Así es una jornada de edición fotográfica con Gihan Tubbeh

14 fotógrafos de América Latina se reunieron durante 3 días en Medellín bajo la guía de Gihan Tubbeh. Foto: Juan David Tamayo.

Por Ronal Castañeda

La misión final del taller Visión y expresión fotográfica, que reunió a 14 periodistas de América Latina en el marco del Festival Gabo, era entregar una selección de 30 fotografías que contaran Medellín desde una nueva mirada.

Este taller, que sirvió como antesala del Festival Gabo 2017, fue conducido por la fotógrafa peruana Gihan Tubbeh y organizado por la FNPI-Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, Focos Narrativos y Universo Centro.

Antes de recorrer diferentes rincones de la ciudad, los participantes elaboraron un cadáver exquisito (un poema que se construye en colectivo) y a partir de ahí salieron en la búsqueda de sus historias visuales. Este es un fragmento del poema:

…Llueven estrellas de colores
mientras suena a noche,
a ojos que miran en la oscuridad,
a gente que camina hacia afuera”.

La imagen correcta

Al volver del trabajo de campo, los fotógrafos revisaron, uno a uno, las imágenes tomadas, en compañía de Gihan Tubbeh. Ella decidió mirar la papelera de reciclaje del fotógrafo. “Muéstrame las imágenes que no escogiste”, le dijo a todos. Durante los tres días del taller los participantes entendieron que, lo que suelen calificar como error, la fotografía descartada, puede en ocasiones contar más que la imagen bien lograda.

Respecto a la literalidad de la imagen, Tubbeh anotó: “Estás esperando que la foto te cuente algo, pero no tiene que explicarlo todo. Cuando eso se hace, de algún modo se subestima la interpretación del lector. No hay que ser obvios”.

El personaje en la fotografía

En cuanto al abordaje del personaje, la pregunta común era cómo retratarlo sin caer en enfoques textuales y estandarizados. Para Tubbeh es indispensable buscar que la fotografía refleje extrañeza y que el autor arriesgue la mirada para generar tensión. Hay que darle lugar a lo impredecible, no buscar la mirada común y predispuesta. Incomodar al personaje.

Un reto son los personajes que buscan siempre mirar al lente, que están preparados para que el fotógrafo dispare. Tubbeh compartió una técnica que aplica para cambiar esto: redirige la mirada, descoloca la vista del personaje al distraerlo hacia otro lado. Es ahí donde se encuentra la informalidad  y se puede disparar, incluso sin que el personaje se dé cuenta, distraído con el truco de prestidigitador.

“Los encuadres deben incomodar, que el personaje haga cosas que no puede hacer. Eso genera ya otro ojo”, le dice la maestra a Marcela Rico, fotógrafa independiente de Bogotá, cuyo trabajo está relacionado con lo urbano y el uso de líneas y perspectivas. “La búsqueda de la mirada propia es permanente, aunque, si no es tu lenguaje, no trates de forzarlo porque no es un terreno propio”.

El fotoperiodista nicaragüense Carlos Herrera se encontró en su trabajo de campo con la historia de ‘Mamá Chila, líder comunitaria de un sector de la ciudad, y reconstruyó su día a día fotografiándola en diferentes escenarios. Tubbeh lo invitó a ser simbólico y ambivalente, buscando los universales de todos los seres humanos (piel, ojos, cabello). Eso, asegura, lleva al autor a ser sugerente, a no quedarse en lo plano, informativo y racional.

La selección final

Al final de la jornada, los 14 participantes se reunieron para construir la serie final que sería proyectada en el Jardín Botánico de Medellín durante el Festival Gabo. En el lienzo de edición, dos personajes con los ojos cerrados se suceden uno a otro, se necesita una tercera imagen, y uno de los participantes dice: “tiene que ser una imagen que indigne, algo que llegue al hígado, que incomode”.

Las imágenes finales de la jornada de edición se superponen unas con otras a partir de diferentes propósitos: Estética, a partir del color (el blanco y negro respira entre imágenes saturadas), los personajes o las formas; del concepto, donde un significado puede llevar a otro, o donde se enlace la idea de una ciudad con otra.

El ejercicio del cadáver exquisito abrió la posibilidad a la creación de metáforas o antagonismos visuales. Esta yuxtaposición visual logró un solo lienzo de nuevos significados para juntar muchas miradas en una sola, para que así surja una ciudad nueva, una Medellín reconstruida, inimaginada.

