Alexandra García lideró durante cuatro horas un Taller de video para la web, espacio en el que cerca de 60 participantes tuvieron la oportunidad de recoger aprendizajes en torno a la tecnología, el estilo y la forma de narrar el audiovisual.
“Hay muchas historias que no salen en el periódico porque no hay espacio para sacarlas o simplemente requieren de un trato inmediato. Es ahí cuando deben ser contadas a través del video”, aseguró García, periodista visual de The New York Times.
También aconsejó a los medios de comunicación tradicionales, como los periódicos, “elegir partes de las historias que merezcan un trato diferente”. Son éstas, las que deben llevarse al video web.
Recogimos algunas de las enseñanzas y consejos que quedaron de este espacio formativo del #PremioGGM, aprendizajes que buscan un mejor tránsito para las historias que pasan de la televisión al video digital.
El video web es una historia de comprensión
Si tiene que decir dónde aprendió gran parte de lo que sabe acerca de periodismo visual, Alexandra habla de The Washington Post. “Los grandes periodistas del video en este medio me enseñaron todo lo que sabían. Tuvieron la paciencia de iniciarme en lo que sé”.
Ahora, trabajando en The New York Times, donde produce reportajes interactivos, prepara y edita proyectos de video, ha podido recoger otras reflexiones. La gran mayoría de ellas están enfocadas en el periodismo y apuntan a la veracidad de las imágenes y a la importancia del momento oportuno a la hora de capturarlas.
“La escena del crimen solo está una vez y si haces un periodismo ético no debes imitarla después. Hay que buscar otra imagen real porque en ese punto ya no se pueden repetir”.
Los más de 10 años que acredita en el mundo de la imagen, también la han llevado a comprender que los videos de la web no pueden limitarse solo a un fondo de pantalla tipo croma. “Deben tener una narrativa visual y una historia. Un juego entre las dos cosas”.
Para esa unión entre historias e imágenes plantea realizarse algunas preguntas básicas antes de comenzar a narrar. “¿Qué puede agregarle este video al texto?, ¿estoy grabando con la mirada del público o solo estoy usando la cámara?, ¿cuál es mi historia en tres palabras? y ¿cuáles son los comienzos y cuáles los finales?”.
Por último, los años le han ayudado a comprender que, en materia técnica, las audiencias “perdonan las fallas de las tomas visuales, pero no las fallas de audio. Si no pueden escuchar bien, no soportan el contenido”.
La tecnología, solo cuando sea necesario
En los videos de Alexandra hay constantes reflexiones del oficio periodístico. “La tecnología solo debe usarse cuando sea necesario, usarla demasiado es perder la naturalidad. Por ejemplo, si tengo a una persona con la que estoy hablando y está sentada, estática, no tengo que usar el zoom, gano más cuando voy caminando hacia ella”.
También propone salir a buscar imágenes siempre teniendo un enfoque definido, ya que por cada 20 minutos de material grabado solo sale uno editado, pero todo lo que se edita se debe ver y es ahí cuando un reportero entra en problemas.
“Una vez grabé 40 horas de video y el proceso de edición fue muy difícil. Ahí comprendí que uno debe salir con un enfoque claro, saber qué imágenes va a buscar y tener claro qué más necesita para pintar la nota”.
Como tiene claro el poder de la música, su influencia y capacidad de generar emocionalidad, prefiere que si su noticia es un hecho complejo, trata un conflicto de intereses o está relacionada a algún tipo de denuncia, no lleve música.
“La música es una forma de manipular a la audiencia. Tenemos una audiencia inteligente, la gente se molestaría fácilmente si le pones música. Se daría cuenta de que la estás intentando conmover”.
Como conclusión, Alexandra les dijo a los participantes de este Taller que “cuando se graba algo con mucha emoción, no se necesita una cámara de 6.000 dólares” y que “si se piensa hacer un video igual al que están haciendo todos los medios, este trabajo se perderá, quedará extraviado en todo el universo que es la web”.