12 libros periodísticos que descubrimos en el Festival Gabo

Los libros han encontrado lugares desde donde narrarnos con la profundidad, calidad, complejidad y rigurosidad que caracteriza al oficio periodístico. Se han convertido en una obsesión para los periodistas y, por supuesto, en un refugio de historias poderosas. 

El Festival Gabo te presenta este estante virtual de libros que han sido presentados en la edición 2019 de la fiesta que celebra las mejores historias de Iberoamérica, un espacio para que descubras y elijas nuevos refugios. 

En el filo de la navaja, de Yolanda Ruiz (Colombia)

Este libro, además de repasar algunos de los sucesos más recordados de Colombia en los últimos 30 años, nos asoma al tras escena de la información para dejarnos ver cómo se cocinan las noticias y entender cómo se toman decisiones difíciles en medio de momentos complejos.

Dejad que los niños vengan a mí, de Juan Pablo Barrientos (Colombia)

Dejad que los niños vengan a mí es un libro de denuncias sobre pederastia y abusos a menores por parte de sacerdotes de la Iglesia Católica colombiana, que involucra a altos jerarcas católicos como el arzobispo de Medellín y vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monseñor Ricardo Tobón Restrepo, quien fue señalado de haber encubierto y protegido a decenas de sacerdotes pederastas y abusadores de menores.

Usted sabe quién, de Rodrigo Fluxá (Chile)

Rodrigo Fluxá reconstruye y deconstruye el caso desaparición de una mujer de 42 años que parecía tener una vida perfecta en la tranquila localidad de Puerto Varas. 42 días después, cuando el cuerpo de Viviana Haeger fue encontrado en el entretecho de su propia casa, la atención del país se centró en una historia policial donde el principal sospechoso –pero no el único- parecía ser el marido de la víctima, Jaime Anguita.

Hello, I´m Kitty, de Joana Toro (Colombia)

Este libro se trata de un periodismo vivo, que nace del talento y también de la necesidad de atestiguar el acontecimiento poco noticioso de la vida de los inmigrantes: hombres y mujeres que dejan sus hogares bien sea por ilusión, desengaño o miedo. Lo que ocurre cuando llegan a inventarse una nueva vida es el relato que reclama nuestra atención.

Viajar y contarlo, de Juliana González-Rivera (España)

La autora nos descubre que el relato de viajes se halla en el origen del periodismo, la crónica y el reportaje por su altísimo valor documental, y revela las estrategias narrativas comunes a todos los escritores viajeros a lo largo de la historia. Las técnicas para dar verosimilitud y precisión a la narración, los soportes utilizados, la intertextualidad y el manejo de las fuentes son algunos de los temas que aborda.

La revolución de las hijas, de Luciana Peker (Argentina)

La revolución de las hijas es un libro pensado desde y para las hijas, para las madres y padres, para los varones que apuestan a un feminismo de la transformación y que puede volverse de lectura inspiradora para todes, con la intención de que la palabra ruede, crezca y circule.

38 estrellas, de Josefina Licitra (Argentina) 

Josefina Licitra logra reconstruir los pormenores de un evento carcelario y político que tiene los condimentos necesarios para transformarse, antes que nada, en un relato policial extraordinario, luego de que treinta y ocho presas políticas se escaparan de un penal de Montevideo en el marco de una acción conocida internamente como Operación Estrella, el 30 de julio de 1971.

Las muertes chiquitas, de Margarita Posada (Colombia)

En esta valiente y brutal confesión, Margarita Posada ha sido capaz de mirar de frente a la depresión y de hundirse de lleno en su pasado para analizar la compleja relación de esta enfermedad con las adicciones y analizar dinámicas turbulentas con familiares, amantes y amigos que también se entrelazan con este trastorno.

