Cómo se financia el periodismo independiente en tiempos de crisis

Marcela Turati, María Catalina Colmenares, Vanina Berghella y Mario Tascón. Foto: Joaquín Sarmiento/Fundación Gabo. 

La crisis en los medios de comunicación no se puede tapar con un dedo. Muchos son los conflictos por los que atraviesa el periodismo, desde no ser fiel a sus principios sino a los intereses económicos hasta tener que sobrevivir trabajando con las uñas —si lo concebimos como un sujeto—.

Es precisamente esa búsqueda de independencia editorial, de hacer periodismo veraz y con criterio, lo que ha motivado a un número considerable de periodistas a trabajar en defensa del derecho a la información en América Latina. Estos emprendimientos periodísticos que han surgido en el ecosistema mediático se enfrentan a retos económicos, tecnológicos y políticos para poder producir; sin embargo, aun así encuentran la forma de salir a flote.

En la charla ‘¿Cómo se financia el periodismo independiente en América Latina?’, Marcela Turati, María Catalina Colmenares, Vanina Berghella y Mario Tascón hablaron de las iniciativas que buscan impulsar este tipo de proyectos y las oportunidades que hay para emprender e innovar frente a las necesidades de cada contexto.

Vanina Berghella, directora de Velocidad, una aceleradora que pretende impulsar los modelos de negocio de medios digitales e independientes en América Latina, comentó que la pregunta ha sido la misma desde hace 20 años, y que la respuesta también es igual: “La pregunta del millón es respecto a la crisis y los distintos factores que están afectando a los medios de comunicación en distintas partes del mundo. ¿Qué vamos a hacer?: encontrar formas”.

Para hallarlas se refirió a los proyectos independientes. Aclaró que se debe pensar de acuerdo con el contexto y la audiencia a la que se quiere dirigir o la que ya los sigue. “Hablamos de estas apuestas que tienen intenciones de que los medios emprendedores en Latinoamérica tengan la oportunidad de pensar su modelo de negocio, su sustentabilidad. Para esto es importante pensar en la línea editorial y focalizarse”.

Dijo que actualmente casi todos los medios están trabajando en varias fuentes de financiamiento, pues la apuesta no puede ser por una sola, la inversión debe estar dada por distintos patrones. Marcela Turati leyó una gran lista de opciones a las que recurren, entre las que mencionó la aplicación a becas, apelar al apoyo de organizaciones filantrópicas, a los colegas, ofrecer almuerzos o cenas, realizar talleres, vender arte, asesorías o postres, entre otras.

María Catalina Colmenares,directora de programas para América Latina del Media Development Investment Fund, entre tanto, hizo énfasis en el cambio de un modelo antiguo unidireccional en el que la información se da a la audiencia pasiva del lector que recibe sin haber una respuesta de vuelta, soportado con la publicidad.

“Todo ha cambiado mucho impulsado por las nuevas tecnologías. Hay que adaptar ese modelo, pues la publicidad que financia una organización, que además es súper rentable, ya no existe, lo que sí siempre existirá es el contenido, lo que la gente consume”.

Los medios de comunicación, sean independientes o no, deben repensar sus equipos y el abordaje que se le da a la información, pues ahora, de acuerdo con los expertos, como vivimos en un mundo horizontal en el que existen muchos espacios de interacción, la pirámide del poder de la información ya no es la respuesta. “Se debe tener en cuenta quién consume la información y de qué forma para entender cómo monetizar lo que hago”, indicó Colmenares.

Lo que sufren los periodistas independientes

Marcela Turati, coordinadora de proyectos en Quinto Elemento Lab, se refirió a una realidad latente, la que tienen que padecer los periodistas que deciden emprender porque pasan de preocuparse por construir verdaderas piezas periodísticas a buscar formas de financiar los proyectos. “También es cambiar un poco la identidad del periodista. Los que creamos nuestros propios colectivos siempre tenemos problemas con los salarios. Hay unos que apelamos a becas para realizar algunos reportajes, pero ¿y el pago de los servicios públicos y de todo lo que conlleva tener un medio independiente?”

