Eliminar prejuicios y priorizar historias humanas: claves en el cubrimiento de la migración y el desarrollo sostenible

Por Daniel Armirola R. | Foto: Unsplash

Para percatarnos del desastre informativo actual en torno a los migrantes, gestado desde los medios de comunicación en general, solo basta buscar esa palabra en Google. De inmediato se puede evidenciar el influjo masivo de noticias que reproducen, a través de un lenguaje errado, prejuicios y estereotipos que en vez de informar generan una atmósfera temerosa y hostil frente a seres humanos que buscan mejor vida en otros lugares. 

Es el sencillo pero contundente ejercicio con el que inicia Luz Mely Reyes, directora general de la plataforma de periodismo Efecto Cocuyo (Venezuela) y ganadora del Premio Gabo 2018 por su participación en el trabajo transnacional ‘Venezuela a la fuga’, para argumentar la necesidad de narrativas nuevas a la hora de cubrir este complejo fenómeno que trasciende fronteras. Esto lo hizo durante la clase magistral ‘¿Puede el periodismo descubrir la relación entre migrantes y desarrollo social sostenible?’, realizada de manera virtual en el marco del Festival Gabo N°9. 

En 2021, un aproximado de 281 millones de personas son migrantes. Parecen muchas personas, pero se trata del 3,6% de la población mundial.  “¿Por qué al ser tan pocos migrantes respecto a la población mundial se genera tanta tensión en torno a ellos?”, se pregunta Reyes. Buena parte de la respuesta nos involucra a los periodistas, en especial a quienes no estamos haciendo bien nuestro trabajo. 

De ahí la importancia de dejar de dibujar una equivocada imagen de la migración. Desde el periodismo debemos desarrollar cambio de narrativas, influir para que ese nuevo marco narrativo deje atrás las palabras manidas que vemos por doquier en nuestra actualidad, las que solo hacen ruido.  

El concepto evoluciona

Y es que, tal como explica Reyes, el propio concepto de migración ha evolucionado en las últimas décadas. Ha pasado de ser un sinónimo de personas sin relevancia, o con importancia moderada como eslabones de un sistema de desarrollo, hasta tomar un rol preponderante en las soluciones a los principales desafíos que enfrenta el globo. 

“Durante los últimos 50 años, la definición de la migración ha variado. Ha pasado de un debate tradicional sobre sus efectos en el desarrollo hasta la actual, en que la ONU considera que es muy importante para varios de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS)”, argumenta. 

Reyes enumera por lo menos 10 de los 17 ODS como los que tienen, al menos, relación con el tema migratorio o que incluso sitúan las acciones en este ámbito como base para solucionar asuntos medioambientales, de equidad de género, de lucha contra la desigualdad, entre otros. Estos son el 1, el 3, el 4, el 5, el 8, el 10, el 11, el 13, el 16 y el 17. Pero Reyes hace especial énfasis en el 5 y el 10. 

El 5 se refiere a “lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas”. Respecto a ese ODS, Reyes asegura que “justamente una de las características de la migración regional es la feminización de la migración. Como periodistas nos llama la atención que ahí hay oportunidades de cobertura que van de la mano de las prioridades que se ha trazado la comunidad internacional. 

Y frente al 10, cuyo séptimo numeral contempla garantizar la movilidad segura, ordenada, regular y responsable de las personas, Reyes añade que “ha dado lugar a vacíos como temas de expulsión, imposición de barreras en las fronteras”, cuyos efectos se pueden ver por toda la región. 

Por tanto Reyes concluye que el nexo entre los ODS y el fenómeno migratorio global es una herramienta con la que un periodista puede plantear cubrimientos, mejorar sus propuestas y hacer más pertinentes o novedosas sus historias.  Se debe pensar en la relación de los temas que uno quiere cubrir con determinados ODS, ubicarlos. Eso fortalece nuestro cubrimiento. 