La constelación ética, de Javier Darío Restrepo (Colombia)

Este libro es una reflexión esencial sobre la ética hecha por quien ha dedicado la vida a pensar qué la compone, por qué a veces nos resulta incómoda, imposible de aplicar… y su relación íntima con el buen hacer en el periodismo. Javier Darío Restrepo cuenta en este ensayo su propio camino de comprensión acerca de qué representan los ideales para la vida práctica y de dónde proviene ese influjo poderoso que nos hace convertir en mejores seres humanos. La edición digital está disponible en pdf, un regalo de la Fundación Gabo para los lectores.

Jóvenes Pistoleros, de Juan Cristóbal Peña (Chile)

A partir de su propia trayectoria vital, Juan Cristobal Peña rememora la vida de Ricardo Palma Salamanca y de Miska Brzovic, su pareja, a quien el autor de este libro conoció durante la educación secundaria. Entrecruzando sus recuerdos con los hechos y acontecimientos que dieron fama a ambos jóvenes, Peña reconstruye un periodo turbulento de nuestra historia reciente, que parte con las marchas y protestas estudiantiles a mediados de los ochenta y que se extiende hasta hoy, con Palma Salamanca viviendo en París luego de salir a la luz su cinematográfica y clandestina vida fuera de Chile.

Crónicas desde la región más violenta, de José Luis Sanz (El Salvador)

¿Qué es la Mara Salvatrucha 13? ¿De qué huyen los que en caravanas o por su cuenta abandonan la región? ¿Hacen algo las autoridades ante la barbarie cotidiana que miles enfrentan? Preguntas como estas encuentran respuesta en las crónicas de este libro, para el que se eligió ese género de periodismo de profundidad. Para entender lo antes expuesto, en este volumen, escrito por cinco periodistas que llevan ocho años sin apartar la mirada del abismo, hay crónicas investigadas en Guatemala, Honduras, El Salvador, México, Estados Unidos, Italia y España.

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

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Guerriero y Caparrós, reflexiones de dos maestros sobre los libros periodísticos

Los argentinos Leila Guerriero y Martín Caparrós, en conversación en el Teatro Explora. Foto: David Estrada – Fundación Gabo

Por Andrea Jiménez Jiménez@andrejimenezj

Para escribir crónica, Leila Guerriero y Martín Caparrós. Para hablar de esta, también. Porque estos dos escritores argentinos conocen como pocos los secretos del periodismo de largo aliento, el arte de la filigrana de las historias. Puede que sean los máximos  exponentes de Hispanoamérica de eso que hemos convenido llamar periodismo narrativo, que viene a ser la misma cosa que ese periodismo que desgrana, que se detiene en los detalles, y que le da una especie de aura extraordinaria y fascinante, desde el relato, a eso que todos habían contado de la misma manera, o a eso que vemos a diario sin mayor sorpresa. 

Aquí, sus mejores ideas.

¿Qué es un libro periodístico? ¿Sí es un refugio?

Un libro es recuperar lo que uno pensó que había perdido: Martín Caparrós

Los libros no deberían ser el refugio, o no me gusta pensar en los libros como un refugio. Debe ser vistos como un formato más: Leila Guerriero

El refugio hace alusión a que el periodismo no está donde uno espera, porque los medios lo rechazan, lo desdeñan, y encuentra su lugar en este medio autopropulsado que es un libro: Martín Caparrós

Los libros, a veces, son una hermosa manera de publicar una versión más larga, bien documentada. Los veo como una manera de equivocarme mejor: Leila Guerriero

Si el periodismo es por esencia una actividad del despilfarro, el libro sería su quintaesencia. No hay nada más despilfarrado que un libro. Trabajar, trabajar y trabajar para no recibir ninguna de las recompensas que creemos habituales: Martín Caparrós

Sobre el auge de libros periodísticos

Odio pensar que es una cosa más de mercadotecnia, pero funciona, y es que todas las editoriales tienen su premio de crónica, su sello de crónica y su libro de crónica. Es una tradición que en este momento tiene más adictos, pero no creo que toda esa producción sea buena. Hay muchos altibajos, hay libros que se publican y no deberían publicarse: Leila Guerriero