Enfatizó en que anteriormente esta preocupación no existía por hacer parte de un medio tradicional, en el que solo se esperaba el cheque de la quincena, pero cuando se trabaja de forma independiente ya se apela más a la colaboración entre colegas para realizar los trabajos. “Pasamos esa etapa en la que hacíamos los textos o las investigaciones en los tiempos libres a conseguir, además, proyectos u otras alternativas que te permitan vivir.
Ahora cada vez que me encuentro con mis colegas en congresos o eventos ya no hablamos de los reportajes que hacemos, sino de cómo nos financiamos”.

Recalcó el hecho de que los periodistas independendientes deben tener siempre los proyectos en la “punta de la lengua” para que cuando se encuentren “de casualidad” con un filántropo o una organización sepan venderlos. “Si te topas con Bill Gates en un ascensor tienes cuatro minutos para exponer cuál es tu proyecto y cómo puede contribuir. Esto es para decir que se debe ser claros con el objetivo de lo que quieren hacer”.

La filantropía como financiamiento

Colmenares indicó que la filantropía tiene diferentes clases y que esto estaría relacionado con el tipo de organización. En el proceso de analizar qué medios independientes tienen posibilidades de acceder a los financiamientos, los filántropos hacen un análisis de qué tan probable es que los emprendimientos sean sustentables o rentables. “Hay una lógica que va más allá de una filantropía caprichosa: existen diferencias entre el que quiere un medio y que la filantropía lo financie y quién entiende su producto, su entorno y las fuentes que lo pueden apoyar”.

Arranque y sostenibilidad

No es lo mismo la financiación de arranque de un medio que la que se necesita para que sea sostenible en el tiempo, ahí es cuando aparece la incertidumbre. Claramente, apostar por este tipo de proyectos periodísticos totalmente independientes no es fácil, pero se puede lograr si existe un objetivo claro, una estructura y se plantea un modelo de negocio que propenda por diferentes alternativas que permitan sufragar el emprendimiento.

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

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Charla México. Foto: Joaquín Seamiento / FNPI

Ante la ausencia de Javier Valdez: aprendizajes desde la atmósfera impune de México

Charla Libertad de expresión e impunidad en México. Foto: Joaquín Sarmiento/FNPI.

Por Laura Montoya Carvajal

Una silla vacía podría haber acompañado a los periodistas mexicanos Marcela Turati, Javier Garza, Guillermo Osorno, Ismael Bojórquez y al español Javier Lafuente en la charla Libertad de expresión e impunidad en México, que tuvo lugar el viernes 29 de septiembre en Medellín durante la celebración del Festival Gabo. La memoria del periodista Javier Valdez, asesinado en mayo de este año en Sinaloa, acompañó el recorrido de sus colegas por sus últimos trabajos, la reflexión sobre el doble rol de periodistas y activistas que tienen los reporteros en México y el ambiente adverso para la libertad de expresión que a diario batallan desde las salas de redacción de este país.

En respuesta a la muerte del reportero, fundador del diario Ríodoce y ganador en 2011 del Premio Internacional a la Libertad de Prensa, más de 400 periodistas mexicanos se reunieron en una discusión que llamaron Agenda de periodistas, en la que quieren hacer un consenso sin precedentes sobre las posibilidades y los peligros en el país más peligroso de Latinoamérica para el ejercicio informativo.

Estas son las seis conclusiones y aprendizajes que los invitados al Festival Gabo compartieron con el público:

1. El problema es estructural. Guillermo Osorno, director de Horizontal.mx y de la campaña Agenda de periodistas, explicó que la vulnerabilidad del periodismo en México también puede atribuírsele a la precariedad laboral como otra forma de violencia, a la responsabilidad de los dueños de los medios en la defensa de su personal y la separación entre la línea editorial y los intereses económicos. “Esto deja a los profesionales de la comunicación indefensos, porque el medio no vive de sus lectores sino de la pauta del Estado, llevando a que el ejercicio se vuelva extraño y precario”. Por otra parte, Osorno dijo que la relación del periodista con la sociedad está rota y que es necesario el establecimiento de un nuevo vínculo para que los reporteros dejen de ser percibidos como “emisarios de un mensaje gubernamental”. Por último enunció que, según las reuniones de Agencia de periodistas, faltan diagnósticos sobre la situación del periodismo y capacitación que les dé a los periodistas herramientas y recursos para hacer mejor su trabajo.

