fundación Thomson Reuters para contar la diversidad y acercar a las audiencias más jóvenes en TikTok.

Por Ivonne Arroyo M.

TikTok dejó de ser la plataforma de entretenimiento para publicar videos de bailes y memes que fue en sus inicios. La red social que más crece, según el Digital News Report 2023, se ha consolidado como un laboratorio para que el periodismo renueve sus formatos y narrativas en su búsqueda por conectar más y mejor con las audiencias jóvenes.

En ese camino, el periodismo enfocado en temas LGTBIQ+ ha encontrado las puertas abiertas para crear y distribuir contenidos alrededor de la diversidad sexual y de género de forma creativa. Sin embargo, ¿cómo adaptarse al lenguaje personalizado de TikTok manteniendo la rigurosidad, la imparcialidad y el enfoque de derechos humanos que son imprescindibles en este ejercicio?

Openly, la plataforma de noticias LGTBIQ+ de la Fundación Thomson Reuters, ha apostado por amplificar sus coberturas globales en inglés sobre los derechos de la población queer a través de formatos y narrativas propias de las redes centradas en video. 

Para Enrique Anarte, responsable de la cuenta de TikTok @openlynews, se trata de  “trasladar los estándares periodísticos a un lenguaje nativo para que la audiencia no se sienta saturada y participe en el proceso de visualización de contenido”. 

Para eso, considera clave establecer una relación entre iguales con los consumidores de sus contenidos. “No le hablamos a la gente joven como le habla el periodismo tradicional, que le dice: sabemos lo que no sabes, aquí está. No es una relación de autoridad, sino entre iguales”, explica Anarta.

¿Cómo lograrlo? A continuación, algunos formatos y referentes para narrar historias LGBTIQ+ de forma atractiva e imparcial en TikTok que fueron compartidos por Anarta en el 11° Festival Gabo en Bogotá, durante la clase magistral ‘TikTok, una buena noticia para el periodismo LGBTIQ+’.

Tendencias 

Los periodistas tienen la posibilidad de aprovechar los sonidos, efectos y memes que se popularizan en plataformas sociales como TikTok para crear contenidos periodísticos creativos, sin que eso signifique ceder en la rigurosidad propia del oficio. Así como usamos recursos narrativos para potenciar nuestras historias, podemos hacer uso de las tendencias en redes y cambiar la forma en que presentamos esa misma historia. 

A propósito de la legalización del matrimonio igualitario en Estonia, una semana antes del Día internacional del Orgullo LGTBIQ (28 de junio), Openly publicó en TikTok el listado de países que tienen este derecho garantizado en el mundo. ¿Es el listado un formato convencional? Sí, seguro ¿Está presentado de la manera tradicional? Definitivamente no. Hay baile, personajes, gatos y música en tendencia.

“Es una manera de usar una tendencia nativa para contar una noticia, pero también para dar contexto más allá de esa noticia. Con la coyuntura de la legalización miramos hacia atrás para repasar los países que han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, pero no es una lista aburrida”, dice Anarte.

@openlynews

A few days ago, Estonia joined the list of countries around the world that have legalised same-sex marriage as the first Baltic country to embrace marriage equality. Who do you think will be next? 👀 #gaymarriage #lgbtnews #lgbtqrights #gaytiktok

♬ original sound – Openly | LGBTQ+ news

Situaciones representadas 

Recrear situaciones permite contar una historia completa o dar el contexto de una noticia en un formato entretenido. Se trata de jugar con personajes y diálogos para recrear una escena que permita explicar un acontecimiento. 

Un ejemplo es esta representación de distintos actores luego de la aprobación de una ley en el Parlamento húngaro que permite a las personas denunciar de forma anónima a las familias homosexuales. Durante el video, el periodista interpreta al parlamento, a los activistas LGBTIQ+, la Comisión Europea y los otros 15 estados miembros de la UE para mostrar los argumentos y cuestionamientos de cada quien. 

“Incluso en temas de derechos humanos es importante mostrar la parte que se opone para mostrar los argumentos. No se trata de dar igual voz a todas las partes, sino recogerlas y dar al usuario el contexto para que pueda entenderlos”, precisa Anarte.

