Resumen del coloquio “Imágenes inéditas e historias no contadas sobre El Otro y otras aventuras del Gabo periodista”
Por Juan David López
Entre todos los invitados suman más de cuatrocientos años, algo así como cuatro veces y media la vida de García Márquez o cuatro veces la de las estirpes condenadas a cien años de soledad. Tantas vidas juntas en el escenario de un auditorio no podían tener sino una razón y una consecuencia: la razón es que Gabo hizo parte fundamental de algún momento de sus vidas, personales y profesionales; la consecuencia, un perfil a voces hecho a manera de tertulia sobre las historias inéditas del Gabriel García Márquez periodista. Y sin embargo, ni sumando cuatrocientos años, parece posible terminar de conocer al Maestro, fundador e inspirador de la FNPI.
Los invitados fueron el argentino Rodolfo Terragno, el puertorriqueño Héctor Feliciano y los colombianos Daniel Samper Pizano, Mauricio Vargas, Pilar Calderón, Ricardo Ávila y Jorge Alfredo Vargas.
Terragno sería el cómplice de Gabo en uno de sus proyectos editoriales. La creación de un diario que se llamaría El Otro, y del cual lo único que García Márquez tenía claro era el nombre. Más tarde sería también responsabilizado por Gabo de que no saliera. El Otro no se trataba de un diario complementario, como infería Terragno del nombre, sino de un homenaje de García Márquez a Jorge Luis Borges, un homenaje fallido, valga decirlo. “El Otro fue una ficción vivida. Ni él ni yo pensamos que el diario fuera a salir”, cuenta Terragno.
El Otro fue un proyecto posterior al Nobel de Literatura de García Márquez, pero en la década de los cincuenta, mientras trabajaba en El Universal de Cartagena siendo todavía un jovencito, ya había emprendido un proyecto editorial con Guillermo Dávila, ‘El Mago’, un linotipista del diario. Ese proyecto recibió el nombre de El Comprimido, porque la idea era economizar. El Mago viajó desde Bogotá para llegar a la tertulia, y sin estar programado, terminó haciendo parte de este rompecabezas sobre la vida de Gabriel García Márquez.
‘El Mago’ tardaba dos horas poniendo en linotipo lo que a García Márquez le tomaba una hora escribir. A fin de economizar, El Comprimido se redujo a la nada, convirtiéndose, en palabras de García Márquez, en “el primer diario metafísico del mundo”. Apenas duró seis días. Para el último, el editorial anunciaba la despedida bajo el título “Tirando la última piedra”.
Pero Gabo estaba lejos de tirar su última piedra. Apenas estaba comenzando. En los años setenta, durante la alternancia bipartidista del Frente Nacional en Colombia, y como consecuencia de esta, surgieron movimientos como el M-19, pero también surgieron opciones mediáticas como Alternativa, una revista de izquierda crítica del contexto político del bipartidismo.
Daniel Samper Pizano no trabajó en Alternativa, de hecho, nunca estuvo vinculado directamente con ningún proyecto de Gabo. Pero era cercano al equipo, y esto le permite decir que “Alternativa era una revista política, pero sobre todo, era una revista periodística” que “quiso hacer un periodismo honrado, profesional, y reflejar a quienes nunca llegaban a la gran prensa”. Aunque Samper Pizano dice que era una revista realmente democrática, también asegura que es un error vincular directamente la actividad periodística con la militancia política. Pero es precisamente esa la faceta de Gabo que se puede leer a través de Alternativa: un hombre que combinó sus ideales políticos con el ejercicio de la escritura, tanto desde el periodismo como desde la literatura.
Ya en los noventa, una generación de periodistas jóvenes, entre los que estuvo Jorge Alfredo Vargas, pudo tener a García Márquez como maestro en una sala de redacción de televisión, entre 1992 y 1997, cuando fue transmitido el noticiero QAP. Como editor de televisión, Gabo alargaba las historias en vez de cortarlas. En su defensa decía que “Hay que saber contar bien las historias”.
Apenas un año después de que QAP dejara de transmitirse, Gabriel García Márquez ya estaba en otro proyecto. Desde entonces y hasta 2006, la revista Cambio estuvo a cargo de la sociedad Abrenuncio S.A,, y de esa etapa de la revista hicieron parte no solo Gabo, sino también Mauricio Vargas Linares, Pilar Calderón y Ricardo Ávila. La manera de enseñar de Gabo era situándose como compañero, como un par.
Es difícil separar al García Márquez periodista de su faceta humana. Por eso, este ejercicio de perfilar a Gabo fue más allá de sus proyectos editoriales. Significó hablar de Mercedes, y de la entrevista que le hiciera Héctor Feliciano; de la relación complementaria que significa para los dos el matrimonio; hablar de las entrevistas hechas por Samper Pizano, el hombre que más lo ha entrevistado en la vida aprovechándose de su punto débil: la pasión por las buenas historias.
Es probable que todas las voces se armonicen en torno a una idea. Gabo ha sido un periodista intrépido, atrevido, inquieto.. En cada proyecto ha dejado su marca, editorial y personal. Si García Márquez de verdad cree que el periodismo es el mejor oficio del mundo, es porque así lo ha vivido.