2. El narcotráfico está en todo. Ismael Bojórquez, director editorial de Ríodoce y compañero de Javier Valdez, rememoró su muerte como algo que sabían posible desde la creación del diario, donde se hablaba de las estructuras de poder, la corrupción y el crimen: “Sabíamos que podía pasar algo así: estamos en Sinaloa, la cuna del narcotráfico. Este está en todas partes: en la economía, en la Iglesia, en la educación, en la política: cualquier cosa que investigues allí te lleva necesariamente al narcotráfico”.

3. En México hay zonas de silencio donde se reaccionó demasiado tarde. Marcela Turati, cofundadora de la Red de periodistas de a pie y ganadora del Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo 2015, describió estos lugares geográficos como centros de violencia reiterada contra los periodistas, que desde antes de la guerra por las drogas funcionaban y existían en total impunidad. “Reaccionamos tarde a esta emergencia: no nos movimos, no había redes de periodistas y ahora somos producto de ello. Tenemos doble rol, de periodistas y de activistas, donde creamos colectivos para protegernos y defender la libertad de expresión”.

 4. Las soluciones no van a llegar de afuera. La total falta de resultados por parte del Gobierno ante los nueve asesinatos a periodistas ocurridos en México este año asusta y estimula la protesta entre los comunicadores del país. “Matar a un periodista sale muy barato y quien lo hace tiene garantizada la impunidad”, dice Marcela Turati. “No esperamos nada del Gobierno: nosotros mismos tomamos cursos para organizarnos, protegernos y darnos soporte psicológico. Decidimos romper esta falsa neutralidad del periodista y protestar (…) hoy queremos dejar de salir a la calle a marchar, queremos volver solo a escribir, pero la emergencia no nos deja. Estamos en un desbarrancadero”. El asesinato de una figura tan prominente como Javier confundió a los periodistas: “Para nosotros rompió todas las reglas, estamos a ciegas. Ya no sabemos qué salva y qué no”, completó Turati. En este aspecto, Garza también opinó: “Si el crimen de Javier queda impune, creo que no puede esperarse que ningún otro caso sea resuelto”.

5. Las salidas apresuradas agravan la situación. Javier Garza, director editorial de El siglo del Torreón, es asesor de periodistas en seguridad y protección y comentó algunas ideas erradas sobre la forma de protegerse: “La regla general es que los periodistas y editores se pasman y buscan soluciones inmediatas contraproducentes como la autocensura”, comenta. Garza aseguró que conocer el contexto específico de cubrimiento es esencial para tener una protección efectiva: “las medidas más lógicas normalmente no sirven para nada. En algunos protocolos dicen que un chaleco antibalas es lo lógico, pero realmente no sirve porque de los periodistas asesinados, un 80% fueron secuestrados antes. Lo menciono porque hay decisiones que dan una sensación de falsa seguridad. Hay que entender primero la naturaleza de la violencia que te afecta”.

6. Deben revisarse constantemente las líneas editoriales porque en cuestión de seguridad se vuelven muy delgadas. Ismael Bojórquez explicó que luego de la muerte de Javier se volvieron aún más cuidadosos en la relectura de sus contenidos, que no dejaron de abordar, ni un poco, la corrupción administrativa y el narcotráfico. Los actores de este fenómeno, aventuró, serían los responsables de asesinato de su colega. “Trazamos líneas para cubrir el narcotráfico, a veces muy delgadas (…) habíamos decidido hace años que no íbamos a entrevistar narcotraficantes, pero en un momento de coyuntura Javier entrevistó a Dámaso López”. El director editorial de Ríodoce recordó que los hijos del ‘Chapo’ Guzmán presionaron fuertemente al periódico para disuadirlos de publicar la información, al punto de seguir las 12 rutas de distribución y comprar todo el tiraje que dejaron en los puntos de venta. “En ese momento el ambiente se enrareció. Hoy creo que hacer esa entrevista fue un error y que debimos manejarla con más cuidado”.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

