8 motivos para romper el molde de la crónica prefabricada (y lograr ser publicado), según Josefina Licitra

La cronista argentina Josefina Licitra, durante el taller que impartió en el Festival Gabo. Foto: Julián Roldán – Fundación Gabo

Por Andrea Jiménez Jiménez@andrejimenezj

¿Por qué los editores devuelven crónicas y otros textos que les llegan como propuestas? Josefina Licitra tiene la respuesta. “Lo que llega hace muchos años es un formato. Quizá sea el formato de la nueva crónica latinoamericana, que es muy ordenador, que sigue dando piezas periodísticas interesantes que vale la pena leer, pero que impuso una especie de estructura que también vale la pena romper”.

Las crónicas, como producción en masa, vienen con molde pre-hecho, una guía establecida que ha convencido a la argentina, ganadora del Premio Cemex en 2004, de que hay que comenzar a darle la vuelta a la forma en la que contamos las historias para que estas tengan cabida, con una voz propia, en espacios dedicados a cultivar este arte narrativo.

Entonces, ¿por qué rebotan las historias cuando las rebotan? ¿Cómo se puede fundamentar la idea de que hay un molde a romper? Aquí, las razones:

  1. La crónica busca –supuestamente- usar el dato paro luego trabajar el texto en función de su elemento visual, que es imaginártelo como un documental, y eso no está mal. Pero en esta forma de concebir las crónicas como elementos organizados por escenas, el dato dejó de importar. Cuesta dar con estos, con material que esté fuerte de datos. Empecé a tener profundo respeto por los datos, porque, más allá de que estén chequeados, una cosa es equivocarse en el dato y otra no buscarlo. Pero en nombre del estilo y del nuevo periodismo literario, no hay datos. Hay un manejo más literario del material, más allá de que sea bueno o malo. Y el dato es fundamental. En nombre de que a la idea hay que articularla en elementos visuales, que estoy de acuerdo, hemos olvidado los datos, y las ideas hay que argumentarlas, y eso es tan importante como la estética.

 

  1. No hay estructura. A veces uno se encuentra escena, pero no hay progresión dramática. Esto no necesariamente debe pasar en el perfil, porque el perfil es otra cosa, es como una fotografía. En la crónica debe haber movimiento. Hay que hacer lo que en lenguaje audiovisual se llama escaletear. Es muy importante la estructura, y esa estructura está rezagada y solo vemos escenas lindas una al lado de la otra.

 

  1. El periodismo tiene un punto de vista que no es opinión, y está bien seguir pensándolo en ese sentido, pero la pregunta sobre el punto de vista hoy nos terminó quedando antigua. Creo que a nadie se le ocurre pensar que el periodismo se concibe sin la idea del punto de vista, porque el tema de la objetividad dejó de ser una discusión, porque todos entendemos que la objetividad no existe, es una discusión estéril. Así que encontrar y mostrar el punto de vista es importante.

 

  1. Esta no es una pregunta menor: Con eso que vemos, ¿podemos hacer algo? En los talleres de creación es una pelea constante por lograr que los participantes cuenten lo que vieron y no lo que sienten que tienen que contar. Hay un temor y una autocensura que son bastante grandes.

 

  1. Las crónicas se hacen con eso que el periodismo narrativo llamó “detalle simbólico”. Como recurso está bien, es interesante, pero suele ser una equivocación. Y uno recibe textos que tienen detalles que no dicen nada, y el detalle tiene que decir algo. El texto no puede ser la fiesta del detalle, hay que elegir un par, mirar bien dónde lo vas a poner. Si uno muestra un detalle, este tiene que explotar. Si no, no ayuda: hace ruido.

 

  1. La falta de moralización, de línea ideológica, es uno de los preceptos del ‘nuevo viejo periodismo’ que sigo sosteniendo. Creo que nos cuesta mucho meternos con “gente buena”. Les perdonamos la vida en todos los aspectos. Tenemos miedo de que nos señalen, y más en tiempos de redes sociales, en los que estamos con una fiscalía digital que a muchos nos atemoriza, pero debemos superar.