@openlynews

After banning “gay propaganda” in schools as well as legal gender change, the Hungarian parliament passed a law earlier this week that allows people to report anonymously those who contest the “constitutionally recognised role of marriage and the family”, and those who contest the minors’ right “to an identity appropriate to their sex at birth”. Hungary’s constitution, amended in late 2020 under PM Viktor Orbán’s government, defines family as “based on marriage and the parent-child relation. The mother is a woman, the father a man,” which effectively banned same-sex couples from adopting children. It also defends “the right of children to identify with their birth gender and ensures their upbringing based on our nation’s (…) values based on our Christian culture”. Hungary ranks 20th in the European Union for LGBTQ+ rights, according to ILGA-Europe. #hungary #viktororban #lgbthungary #lgbtnews

♬ original sound – Amanda

Perspectivas personales 

Incluir una perspectiva personal en el relato es una forma de acercar a las audiencias y ofrecer una experiencia de consumo de información más inmersiva e inclusiva. En la cobertura de las marchas del Orgullo LGBTIQ+, el periodista puede recoger su propia mirada, que no es igual a dar su opinión, para trasladar a las personas al lugar de las manifestaciones a través del recurso de la primera persona, algo que ha revolucionado TikTok. 

“En vez de un reportaje en video sobre cómo es la escena gay de Berlín, podemos contar cuáles son las cosas que nos sorprendieron de esa escena. Estamos dando la misma información pero lo contamos desde una mirada personal, lo cual es posible hacer mientras se mantiene la imparcialidad en el periodismo”, propone Anarte. Ese último valor, dice, es lo que diferencia el contenido creado por influencers de los producidos por periodistas.

Un ejemplo es este TikTok sobre las marchas del Orgullo LGBTIQ+ en ruso que se celebraron en Berlín para exigir los derechos queer en los países de habla rusa. La periodista explica el contexto social y político en que se desarrolla el Marzahn Pride y amplifica las voces diversas de los asistentes. 

@openlynews

Hundreds joined a Russian-language LGBTQ+ Pride march in Berlin this weekend to demand queer rights in Russian-speaking countries and an end to the Russian invasion of Ukraine. The fourth edition of Marzahn Pride in the German capital was also an opportunity to give a stage to queer culture in Russian as well as to Ukrainian LGBTQ+ activists and performers. However, several protesters were attacked during the event, the organisers from the local queer group @Quarteera said in a social media post on Monday. #lgbtnews #foryourpride #berlin #lgbtberlin #gayberlin #ukrainewar #ukraine

♬ оригинальный звук – Olenochka💞

Sobre Enrique Anarte (España)

Es responsable de TikTok de Openly, la plataforma de noticias LGTBIQ+ de la Fundación Thomson Reuters. Anteriormente fue corresponsal freelance para este y otros medios como NBC y Deutsche Welle. También formó parte del primer equipo de TikTok de DW, uno de los medios pioneros en la plataforma. Como periodista especializado en temas LGTBIQ+, Ha cubierto historias relacionadas con los derechos de las minorías sexuales en más de diez países de Europa y América Latina. 

Sobre el 11º Festival Gabo

El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.

El 11° Festival Gabo es posible gracias  a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).

Rodrigo García Barcha: dirigir “lo menos posible” para dirigir bien

El cineasta colombiano participó por primera vez del Festival Gabo. En conversación con la actriz Natalia Reyes habló de su cine, de la influencia de Gabo y de sus métodos como director.

Por Kirvin Larios

Ciudades como Cartagena y Bogotá “no son fáciles de visitar” para Rodrigo García Barcha, porque en ellas ya no están sus padres, “los gabos”, y no puede recorrerlas sin que le “ronden los fantasmas”. 

No es algo “triste”, explicó el cineasta; tan sólo hace parte de la llegada a un lugar así, donde vivió momentos importantes con sus padres. A ellos les dedicó, hace dos años, el libro Gabo y Mercedes: una despedida, que relata los últimos días de la pareja.

El cineasta visitó Bogotá en su primera aparición como invitado al Festival Gabo, en el que tuvo agendadas dos charlas y una intervención especial en la ceremonia de entrega del Premio Gabo 2023 realizada en el histórico Teatro Colón. 

García Barcha (1959) lleva impreso en sus facciones tanto el rostro de su madre como de su padre. Es alto como ella (“la jirafa”, “el cocodrilo sagrado”, “la jefa máxima”), de cejas pobladas como él, y en el resto de su cara parecen repartirse características de uno y otro padre.

En entrevista con la actriz Natalia Reyes, actual presidenta de la Academia Colombiana de Artes y Ciencias Cinematográficas, el director nacido en Bogotá –donde vivió el primer año– habló de su trayectoria cinematográfica, reflexionó sobre los personajes de sus películas y sobre lo que significa haber nacido en la casa de uno de los escritores más grandes de la literatura universal. 

En el auditorio del Gimnasio Moderno, una de las sedes del evento, se refirió a sus orígenes cinematográficos en Hollywood, que “no existe” –dijo– o que existió sólo en otras épocas, cuando eran cuatro o cinco estudios los únicos encargados de las películas o los productos para la televisión.