Video: Charla ‘Libertad de expresión e impunidad en México’ en el Festival Gabo 2017

https://www.facebook.com/festivalgabo/videos/2165578283669062/

 

México se ha convertido en el país más mortífero de Latinoamérica para quienes ejercen el periodismo. Tras el homicidio de Javier Valdez, un referente en la cobertura del narcotráfico en Sinaloa, la comunidad periodística del país y la región se ha levantado para proponer acciones que detengan este problema. Marcela Turati (México), periodista y líder de iniciativas por la libertad de expresión; Javier Garza(México), asesor de periodistas en seguridad y protección; Guillermo Osorno (México), director de Horizontal.mx y de la campaña Agenda de Periodistas; Ismael Bojórquez(México), director editorial de Ríodoce -el diario donde trabajaba Javier Valdez- conversaron con Javier Lafuente (España), corresponsal de El País en México, Centroamérica y el Caribe.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación, el rigor en el tratamiento de los hechos y la coherencia ética en el periodismo. Está inspirado en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

“Las crisis hacen que salga lo mejor del periodismo”: Marcela Turati

Foto: Jaider Ruiz/ FNPI.

México se ha convertido en el país más riesgoso de América Latina para ejercer el periodismo. En lo corrido de este año ya son siete los reporteros asesinados por investigar la corrupción, los carteles de la droga y los vínculos del gobierno con el crimen organizado.

Fue el crimen contra Javier Valdez, fundador del semanario Ríodoce de Sinaloa, el que despertó un movimiento de indignación por parte de colegas México y la región. Esto llevó a crear la iniciativa Agenda de periodistas, que busca plantear estrategias comunes dirigidas a detener los ataques contra la libertad de expresión.

Una de las líderes de este proceso es Marcela Turati, fundadora de la Red de periodistas de a pie y Quinto Elemento Lab, quien estará en el Festival Gabo conversando con Guillermo Osorno, director de Horizontal.mx; Ismael Bojórquez, director editorial de Ríodoce; Javier Garza, director editorial de El Siglo de Torreón y Javier Lafuente, corresponsal de El País en Centroamérica. Inscríbete sin costo al Festival Gabo.

 Turati, quien obtuvo el Reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabo en 2014, habla sobre la manera como los periodistas de todos los rincones de México se están uniendo para protegerse y seguir revelando la verdad.

¿Cómo la situación de violencia que viven los periodistas en México afecta la manera de cubrir las historias?

De alguna manera las crisis hacen que salga lo mejor del periodismo, se están haciendo muy buenas piezas de periodismo de investigación. También estamos aprendiendo a hacer reportería de manera más segura a través de trabajos colaborativos, a ayudarnos entre regiones y darle apoyo a los periodistas de lugares apartados desde la ciudad de México y otros estados grandes.

¿Cómo el trabajo colaborativo ayuda a blindar a los periodistas ante ataques?

Queremos creer que el trabajo entre periodistas de varios medios, de varios lugares, hace que el riesgo sea menor porque hay un mayor costo político si alguien pretende silenciar a alguien que hace parte de un gran equipo. Hasta ahora así ha ocurrido, esperemos que así siga. Lee el perfil de Marcela Turati.

¿Tienen algunos referentes o modelos donde esta estrategia haya funcionado?

Hay ejemplos en Latinoamérica, especialmente en Colombia, que nos inspiran y de los que aprendemos mucho en cuestiones de seguridad. Uno de ellos es el Proyecto Manizales (en 2002, siete medios se unieron para continuar con las investigaciones que adelantaba el recién asesinado subdirector del diario La Patria, Orlando Sierra).

Otra cosa que estamos haciendo es, entre muchos periodistas, investigar los asesinatos o amenazas a nuestros colegas para que no queden impunes. Eso ocurrió en Argentina tras el asesinato de José Luis Cabezas: el gremio se unió para exigir cuentas al gobierno y saber quién lo había matado. En este momento aspiramos a eso, a lograr unirnos e investigar, que no queden impunes los asesinatos y desapariciones de nuestros colegas.