Asimismo, es importante tener en cuenta las características de la migración actual: 

  • Ha crecido la migración intrarregional, en comparación a la clásica hacia EE.UU o Europa. 
  • La migración no solo aumentó en número, sino que se diversificó en términos de origen, destinos y perfiles sociodemográficos. 
  • Los acuerdos regionales influyen en buena o mala medida en la protección de los derechos de los migrantes. 
  • Predominio de la mujer en la migración actual. 

Claves en el cubrimiento

Pero más allá de la ayuda que significan los ODS, ¿cómo podemos mejorar desde nuestro trabajo cotidiano el cubrimiento que se hace de la migración? Reyes dejó varias enseñanzas que valen sin importar la plataforma, el país, el género periodístico o el tema específico a abordar. 

“Sugerimos evitar el calificativo de ‘migrantes ilegales’, porque asociar la ilegalidad al migrante violenta sus derechos básicos. Estas palabras fortalecen los sesgos que tenemos frente a este colectivo”, advierte. Asimismo el término “irregular” debe ser utilizado con sumo cuidado y el periodista no requiere utilizar esta palabra si las personas a las que se refiere están identificadas. 

Reyes propone tres normas básicas con las que el periodista que cubre migración debe basar su trabajo:

  • Establecer un marco temático alejado de los temas trillados. Buscar las causas de inmigración ya no son una alternativa viable de cubrimiento. El discurso de derechos no sirve porque tampoco se garantizaban en los países de origen. Evitar viejos enfoques. 
  • No diferenciar entre ellos y nosotros (migrante y periodista, o local y extranjero). Cualquier diferenciación de esta índole contribuye a reforzar barreras.  
  • Evitar en lo posible los datos y concentrarse en las historias de vida. Lo ideal es combinar, pero se sugiere que es más válido tocar las historias. Los números dan una idea, pero no nos cuentan todo. Cada migrante tiene una mejor historia. 

Asimismo, hay otra serie de claves que deja Reyes para que los periodistas tengamos en cuenta a la hora de realizar un trabajo sobre este complejo tema: 

  • Usar los términos adecuados: las palabras importan. Construyen la forma en que los migrantes se ven reflejados en los medios, y en este momento la imagen es negativa.
  • Hablar con los migrantes, y no de los migrantes. En la mayoría de los casos los artículos tienen mucho experto como fuente, pero poco migrante (la historia real). 
  • El respeto a los migrantes debe primar. Esto implica cuidar los enfoques de la fotografía y texto. Tener en cuenta que ya están en condición de vulnerabilidad y no se debe revictimizar por el ánimo de publicar su historia de sufrimiento. 
  • Tener cuidado con las fotografías que pueden dar lugar a malinterpretaciones. Como en el caso de fronteras porosas en las que los migrantes suelen ir y volver. El reportero debe tener el contexto claro y no confundir. 

Por último, el periodista que cubre migración puede guiarse por una serie de objetivos que nos pueden acercar a un entorno en el que definitivamente quede atrás el viejo lenguaje que estigmatiza a estas comunidades. 

  • Desmitificar los prejuicios que tienen muchos sectores, a través de los hechos, del conocimiento. 
  • Divulgar estudios científicos en torno al tema. 
  • Evitar los moralismos. 
  • Dejar de hablar de la nacionalidad al informar sobre un delito. Buscar maneras de narrar los hechos sin estigmatizar a la población migrante. 
  • Concienciar a otros periodistas sobre la necesidad de eliminar estereotipos, de cambiar los vicios en su cubrimiento. 
  • Pensar en la diferencia entre lo que siempre se dice en torno al tema, frente a lo que no se dice. Tener en cuenta lo que no se dice cada vez que se haga un cubrimiento. 

Sobre Luz Mely Reyes

Periodista venezolana, conferencista y tallerista internacional, emprendedora de medios digitales, cofundadora y directora general de Efecto Cocuyo, plataforma integral de periodismo. Es ganadora del Premio Gabo 2018 por su participación en el trabajo transnacional “Venezuela a la fuga”, también ganó el Premio CPJ de libertad de expresión y los Wola y Granco-Aleman de Derechos Humanos (2019). Lidera la iniciativa Venezuela Migrante, una plataforma de Efecto Cocuyo de periodismo útil para la población migrante y refugiada de su país. En 2016 cursó el programa de periodismo emprendedor en City University de Nueva York (CUNY). Fue becaria internacional de la Fundación Konrad Adenauer. Es analista, escritora y comentarista de la actualidad política en Venezuela.