Siempre ligado al cine independiente, el también miembro de la Junta Directiva de la Fundación Gabo debutó en la película Cosas que diría con sólo mirarla (2000), con la multipremiada Glenn Close como protagonista, y quien se convertiría en la actriz principal de múltiples películas suyas, entre ellas El secreto de Albert Nobbs (2012). 

García Barcha forma parte de una generación de directores que trabajó en proyectos innovadores de HBO, canal para el que dirigió capítulos de importantes series como Los Soprano o En terapia

Recientemente, el cineasta ha trabajado como director y productor de la adaptación a series de streaming de los libros Santa Evita de Tomás Eloy Martínez y Noticia de un secuestro de Gabriel García Márquez. También se encuentra asesorando, pero con distancia, la adaptación de Cien años de soledad para Netflix. 

En su trayectoria, contó en la conversación, García Barcha ha visto cómo el cine latinoamericano ha dejado de ser tratado de forma despectiva para suscitar el aplauso internacional. 

Sus últimos proyectos, de hecho, se han acercado cada vez más a Latinoamérica, donde ha encontrado una forma de trabajar “sin tanta presión de lo hollywoodense”, más distanciada de los costos de promoción de una película y de las exigencias por las ganancias que buscan recaudarse en el primer fin de semana.

Esto le otorga “un poquito más de tranquilidad, sobre todo porque muchos de los proyectos en Latinoamérica son hechos con estímulos, donde no hay la obligación de tener un éxito”.

Sobre este momento de su carrera, el director colombiano dijo: “Me ha gustado, me ha animado más a escribir en castellano. Me tardé sólo 63 años, no es tanto”, bromeó.

Dirigir lo menos posible

A García Barcha le interesa explorar en sus historias las relaciones interpersonales, “sobre todo esas en las que uno no puede ni vivir ‘con’ ni vivir ‘sin’”, explicó. “El divorcio, una vez que tienes hijos, nunca acaba de ser 100% divorcio. Cuando tus padres mueren nunca acaban de estar completamente muertos: el diálogo continúa”.

Sobre sus métodos como director, dijo que “hay que tratar de dirigir lo menos posible y hacerlo lo más tarde posible”. 

“Si diriges mucho, los directores, sobre todo los  directores guionistas, a veces pueden tener mucha influencia sobre el actor. Si yo hablo demasiado de cómo yo veo todo, puedo apagar una fuente de creatividad del actor. El actor o la actriz, como todo artista, trabaja a partir de su imaginación, su experiencia, su inteligencia y su instinto. Si yo te digo ‘esto tiene que ser así’, entonces tú te vas a preparar y mi voz estará en tu cabeza. Entonces prefiero que leas el guión, que cocines eso, y luego nos encontramos en algún momento a la mitad”.

Sobre sus personajes femeninos, que los considera una mezcla de las mujeres que ha conocido en su vida (tías putativas, madre, “mujeres muy fuertes”), aconsejó salirse de lo acostumbrado: “que no sea mártir santa o puta”, sino alguien que es muchas cosas a la vez: “complicada, bondadosa, egoísta, maternal, independiente, agresiva…”

“El chiste del personaje es que nunca sea una cosa sino que sea una gran contradicción de cosas”, agregó. 

Actualmente, además de terminar una película, García Barcha tiene un proyecto de serie para la plataforma Star Plus: una historia sobre una ginecóloga que está en silla de ruedas, que es alcohólica y “un personaje complicado”.  La cinta se planea filmar en Tijuana, México. 

Y acerca del proyecto de adaptación de la novela cumbre de García Márquez, dijo que participaba sólo como asesor: “Doy mi opinión, pero es un poquito a distancia. He querido dar un espacio para que esos directores, guionistas y directoras y actores y actrices hagan su interpretación. Sería muy molesto encarar un reto tan grande como Cien años de soledad para, además de todo, tener al hijo director del autor jodiendo”.

La influencia de su padre

“A veces la gente me dice ‘qué tanta influencia tuvo sobre ti tu padre’; me muerdo la lengua porque quiero decir ‘qué tanta influencia tuvo para ti el tuyo’. Claro, no todo el mundo fue hijo de un premio nobel, pero esa fue mi realidad. Entonces, por un lado hay una presión. Por un lado, hubo ventajas y privilegios: crecí en un mundo muy rico y Gabo era un buen papá. No cambiaría esa situación”.