¿En qué van las iniciativas de periodistas que, a raíz del asesinato de Javier Valdez, han surgido para detener la violencia y la impunidad contra el gremio?

Sabemos de colectivos de periodistas que se están organizando en sus regiones para protegerse, para ayudar a otros, para salvar vidas, para aprender sobre libertad de expresión y sobre leyes. También se han articulado periodistas y organizaciones para trabajar mejor y estar más atentos a los ataques. Sin embargo, después de Javier han seguido desapareciendo periodistas.

¿Qué balance preliminar haría de la iniciativa Agenda de periodistas?

Casi 400 periodistas de todo el país nos reunimos para hablar de la agenda posible que necesitamos, de seguridad, de la impunidad, cuestiones laborales, todo lo que se necesita cambiar y pensar en estrategia. En eso estamos, estamos revisando modelos organizativos de otras organizaciones; estamos en contacto con la FLIP, de Colombia; Fopea, de Argentina; Ipys, de Perú; Abraji, de Brasil; El Faro, de Centroamérica.

Es una emergencia y en una emergencia hay que hacerlo todo rápido. Sabemos que tenemos que hacer algo distinto, reaccionar distinto, pues ya son más de 120 periodistas asesinados y 20 desaparecidos. No queremos seguir esperando a que haya otro para reaccionar, sabemos que ya estamos tarde.

¿Ha habido respuestas por parte del Estado, la sociedad civil, la academia o algún otro sector ante estos movimientos?

En México la política de Estado es la impunidad. Los actores políticos no se mueven, los crímenes contra periodistas no son un tema que les importe, de hecho a mucha gente le conviene silenciar periodistas; no solo a los narcos, sino también a los alcaldes, las policías municipales, los gobernadores, los empresarios. Por eso este cambio no va a venir de fuera, tenemos que generarlo nosotros.

Sobre el Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación, el rigor en el tratamiento de los hechos y la coherencia ética en el periodismo. Está inspirado en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.
El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

Segundo día: Panel sobre investigación periodística. Foto: Julián Roldán/ FNPI.

Video del panel sobre ética periodística

Javier Darío Restrepo (Colombia) y Marcela Turati (México), ganadores del reconocimiento a la Excelencia del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo 2014 charlan con Mónica González (Chile).

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación, el rigor en el tratamiento de los hechos y la coherencia ética en el periodismo. Está inspirado en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

Video: Discurso de Marcela Turati al recibir el Reconocimiento a la Excelencia

https://vimeo.com/album/3167138/video/119343401

En lo que corresponde a la joven periodista Marcela Turati, el Consejo Rector considera que ella ha respondido con una opción de coraje e inteligencia al horror de los miles de desaparecidos y cuerpos decapitados o quemados con ácido que el crimen organizado han esparcido por el territorio de México.

Marcela ha trabajado en la revista Proceso, donde ha cubierto los impactos sociales de la violencia y el narcotráfico y temas de derechos humanos. Ha sido colaboradora de periódicos y revistas de Perú, Chile, Colombia, Argentina, Uruguay, Ecuador y Estados Unidos. Sus textos han aparecido en antologías de Gatopardo, Etiqueta Negra y la FNPI. Hace parte del grupo Nuevos Cronistas de Indias y ha recibido premios, becas y reconocimientos en varios países.

Su extraordinaria trayectoria como reportera ha brillado varias veces en la historia de los premios de la FNPI: sus investigaciones sobre la muerte de migrantes mexicanos perdidos en el desierto de Arizona y sobre la masacre irresuelta de indígenas en Acteal fueron finalistas en dos ocasiones en el concurso del Premio Nuevo Periodismo Cemex + FNPI. En 2013 fue finalista en la primera edición del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, con su trabajo de cobertura sobre la desaparición de personas.