Sobre la clase magistral ‘¿Puede el periodismo descubrir la relación entre migrantes y desarrollo social sostenible?’

Esta clase magistral, dirigida por Luz Mely Reyes (Venezuela), fue convocada por la Fundación Gabo en alianza Efigas con el propósito de pensar a los migrantes como agentes del desarrollo para cubrir los procesos de movilidad humana sin caer en miradas acusatorias victimizantes o prejuiciosas. La actividad se llevó a cabo el 17 de noviembre en el marco del Festival Gabo N°9.

Sobre el Festival Gabo y el Premio Gabo

Son convocados por la Fundación Gabo, que inspirada en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, busca promover espacios de reflexión y debate y exaltar el periodismo ético, riguroso, innovador y de servicio público.

El Festival Gabo y el Premio Gabo son posibles gracias a la alianza de la Fundación Gabo con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina.

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La fotógrafa Lisette Poole (Cuba/Estados Unidos) comparte en una charla su experiencia de viajar con dos mujeres cubanas que migraron a Estados Unidos. Foto: Julián Roldan.

¿Cómo hacer periodismo de inmersión sin faltar a la ética?

La fotógrafa Lisette Poole (Cuba/Estados Unidos) comparte en una charla su experiencia de viajar con dos mujeres cubanas que migraron a Estados Unidos. Foto: Julián Roldan.

Por: Antonio Canchila García.

Cuando se asume el reto de hacer periodismo de inmersión sobre cualquier historia se afronta un reto aún mayor: el de no faltar a la ética. De eso da fe la reportera gráfica Lisette Poole (Cuba/Estados Unidos) que se embarcó en la aventura de dos cubanas que migraron a Estados Unidos atravesando 13 países de América Latina.

Durante una charla en el marco del Festival Gabo, Poole compartió con periodistas su trabajo y dio luces sobre cómo hacer este tipo de periodismo, que implica un contacto permanente con los personajes de la historia y su vida, sin incurrir en faltas éticas.

Aquí te resumimos varias recomendaciones:

Saber cuándo hay algo que contar. Muchas veces creemos que en cada momento puede hacerse periodismo de inmersión. Para Poole contar la historia de la travesía de dos mujeres cubanas lo era, porque además era como reconstruir la historia que vivieron varios de sus familiares.

“Es muy difícil encontrar alguien que te permita que lo acompañes a hacer una travesía como ilegal. Por eso cuando estas dos mujeres me lo permitieron decidí hacerlo. Para identificar cuándo lanzarse a esto hay que tener olfato, porque no siempre vale la pena”, precisó.

Ser sinceros con el o los personajes. Aunque algunos entendidos en la materia recomiendan posar de infiltrado para encontrar una realidad más cruda, Poole acudió a la sinceridad con las dos mujeres que acompañó en el viaje.

Lo hizo porque, además de que era necesario para poder hacer el registro fotográfico de todo, le parecía un engaño con las cubanas y con los espectadores de su historia no hacerlo.

Mantener la distancia con los personajes. Como esta práctica del oficio implica una relación estrecha con los personajes que se pretenden contar y su vida personal, puede pasarse a una relación más personal que laboral, eso tiene sus ventajas, pero también puede truncar el buen curso de la historia.

“En el viaje las vi (a las mujeres cubanas) discutir, pelearse fuerte y si no hubiera mantenido mi distancia en esos momentos, muy seguramente no habría podido continuar el viaje”, contó.

No distorsionar la historia. Como se es parte de la historia es clave tener cuidado para no entrar a cambiarla. Hay que mantener el rol del espectador que ve y vive la historia para luego contarla.