“Ahora, hay ciertas presiones. Por un lado no, porque nunca pensé que iba a escribir una obra que va superar Cien años de soledad. Por otro lado sí hay porque –y esto lo he visto mucho con hijos de gente exitosa– aunque tu cerebro lógico te dice que el éxito de tu padre o de tu madre no te garantiza a ti nada, tu cerebro de niño te dice: ‘A mí también me va suceder’. El cerebro del adulto te dice: ‘No hay ninguna garantía’. Tu cerebro de niño te dice: ‘Yo voy a ser como mi mami, yo voy a ser como mi papi’”. 

“Es un trabajo que hay que hacer. Pero en general quejarme sería una vulgaridad insoportable. Estoy feliz. No cambiaría nada”.

Revive la entrevista completa

Sobre el 11º Festival Gabo

El Festival Gabo es organizado por la Fundación Gabo, que, inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

Este año, en su undécima edición, el Festival Gabo regresa a Bogotá. Bajo el lema #TodosEnLasHistorias, hace una invitación a habitar las historias, reconocerlas como punto de encuentro donde coexisten múltiples voces y donde podemos construir un relato colectivo que nos acerque al mundo que soñamos.

El 11° Festival Gabo es posible gracias  a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina, y la alianza de la Fundación Gabo con la Alcaldía Mayor de Bogotá a través de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte (SCRD), su dirección de Economía, Estudios y Política (DEEP), y la Red Distrital de Bibliotecas Públicas (BibloRed).

El Festival Gabo 2023 celebró tres días dedicados a la diversidad y registró récord de asistencia

  • Durante tres días, el Festival Gabo recibió cerca de 9.000 asistentes en más de 100 actividades realizadas en el Gimnasio Moderno, la Cinemateca Distrital, la Red de Bibliotecas Públicas y otros espacios de Bogotá.
  • Con el lema #TodosEnLasHistorias, la programación giró en torno al periodismo, la literatura, la poesía, la música, el cómic, el cine, el pódcast y otros formatos. 
  • “Bogotá y nuestros aliados nos brindaron todo el apoyo institucional para consolidar a esta ciudad como la capital de los narradores de Iberoamérica”, dijo Jaime Abello Banfi, director y cofundador de la Fundación Gabo.

Este domingo finalizó la undécima edición del Festival Gabo, la mayor fiesta de la cultura iberoamericana que se realizó por segundo año consecutivo en Bogotá. 

Del 30 de junio al 2 de julio, cerca de 9.000 asistentes –una cifra que supera con creces la cita pasada, en octubre– se encontraron para reflexionar, conversar, debatir y conectarse en más de 100 eventos dispuestos en 10 escenarios diferentes de la ciudad.

El Festival que organiza la Fundación Gabo, creada en 1995 por el propio Gabriel García Márquez, ofreció una extensa agenda de actividades como charlas, clases magistrales, talleres, conciertos musicales, exhibiciones artísticas y shows en vivo.

Este año los encuentros estuvieron marcados por la diversidad, propiciando así un espacio de interlocución para todos los que construyen historias, lo que implicó reunir a nuevos narradores que durante mucho tiempo han sido excluidos de los relatos predominantes.  

La diversidad no solo se reflejó en los más de 150 protagonistas provenientes de más de 20 países que aceptaron la invitación de #TodosEnLasHistorias –lema del Festival Gabo 2023–, sino también en las temáticas y los formatos que abordó esta fiesta del periodismo, la ciudadanía y la cultura. 

Jaime Abello Banfi, director general y cofundador de la Fundación Gabo, manifestó una gran satisfacción y agradeció el apoyo de todos los que hicieron posible una edición tan exitosa: “Estamos muy contentos y muy agradecidos con la respuesta que dio el público bogotano y todos los asistentes que vinieron de otras partes de Colombia y del mundo. Gracias a esta respuesta y al invaluable apoyo de nuestros aliados públicos y privados, Bogotá se consolida como una capital de narradores y el gran punto de encuentro de historias de Iberoamérica”. 

Algunos de los temas presentes fueron el cubrimiento de temas LGBT+, el pasado africano en Colombia y Europa, la libertad de expresión, la inteligencia artificial, los relatos sonoros, los vínculos entre poesía y periodismo, la crónica y, desde luego, la obra de Gabriel García Márquez, nuestro maestro fundador y guía principal.

Homenaje a un visionario 

Jean François Fogel, pionero del periodismo digital que falleció en marzo pasado a los 76 años, fue homenajeado en varios encuentros a lo largo de estos 3 días de Festival, incluyendo la ceremonia del Premio Gabo. En cada uno de estos espacios, se honró la memoria del periodista y ensayista francés en la voz de sus colegas y compañeros de aventuras periodísticas a los que inspiró, así como de incontables participantes de sus talleres prácticos. 