Gihan Tubbeh y la búsqueda de la imperfección en la fotografía

La fotoperiodista peruana Gihan Tubbeh ganó el World Press Photo en 2010 en la categoría Vida cotidiana. Foto: Juan David Tamayo.

Por Ronal Castañeda

Trabajar desde la introspección y salir de los esquemas. Con esa premisa, Gihan Tubbeh introdujo el taller Visión y expresión fotográfica, que reunió a 14 fotógrafos de América Latina durante tres días en Medellín. Esta actividad fue la antesala del Festival Gabo 2017 y estuvo organizada por la FNPI-Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano, Focos Narrativos y Universo Centro.

En el primer día, la fotógrafa peruana presentó su trabajo, habló de sus propias exploraciones personales y reveló cómo han sido sus búsquedas intrínsecas hacia una mirada de autor.

“Somos conscientes de que el periodismo busca la objetividad, pero la mirada documental va más allá. No modificamos la realidad, pero la manera como la miramos es lo que nos lleva narrarla desde una perspectiva única”.

Fotografía por accidente

Cuando comenzó su carrera como fotógrafa profesional, Tubbeh tenía un ánimo perfeccionista y un cuidado extremo hacia el tratamiento de la imagen, tal vez motivada por lo que le enseñaron en la escuela. Un día, mientras clasificaba sus archivos y encarpetaba imágenes, puso en una de esas carpetas algunas fotografías bajo el rótulo de “no van”. Sus fotos descartadas, con errores, quemadas por el flash, desenfocadas, etc., iban a parar ahí.

Más tarde encontraría que lo que había catalogado como error se podría convertir en su mejor recurso para narrar. Se sintió tan cómoda con este lenguaje imperfecto que quiso seguir explotando esta representación particular de la imagen: “Nunca pretendo hacer las fotos perfectas, no me importa y lo incorporo”. Así nació su lenguaje fotográfico, desde lo intuitivo y lo instintivo; como haciendo fotografías por accidente.

Desde entonces mantendría este lenguaje, impulsada no por la calidad de la imagen sino por lo que estas cuentan, por tratar de capturar el momento y la emoción, sin ningún tipo de condicionamiento. “La única ley es hacer lo que se quiera, pero siempre bajo una intención de sentido”.

Buscar la mirada

Tubbeh habló del trabajo que impulsó su carrera fotográfica cuando tenía 24 años y gracias al cual fue seleccionada para participar en un masterclass del World Press Photo. De aquella época recuerda que perdió todos sus archivos y entendió lo difícil que es comenzar de cero un proyecto fotográfico cuando lo has perdido todo: “Es como obligarte a ti mismo a hacer fotos que ya te habían salido bien. Y es entonces cuando piensas que es mejor dejarlo ir. El tema se coge cuando es y hay que saber parar”.

Aseguró que la investigación e inmersión en los proyectos son fundamentales para la realización de todo fotógrafo. Prueba de ello es Adrián, un niño autista, el trabajo que en 2010 la hizo ganadora del World Press Photo y en el que se involucró intensamente con el personaje. “Lo imitaba y trataba de jugar con él y entender qué hay detrás de su mirada. Es importante que el fotógrafo se contagie del tema. Mientras más cerca estés, vas a descubrir más cosas y vas a ser más invisible”.

Luego conversó de otros proyectos que quiso hacer de una manera menos “oscura” porque sentía que su carrera estaba siendo ligada a este tipo de representaciones. Esta distancia también la considera provechosa para el fotógrafo porque da perspectiva y estimula la curiosidad de descubrir otros mundos.

Como conclusión de esta primera jornada, Tubbeh invitó a lograr imágenes que dejen más preguntas que respuestas, ya que la pregunta abre caminos. “Las fotografías que preguntan invitan al lector a la curiosidad y a querer saber más. Entregar las historias hechas pone fin al relato, da por concluido el diálogo con el lector: se acabó, lo entendí y ya está”.

Para finalizar la discusión alrededor de la mirada, la fotoperiodista habló de la elección del tema fotográfico. “Hay que rechazar eso de que todo está hecho. Lo importante es cómo lo ve cada fotógrafo, que es en últimas un traductor de la realidad”. Recomienda ver referentes fotográficos en tanto alimentan y dan nuevas miradas, pero a su vez sugiere tomar distancia de estos, porque pueden intimidar y ahuyentar al autor del trabajo creativo.