La fotoperiodista brasilera compartió su portafolio y algunos de sus referentes con los participantes del taller. Foto: Julián Roldán/ Fundación Gabo.
Por Marcela Madrid Vergara – @marcemv91
Luisa Dörr ganó reconocimiento internacional luego de que sus retratos con Iphone llegaran a la portada de Time en 2017. Sin embargo, antes de que esta revista le pidiera fotografiar a las principales líderes de Estados Unidos, su portafolio ya reflejaba años de trabajo por el mundo y una mirada que, como ella reconoce, ha evolucionado. Durante el taller Capturando esencias, en el Festival Gabo, Dörr compartió algunas de las anécdotas y lecciones resultado de sus principales series fotográficas.
El inicio
“Conocí a una niña que quería ser Miss belleza negra en Brasil y me interesó documentar su vida. En un país tan racista al principio hubo desconfianza”. Así contó la fotoperiodista brasilera cómo llegó a su primer trabajo de fotoperiodismo, el ‘Proyecto Maysa’.
En 2014 Luisa le tomó una foto a Maysa, una niña negra de 14 años que asistía como espectadora al certamen que soñaba con ganar algún día. Esa foto se convertiría en la primera de un proyecto que retrata la vida de Maysa en Brasilandia, una de las favelas más peligrosas de Sao Paulo, y su preparación hasta ganar el concurso. Hoy la protagonista ya no es una niña y la mirada de Luisa no es la misma, pero el proyecto sigue vivo y su autora sigue alimentándolo para hacer un libro.
¿De dónde vienen las historias?
Luisa Dörr ha llevado a Instagram, a concursos y a revistas internacionales temas tan diversos como la afición por las selfies en Hong Kong, la “ciudad de los enanos” en Brasil o las ‘cholitas voladoras’ bolivianas. ¿Cómo los encuentra?: “Busco muchas historias. No estoy esperando que me llamen a pedirme un proyecto. A veces tenemos las historias al frente y no hacemos nada”.
Un ejemplo de esto es el origen de su serie sobre los enanos: “Estaba de vacaciones y vi que en televisión estaban hablando de la región con la mayor población de enanos en el país”. Así que decidió viajar durante tres días a Itabaianinha para retratar a sus habitantes.
Tampoco le quita el sueño contar una historia mil veces contada. Ese es el caso de sus originales fotos en algunos de los lugares típicamente retratados de Perú: “Las historias son siempre las mismas, lo que cambia es la mirada de quien las cuenta”.
Ventajas del celular
Un Iphone, a veces un pequeño reflector y la aplicación de edición Lightroom suelen ser las únicas herramientas de Luisa cuando trabaja con celular. En ocasiones, quienes se paran frente a su lente quedan sorprendidos por la simplicidad, pero para ella la ventaja es clara: “No es solo el hecho de moverte más rápido. Estar con un teléfono permite que la creatividad aflore porque no tienes tantas posibilidades”.
Esa creatividad surgió cuando retrató a Sylvia Earle, una de las principales científicas de su país, para la serie Firsts de Time. A sus 84 años Earle es aún una oceanógrafa activa y la fotógrafa quería reflejar eso, así que le propuso retratarla en una playa con su traje de buzo y algunos otros objetos de su trabajo.
Sin embargo, admite que en ocasiones no hay espacio ni tiempo para la creatividad: “Muchas veces he convencido a la gente de cambiar de escenario, pero otras veces toca hacer lo mejor que puedas con una pared blanca”.
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Nuevos enfoques para viejos temas
En 2018 Luisa Dorr se interesó por mostrar un tema que muchos fotógrafos en Europa habían abordado: la migración. Sin embargo, “quería hacerlo de una manera distinta al drama de los botes cruzando el Mediterráneo”. De esa intención surgió el fotoensayo Falleras, con retratos de niñas y mujeres de diferentes orígenes que se visten de falleras para el festival de las Fallas en Valencia, España. Retratar a niñas negras o asiáticas involucradas en una tradición tan arraigada es para ella una manera distinta de “mostrar la nueva Europa”.
Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo
Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.
El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA, con sus filiales en América Latina.