Fogel asistía puntualmente a esta cita anual dada su pasión clarividente por el periodismo hecho en Iberoamérica y su cercanía con la Fundación desde que su amigo Gabo lo invitó a vincularse en 2002.

Gracias al trabajo y legado de periodistas como Fogel, el Festival Gabo vuelve a hacer una invitación a seguir pensando en las audiencias, y la adaptación y transformación tecnológica del periodismo, temas en los que el Festival se ha preguntado desde su origen.

Ceremonia y Premio Gabo 2023

En una ceremonia realizada por primera vez en el emblemático Teatro Colón de Bogotá, se llevó a cabo, durante el primer día del Festival, la entrega del Premio Gabo 2023, que cada año reconoce lo mejor del periodismo en Iberoamérica.

Esta edición reconoció piezas en cinco categorías: Texto, Cobertura, Imagen, Fotografía y Audio.

Por primera vez en once ediciones del concurso, un trabajo colombiano se llevó el Premio Gabo en la categoría Texto. Se trata de “El grito por justicia y reparación de las mujeres afro violentadas sexualmente”, escrito por Beatriz Valdés para Colombia +20 El Espectador: un relato de las consecuencias de la violencia sexual en los cuerpos de las mujeres negras y sus propuestas de reparación.

En la categoría de Imagen, el premio fue otorgado a “Ayacucho: radiografía de homicidios”, una reconstrucción realizada por Rosa Laura y César Prado para IDL-Reporteros. Santi Donaire se impuso en la categoría de Fotografía por su trabajo para National Geographic titulado “¿Conseguirá la Ley de Memoria Democrática reparar los daños del franquismo?”. Y en la categoría de Audio resultó galardonado “Costa Nostra”, un pódcast de la productora española La Maldita para Amazon Music.

En la modalidad de Cobertura, el laurel fue para “Nome aos bois”, investigación liderada por Ana Magalhães y Marina Rossi para Repórter Brasil.

Además se otorgó el Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2023 a la periodista hondureña Jennifer Ávila, directora y cofundadora de Contracorriente. El galardón, que el año pasado recayó en el periodista y escritor mexicano Juan VIlloro, le fue concedido a Ávila por el Consejo Rector de la Fundación Gabo por ejercer un periodismo comprometido con la verdad, la justicia y combativo con la violencia estructural de los gobiernos.

La capital del periodismo iberoamericano 

Las instalaciones del Colegio Gimnasio Moderno volvieron a acoger una parte importante de la programación en su auditorio, biblioteca, teatrino y en los jardines donde se ubicaron la tarima de conciertos, un café, varias librerías, carpas y zona de comidas.

Otros puntos de encuentro también hicieron posible la agenda del Festival: la Cinemateca Distrital, cuatro bibliotecas públicas y espacios culturales en los distritos creativos de Teusaquillo y La Playa. Por otra parte, la Universidad EAN se convirtió en la casa del encuentro iberoamericano sobre narrativas sonoras, que es posible gracias a la unión entre el Festival Gabo y el Festival de ‘Pódcast Al Oído’.

Estos lugares vuelven a posicionar al Festival Gabo como un evento de ciudad y de país, que ha convertido a Colombia en la capital del periodismo iberoamericano durante 11 años.

Macondo nos inspira

Cuando Gabriel García Márquez comenzó a escribir Cien años de soledad, la aventura de narrarla fue tan intensa que casi no tuvo tiempo de documentarse sobre las temáticas que iban surgiendo de su imaginación. Sin embargo, aquello no fue un gran inconveniente, pues Gabo contó con la ayuda incondicional de su familia y sus amigos. 

Por mencionar algunos casos, el escritor mexicano José Emilio Pacheco investigó todo lo relacionado con la piedra filosofal, Juan Vicente Melo estudió las propiedades medicinales de las plantas macondianas y Álvaro Mutis revisó (y suministró) varias referencias poéticas. 

“Ahora me doy cuenta de verdad que todos ellos estaban trabajando en Cien años de soledad”, comentó García Márquez en una entrevista concedida algunos años después.

De esa misma manera y con un entusiasmo similar se celebró el Festival Gabo 2023. Como ocurrió con la saga de los Buendía, este festival fue una suma de esfuerzos, ingenios y contribuciones tanto intelectuales como logísticas. Su lema, “Todos en las historias”, es la síntesis perfecta para esta aventura colectiva. Todos contaron historias, todos formaron parte de ellas.

Gracias a nuestros aliados esto también fue posible