 

  1. Siempre hubo esa idea de que el periodismo narrativo no iba detrás de la primicia, de la urgencia, y como nunca vamos a llegar a tiempo, nuestra posibilidad de diferenciarnos no es en flecha horizontal sino vertical: vayamos hacia el fondo ya que no podemos ir más rápido que los demás. Pero no tomar las características de la televisión o internet para ir rápido no quiere decir que debamos hacer una alegoría de lo pequeñito, de lo demorado. ¡Queremos que nos lean! Y si queremos que nos lean debemos empezar a pensar un poco más en grande. Hay pequeñas historias que valen porque pueden crecer, pero por eso valen, y si se quedan pequeñas no van para ningún lado. Pero la idea no tiene que ser en el nombre de que no estamos apurados, y eso no nos vuelve demagógicos, sino con sentido común. Debemos pensar que un buen tema puede pasar desapercibido, pero que no necesariamente hay que buscarlos en el universo marginal. Saber leer los diarios, que son la centralidad del discurso periodístico, también nos puede dar un punto de partida para hacer una buena historia.

 

Teniendo los rasgos del molde a romper, no está mal tener en cuenta otras recomendaciones (e ideas):

-Cuando golpeas muchas puertas y hay mucho “no, no, no”, ahí hay algo. Cuando los rebotes son sistemáticos, esas negativas son sintomáticas. Y hay que revisarlas.

No sirve un editor que te perdone todo, o que te admire. No está mal desenamorarse del texto de uno, si es un buen editor

– Si no hay algo que te conecte con trabajos de largo aliento, te vas a cansar.

-Sobre la primera persona: si en una escena uno tiene algo que contar, uno cumple una función. De ninguna manera me parece algo vanidoso o egocéntrico.

-Uno tiene que poder escuchar su propio hartazgo y saber cuándo parar (con respecto a la autoedición)

-Cuando uno escribe sobre sí mismo es toda una decisión a tomar. Son textos son muy dolorosos de hacer. Si se hacen con honestidad, no son textos fáciles, y exigen un procedimiento que tal vez sea complicado cuando llevas poco tiempo escribiendo, porque suponen cierta madurez. Porque uno tiene que escribir sobre la falla y analizarse uno mismo desde lo editorial; uno debe mirar la textura, la calidad. Hay que tener distancia como sea. Creo que eso se ejercita. Uno paga precios altísimos. No hay que escribir una falsa literatura. Hay que entregar todo lo que uno tiene.

-Uno tiene que poder sacrificar su ansia de lucirse en pos de lo que el texto necesita.

Se necesitan personajes. Si no hay personas, lo que tienes es una nota.

-En general, escribir con mucho moño, con mucha retórica, es fácil. La escritura es limpieza.

Sean incorrectos. No como dogma, no como provocación, sino como honra a la verdad.

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

Josefina Licitra. Talleres Festival Gabo 2019.

Taller Crónica sin moldes

La crónica es un género periodístico donde la forma y el fondo son indisolubles. Por eso, la buena investigación no debe separarse de la buena escritura. Más porque para competir con otras fuentes de información que son inmediatas, la crónica no tiene otra opción que llenarse de profundidad y belleza. Pero, ¿qué es la buena escritura?

La crónica apareció para romper con algunos esquemas del periodismo tradicional, para explorar en otras formas de investigación social y escritura e investigación social. De la literatura tomó estructuras, diálogos, climas y escenas, construcción de personajes, tensión narrativa.

Pero tras décadas de auge, a los periodistas más jóvenes que debutan en el género puede costarles encontrar su propia voz, su propio estilo y ser fieles a ese espíritu de ser creativos e innovadores; manteniendo el rigor y el balance que caracterizan al periodismo de excelencia.