Hay altos y bajos, momentos de relativo esplendor y de relativa opacidad, que tienen que ver con un entorno, un contexto. En los 60, 70, la novela en América Latina era tan poderosa que no había lugar para nada más. En el boom, una ambición desmesurada de algunos autores que dijeron: “Yo voy a escribir América Latina”: Martín Caparrós

Había en toda la época del boom el pensamiento de que lo que te consagraba era escribir ficción. Ese es un pensamiento que se ha corrido. Hay gente, y me incluyo, que no tiene la ambición ni el talento para escribir ficción y solo escribe no ficción. Hay gente que hace las dos muy bien, pero la pretensión cambió también, y eso genera necesariamente un cambio en la escritura: Leila Guerriero

Sobre los temas de los libros periodísticos

A la violencia en América Latina se le da un sentido desproporcionado, y es en sentido literal. No hay una buena lectura de las cifras de violencia, y se dejan de contar otras historias: Martín Caparrós

Me gustaría encontrar nuevos abordajes de esos temas (como el de la violencia), y otras temáticas, como el poder, y no necesariamente el poder político. Me gustaría ver a un buen cronista entrando a mundos de empresarios poderosísimos, que son los que terminan decidiendo que en un país haya muertos, por ejemplo. Estamos contando la historia de los efectos colaterales y no yendo hacia arriba,que es lo difícil. Ciencia, salud, música clásica… Se ven como temas un poco bobos, o son abordados de manera cándida, como cosas positiva, cosa que me parece una aberración: Leila Guerriero

La mayoría de las personas hacen parte de la clase media. ¿Qué escribo sobre la clase media? Es un lío, un problema, y nos falta dar con una manera de contar lo más significativo, lo que envuelve nuestras vidas: Martín Caparrós

Solemos ver temas relacionados con la muerte, la sangre, pero siento que la temática sigue siendo restringida, y muchas veces los premios terminan validando temas marginales, del conflicto, por eso celebro que este año esté entre los finalistas una persona que haya escrito un perfil de un escritor: Leila Guerriero

Y sobre otras cosas…

Yo tengo la sensación de que no se habla de otra cosa (con respeto al cambio climático), de que hay una especie de exceso, y no hay muchas cosas interesantes. No leo trabajos interesantes, documentados, pero sí se publica en los medios todo el tiempo. No nos van a matar los males calientes ni el deshielo, sino el exceso de corrección política: Leila Guerriero

Hay libros que creen que no tiene que preocuparse del mundo, sino de nuestra parte del mundo. No somos comos los anglosajones, que lo miran todo. Le dejamos el mundo a ellos. Hay muy poca ambición de descripción global de los que escriben libros de no ficción en castellano: Martín Caparrós

Quiero creer que le he dado a la crónica latinoamericana un entusiasmo y una especie de entrega al trabajo. Hacerle sentir a otra gente a través de talleres, conferencias, contacto directo, que se puede hacer, pero para hacerlo bien hace falta hacerlo bien. Con el trabajo como una posible habilidad, más la disciplina, uno puede transformar a la escritura en una forma de vida si es lo que se quiere: Leila Guerriero

Las compilaciones de crónica son más un gesto de muy modesta vanidad. O de una muy vanidosa modestia, porque a un libro uno le sigue atribuyendo ciertos caracteres mágicos, como un fetiche, pero ¿cuántos lo leen?: Martín Caparrós 

No creo que deba, como periodista, cumplir un rol social, evitar que la gente se suicide y que no bote papelitos en la calle: Leila Guerriero

Querría creer que si algo he aportado es que la idea desde ese procedimiento es posible: tratar de copiar fragmentos de lo que nos gusta, y dejar salir al más noble de los sentimientos, que es la envidia. Sentir que algo es tan bueno y querer hacerlo así: Martín Caparrós

Ponernos siempre en el lugar de las víctimas no siempre ayuda a que esto tenga algún impacto: Leila Guerriero

Escribiendo cuentos soy malo: Martín Caparrós 

 

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA, con sus filiales en América Latina.