Sugerir rutas, aportar dineros o imponer rutinas a los personajes, además de ser una falta a la ética, es en sí mismo un cambio de la historia.

Sobre el Premio y Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI-, con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética, con inspiración en los ideales y obra de Gabriel García Márquez y en la dinámica de creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia. El Premio y el Festival es posible gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los Grupos Bancolombia y SURA con sus filiales en América Latina.

No somos refugiados, el libro recomendado del Festival Gabo

Foto: Anna Surinyach (No somos refugiados).

Una de las novedades del Festival Gabo en su quinta edición es que tendrá un espacio para promover el libro periodístico dentro de su programación. Para esto, el Consejo Rector de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI- ha decidido recomendar un libro de este tipo publicado en el último año. Se trata de No somos refugiados, del periodista español Agus Morales. Lee la entrevista con el autor. 

Agus Morales conversará sobre el proceso de investigación y escritura de este libro con Mónica González y Martín Caparrós, miembros del Consejo Rector de la FNPI, en el Festival Gabo. La charla será el viernes 29 de septiembre a las 3:00 p.m. en el Parque Explora. Inscríbete aquí al Festival Gabo.

Acerca de No somos refugiados

En el momento de la historia con más desplazados por la guerra en el mundo, este libro viaja a los orígenes del conflicto en Siria y Afganistán, camina con los migrantes que atraviesan México, se detiene en los campamentos de Jordania, se adentra en las rutas, en los rescates de barcazas en el Mediterráneo y desembarca en la última frontera: Europa. En este libro, publicado por la editorial Círculo de Tiza, Agus Morales intenta responder seis preguntas sobre estos desterrados: ¿Quiénes son? ¿De dónde vienen? ¿Por qué huyen? ¿Dónde viven? ¿Cómo viajan? ¿Cuándo llegan? Lee aquí un fragmento del libro.

La decisión del Consejo Rector

Mónica Gónzalez, directora del Centro de Investigación e Información Periodística (Ciper) de Chile y miembro del Consejo Rector de la FNPI, explica las razones que los motivaron a escoger No somos refugiados como el libro para recomendar y celebrar durante el Festival Gabo en Medellín: “Cuando al cabo de algunos años se quiera conocer la barbarie de estos días, de cómo dejamos morir a miles de hombres, mujeres y niños en las aguas del Mediterráneo o calcinados en los vehículos de las mafias de la trata de personas, un libro estará entre los textos obligados a revisar: No somos refugiados, del periodista español Agus Morales.

Con la convicción de que los periodistas somos los nuevos cronistas de nuestra historia, Morales decidió capturar la odisea de aquellos que huyen de la guerra, de la tortura, de la persecución política y religiosa y de la esclavitud que se anida al otro lado de Europa, desplazándose en un periplo que estremece. Por su excelente estructura y narrativa, No somos refugiados es un libro que interpela sobre la verdad que se esconde bajo el rótulo ‘refugiados'”.

El Consejo Rector está conformado por Jean-François Fogel (Francia), Carlos Fernando Chamorro (Nicaragua), Germán Rey (Colombia), Héctor Feliciano (Puerto Rico), Jon Lee Anderson (Estados Unidos), María Teresa Ronderos (Colombia), Martín Caparrós (Argentina), Mónica González (Chile), Rosental Alves (Brasil) y Sergio Ramírez (Nicaragua).

Acerca de Agus Morales

Es periodista y director de Revista 5W. Fue corresponsal de la Agencia EFE en el Sur de Asia, donde pasó más de cinco años entre la India y Pakistán. Cubrió los atentados terroristas de Bombay, la muerte de Osama bin Laden y la guerra afgana. Trabajó luego durante tres años con Médicos Sin Fronteras, siguiendo los movimientos de población en África y Oriente Medio. En 2015, fundó junto a un grupo de periodistas la Revista 5W, una publicación de crónica y fotografía. Da clases en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y sigue viajando y escribiendo. Morales es licenciado en Periodismo y Doctor en Lengua y Literatura con una tesis sobre el poeta indio Rabindranath Tagore, su pasión secreta.