Luciana Peker

“Sin mujeres no hay información” y otras lecciones de Luciana Peker sobre periodismo feminista

La periodista de Página 12 dio consejos para usar los datos y la narración en noticias con enfoque de género. Foto: David Estrada Larrañeta /Fundación Gabo.

Por Marcela Madrid Vergara@marcemv91

Para Luciana Peker, el mejor periodismo feminista es aquel que se dirige a las masas, incluye a los hombres y evita hablar desde un pedestal. La autora de La revolución de las hijas, quien lleva más de 20 años haciendo periodismo con enfoque de género, se considera una activista con ganas de cambiar el mundo, pero siempre repitiéndose una premisa: no perder de vista las herramientas del periodismo.

Durante el taller ‘Periodismo feminista: la asignatura pendiente’, Peker dio algunos consejos para los interesados en combatir el machismo desde las redacciones sin perder el rigor, la calidad narrativa y el respeto hacia las víctimas.

Sin mujeres no hay información

La periodista argentina abrió el taller con una noticia económica: el aumento del desempleo. Tomó varios periódicos nacionales y mostró cómo ninguno lograba contarla con enfoque de género. En uno había cuatro opinadores, todos hombres; otro no mencionaba la cifra de desocupación en mujeres, y el último lo hacía pero bajo un eufemismo como “se retiran del mercado laboral”. En todas, las imágenes o ilustraciones estaban protagonizadas por hombres.

“La idea de desocupación está ligada a que el mayor sufrimiento lo padecen los hombres, cuando suelen ser las mujeres rurales las más afectadas”, aseguró Peker, y compartió un artículo que escribió para Página 12 que puede dar una idea de cómo llenar ese vacío. Inicia así: “La desocupación global llego al 10,6 por ciento y pasó las dos cifras. Pero, en realidad, entre las mujeres ya era del 10,5 desde hace tres años”.

Ante la falta de voz de las mujeres en las noticias, Peker propone que en las redacciones exista una persona dedicada a generar una agenda de género. No se trata de policías vigilando los contenidos de los demás, sino de garantizar que el medio incluya temas, enfoques y fuentes mujeres. Así ha ocurrido con varios medios en Argentina donde existen editoras de género, como Clarín o Infobae.

Incluir la masculinidad

Si el primer consejo de Luciana Peker es incluir a las mujeres, el siguiente es hablar de los hombres y para los hombres: “Estamos produciendo contenidos que empoderan a las mujeres pero los hombres no encuentran contenidos para explorar nuevas formas de masculinidad”.

Un ejemplo de esto es investigar las consecuencias de los abusos en los hombres, especialmente los adolescentes. Otra manera de desarrollar este enfoque es analizando las iniciativas que intentan incorporarlo, como la campaña Cambia el Trato de Avon.

Activismo sí, ‘sobre militancia’ no

Luciana Peker es de las que cree que el periodismo y el activismo son compatibles, mientras que el periodismo que se denomina ‘neutral’ suele ser realmente machista. Sin embargo, advierte sobre un riesgo en el que pueden caer los reporteros feministas, y es lo que ella llama la “sobre militancia”.

Este error ocurre cuando los periodistas dejan de lado el rigor, la verificación de la información y el equilibro de fuentes por el apasionamiento del tema. Editorializar y adjetivar demasiado, hablar desde un pedestal moral o usar términos más cercanos a los académicos que a las audiencias son los ejemplos más comunes de esto.

Otro error en el que se puede caer fácilmente es ceder a todas las peticiones de las organizaciones feministas. “Hay una confusión en el rol periodístico donde se intenta que todo lo que escribamos las periodistas sea reproducir lo que nos piden las organizaciones de mujeres”.

La gradualidad existe

“Hay que acabar con todas las formas del machismo pero no todas son iguales. La gradualidad existe”, aclara Peker. Una violación no es igual de grave a un comentario machista y, aunque ninguna de las dos situaciones debe ser tolerada, el periodismo debe abordarlas teniendo claro que no puede medirlas con la misma vara.

La periodista argentina tiene una explicación clara para eso: “Si medimos todas las violencias como si fueran una violación, las violaciones dejarían de tener peso”.

¿Narrar es revictimizar?

Narrar los detalles de un acto violento contra una mujer puede terminar fácilmente revictimizándola. Sin embargo, Luciana Peker cree que en ocasiones es necesario hacerlo con todo el cuidado y respeto posibles. Así lo decidió con el caso de la actriz argentina Thelma Fardin: “Narré su violación a los 16 años. Los manuales de periodismo nos dicen que no lo hagamos. ¿Por qué lo hice? Porque no hemos ganado, porque siguen existiendo abusos y violaciones. Todavía tenemos que contar eso para que les puedan creer”.

Protocolos para las redacciones

Como cualquier empresa, las redacciones no son ajenas a los casos de violencia de género. Por eso, Peker propone que los medios implementen protocolos para poder responder. A pesar de los vacíos, riesgos y errores que pueden implicar, cree que es la única forma de proteger a las víctimas: “Es necesario establecerlos ante escenarios nuevos, ante hombres que naturalizan formas de abuso y mujeres denunciando lo que no denunciaban”.

Tiene claro que aún falta un camino largo para que los dueños y empleados de recursos humanos de los medios sepan reaccionar. Por eso cree que “la gran diferencia no va a ocurrir en las redacciones, empresas o sindicatos que sean perfectos, sino en los que aprendan de los errores”.

Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo

Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín, Colombia.

El Premio Gabo y el Festival Gabo son posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.

También hacen posible la séptima edición del Festival Gabo instituciones como el Área metropolitana del Valle de Aburrá, Comfama y Facebook.