En este taller con Josefina Licitra los participantes explorarán conceptos y herramientas vinculados a la crónica periodística y al desarrollo del estilo personal, entendiendo que esta es una tarea de largo aliento que tendrá en este espacio del Festival Gabo apenas un detonador para un trabajo dedicado y que puede tomar hasta años. Inscríbete aquí al taller Crónica sin moldes

Quienes resulten seleccionados podrán asistir a los talleres sin costo, gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

Los seleccionados a los talleres que vivan fuera de Medellín deberán cubrir sus gastos de transporte y estadía durante la realización de los talleres. Para ellos, el Festival Gabo ha preparado una serie de descuentos en boletos de avión, hoteles y hostales.

Dirigido a:

Este taller está dirigido a periodistas, editores, docentes y estudiantes de comunicación o carreras afines, representantes del sector público o privado y en general a personas interesadas en el ejercicio del periodismo y los retos de contar historias.

Serán seleccionados 50 participantes entre quienes postulen. Se tendrá en cuenta el perfil o proyección profesional, la pertinencia del taller para contribuir a ese perfil y la razón específica para querer tomarlo. El formulario de inscripción tiene campos para que esos elementos queden consignados. Para conformar el grupo final también se tendrán en cuenta criterios de equilibrio entre países, regiones y género. A los seleccionados se les enviará a su correo electrónico un mensaje de confirmación en el que se indicará todo lo relacionado con la actividad.

Conduce: Josefina Licitra

Josefina Licitra es una periodista y narradora argentina. Publicó los libros 38 Estrellas. La mayor fuga de una cárcel de mujeres de la historia (2018, Seix Barral / Bordes); El Agua Mala. Crónica de Epecuén y las casas hundidas (2013, Aguilar); Los Otros. Una historia del conurbano bonaerense (2011, Debate) y Los Imprudentes. Historias de la adolescencia gay lésbica en Argentina (2009, Tusquets). Algunas de sus crónicas fueron publicadas en varias antologías del género, entre ellas Antología de crónica latinoamericana (Editorial Alfaguara), La Argentina Crónica (Editorial Planeta), Crónicas de otro planeta. Las mejores historias de Gatopardo (Random House Mondadori); Crónicas Filosas de Rolling Stone (edición del Grupo Editorial La Nación); Historia de una mujer bomba y otras crónicas de América Latina (Universidad Adolfo Ibáñez, de Chile) , Los Malos (Universidad Diego Portales, de Chile) y Domadores de historias (Universidad Finis Terrae, de Chile). Escribe en medios nacionales y extranjeros, escribe guiones para televisión y edita la revista de narrativa Orsai.

En 2004, recibió el premio a mejor texto otorgado por la Fundación Gabo.

Día: viernes, 4 de octubre
Cupos: 50
Hora: de 3 p.m. a 7 p.m.
Lugar: Parque Explora
Fecha de cierre de inscripciones: miércoles, 21 de agosto
Fecha de publicación de seleccionados: jueves, 29 de agosto
Contacto del taller: Silvia Navarro – snavarro@fundaciongabo.org

Inscríbete aquí al taller Crónica sin moldes

Primer día: maratón trabajos finalistas de la categoría Texto. Foto: Isabel Tobón/ FNPI.

Video: ‘Maratón de las mejores historias de Iberoamérica 2014 – Categoría Texto’

https://vimeo.com/album/3167138/video/116790652

Los finalistas de esta categoría conversaron sobre sus trabajos con la narradora argentina Josefina Licitra.

El periodista español Eduardo Suárez explicará qué fue lo que le llevó a viajar hasta Alaska para conocer lo ocurrido hace 25 años tras el derrame de petróleo por parte del barco Exxon Valdez y las consecuencias que este hecho supuso para el medioambiente de la zona. 

Bruno Larocca, de Argentina, presentará su relato paradójico acerca del doctor Favaloro, el médico que introdujo la técnica del by pass para las operaciones cardiovasculares en el país y que años después se suicidó de un disparo en el corazón.

La colombiana Alexandra Samper expondrá cómo fueron aquellas conversaciones con Guillermo Cortés, en las que éste le narró detalladamente como vivió su secuestro. Conversaciones que se convertirían en la entrevista narrada El secuestro de la chiva.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación, el rigor en el tratamiento de los hechos y la coherencia ética en el periodismo. Está inspirado en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.