En 2007, junto a otros periodistas mexicanos, Marcela creó la organización Periodistas de a Pie: buscaban unir fuerzas para adquirir nuevas herramientas y abrir espacios a la huella letal de la pobreza, la corrupción y el narcotráfico. Y en eso estaban, capacitándose, cuando la violencia irrumpió con más fuerza en ese país, convirtiendo a millones de mexicanos en prisioneros del crimen organizado. Los periodistas también engrosaron las víctimas haciendo más difícil su tarea de informar.

Fue entonces que Marcela y sus compañeros decidieron dar un vuelco. Tocaron todas las puertas dentro y fuera de México y en pocos años capacitaron a centenares de periodistas en técnicas de seguridad digital y física, en herramientas de periodismo investigativo para cubrir el conflicto armado, y crearon espacios de apoyo emocional para enfrentar la muerte de los suyos. Los mejores expertos llegaron a entregar conocimientos. Sin barniz de caridad. Porque la lucha por mantener o recuperar la dignidad de los periodistas fue la tónica de sus acciones al reforzar la discusión ética. Los periodistas colombianos también hicieron su aporte.

Marcela ha privilegiado el bien común por sobre el protagonismo individual, la organización regional o sectorial por sobre el golpe o la primicia. Un método que ha mostrado sus frutos en la protección de la vida de los periodistas. Así, su trabajo y el de su organización se convirtieron en un vehículo de esperanza. Su trabajo ha sido clave para vencer la negación y el horror, armando las bases de datos que urgen a la justicia a permear la impunidad.

La huella abierta por Marcela es un ejemplo para cientos de periodistas que en distintos rincones del continente han encontrado allí herramientas para impedir que se acalle el zumbido del moscardón. Y ha mostrado una vez más que, en tiempos de muerte y sequía, vale la pena invertir energía y creatividad en arroparnos, protegernos y codo a codo avanzar. El ejército que hoy encabeza Marcela recoge lo mejor del legado de Gabriel García Márquez. Por eso, el Consejo Rector del Premio de Nuevo Periodismo Iberoamericano le concede a Marcela Turati el Premio Gabriel García Márquez en la categoría de Excelencia.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación, el rigor en el tratamiento de los hechos y la coherencia ética en el periodismo. Está inspirado en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

Masas revueltas, auditorios tomados

Resumen del coloquio “Masas revueltas: el periodismo ante los movimientos sociales en red y las protestas en las calles”
Por Juan David López

¿Qué mejor espacio para dar un golpe mediático que un auditorio repleto de periodistas? Y si el tema que los reúne es el de los movimientos sociales, la escena está completa. Así ocurrió en la charla “Masas revueltas: el periodismo frente a los movimientos sociales en red y las protestas en las calles”, en el segundo día del Premio Gabriel García Márquez de Periodismo, cuando una pregunta de un asistente se convirtió en un acto simbólico de protesta frente a la desatención de los medios de comunicación a los movimientos ciudadanos por la salud.

Un joven estudiante de medicina de la Universidad de Antioquia, residente de otorrinolaringología, tomó la palabra y pidió a sus acompañantes que se pusieran de pie. La sorpresa no fue menor cuando la mitad de los asistentes se hicieron visibles como un grupo organizado. Ellos no son periodistas, pero sí conscientes de la importancia de los medios para poner en la agenda pública las demandas de los movimientos sociales. En sus camisetas se leía: “No a esta reforma a la salud. Ni es reforma ni es salud”.

La pregunta era muy concreta. Si ellos hacen parte de un movimiento absolutamente pacífico y los medios le dan más importancia al espectáculo que produce la violencia, ¿es necesario que acudan a la violencia ellos también? Más que una pregunta, constituía un reclamo para los periodistas, un grito de alerta: “aquí están pasando cosas, ¿no lo ven?”.

La conversación tuvo como participantes a Pirry, de RCN en Colombia, a Patricio Fernández de The Clinic, en Chile, a Natalia Viana de Agencia Pública, de Brasil, y a Marcela Turati, de la revista mexicana Proceso. Los países de origen de cada uno de ellos han sido testigos de la aparición de ese nuevo sujeto político que se forma, se articula y se convoca a través de las redes sociales, y cuyas demandas se mueven entre la diversidad y la espontaneidad.

El primero en tocar el problema fue Pirry, quien explicó cómo veía estas manifestaciones a partir del Paro Agrario que se dio entre julio y agosto en Colombia. Para él, ahora existen dos tipos de manifestaciones sociales: unas de sectores tradicionales, como las de los trabajadores y campesinos, y otras que tienen las redes como su sitio de inicio, desarrollo y desenlace. También lamentó la dinámica que estas toman a veces, “muchas veces la gente joven participa en las manifestaciones correctas por las razones equivocadas”, como sucedió, para él, con la falsa relación de causalidad que se generó entre el documental 9.70 y el mencionado Paro Agrario.

Con respecto a la relación de estos movimientos sociales con los medios, apuntó que los informes de prensa se han vuelto un inconveniente para que el periodismo llegue al fondo de las manifestaciones: “lo que hacen los informes es tratar de distraer”. En otro sentido, afirmó que existe un problema en la manera como la gente se crea opiniones en redes sociales: “nos armamos las opiniones con 140 caracteres”.

Patricio Fernández, fundador del diario chileno The Clinic, habló de la relación de los medios con los movimientos estudiantiles de 2011 en Chile. “Uno de los grandes enemigos de estos movimientos sociales en Chile fueron los medios de comunicación, y con bastante razón”, pues su labor se reducía a mostrar la violencia. Pero gracias a las redes sociales, los medios tradicionales dejaron de ser importantes para comunicarse. Pese a esta ventaja, Patricio Fernández también planteó que la opinión que se forma en las redes tiende a volverse “cerrada y tozuda” frente a la crítica.

Los estudiantes chilenos no solo dieron la espalda a los grandes medios, sino que generaron sus propias alternativas de comunicación aprovechando la potencialidad de la web con sus propios lenguajes y formatos cercanos. Sin embargo, Patricio también mencionó algunos antecedentes, como la primera explosión popular convocada por redes en abril de 2011, que logró reunir a 5 mil personas sin un acuerdo o consigna común.

En el caso de Brasil, aunque es claro que las manifestaciones comenzaron por un alza en las tarifas de transporte, no es tan evidente quiénes siguieron participando y porqué en las manifestaciones populares de mediados de 2013. Natalia Viana ejemplificó la descalificación de los medios leyendo un par de editoriales. Este discurso comenzó a matizarse cuando los mismos periodistas se convirtieron en víctimas de la represión policial.

Como en Chile, los manifestantes brasileños generaron sus propios medios de comunicación. Transmitieron las manifestaciones en vivo por internet, generando no solo información en tiempo real, sino información con un punto de vista claro y definido. Para Natalia, es claro que vendrán más manifestaciones con la realización de la Copa Mundial de la FIFA de 2014 y de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

La última en tomar la palabra fue Marcela Turati, mexicana. A diferencia de sus compañeros de panel, no quiso hablar del movimiento estudiantil representado en #YoSoy132, sino más bien de las distintas manifestaciones que se están dando en contra de la violencia en México, particularmente desde los periodistas. Estos han aprendido a sacar provecho de las redes, no solo para manifestarse, sino para prevenirse de posibles ataques en su contra.

Todos los jóvenes del movimiento contra la reforma a la salud en curso escucharon de forma atenta la conversación de los periodistas invitados. Al final, dieron la lección de la jornada. A la pregunta planteada por el joven estudiante, Pirry respondió que estaba haciendo un programa sobre esa reforma y que era necesario encontrar formas distintas a la violencia para llamar la atención de los medios. Esa respuesta no fue realmente reveladora para ellos. Eso fue justo lo que hicieron.

Charla: “Masas revueltas: el periodismo ante los movimientos sociales en red y las protestas en las calles”

En esta charla participaron Patricio Fernández de The Clinic, Natalia Viana de Angência Publica, Pirry de RCN Televisión y Marcela Turati de Proceso y Periodistas de a pie. La introducción y moderación estuvo a cargo del periodista estadounidense Jon Lee Anderson.