El fotógrafo colombiano retrató a Bruno Patiño, Leila Guerriero, Karen Hao, Nataliya Gumenyuk y Jennifer Ávila, entre otras figuras, en el marco del evento realizado del 5 al 7 de julio en Bogotá.
Faber Franco es un artista plástico y visual nacido en Manizales (Caldas), y radicado en Bogotá. Ha publicado en medios nacionales e internacionales como GQ, Vogue, ID y la revista Der Greif, entre otros. Su trabajo, exhibido en diversas galerías y festivales y presente en múltiples publicaciones y colaboraciones con marcas y entidades culturales, lo ha hecho destacar en el campo fotográfico de Colombia.
Este fotógrafo de 33 años no estaba en el mosaico de invitados al 12° Festival Gabo, pero tuvo una labor tanto o más exigente en medio de la programación: ir detrás de algunos de ellos y del equipo organizador de la Fundación Gabo mientras circulaban por los salones y jardines del Gimnasio Moderno, uno de los escenarios principales del evento que se realizó del 5 al 7 de julio en Bogotá. Allí los detuvo y comenzó un diálogo para registrar un instante de su tiempo y de su jornada que transcurría entre eventos, charlas, clases magistrales, talleres, conciertos, presentaciones y cafés.
En interiores o exteriores, Franco juega con los elementos y objetos que lo rodean y que de repente se cuelan en un encuadre. Convenció a (o fue convencido por) Bruno Patiño para que posara entre dos columnas de una edificación y al pie de una escalera; para que Leila Guerriero se sentara en el césped con la mirada algo abstraída y la vegetación frondosa a su espalda; para que Catalina Gómez Ángel sonriera al final de un tobogán verde en una zona de juego infantil.
“Disfruté observando las actitudes y movimientos de la gente cuando sacan ese ‘yo’ más vanidoso que oscila entre la alegría y la seriedad”, dice sobre la serie fotográfica en la que también participaron figuras como Karen Hao, Carmen Aristegui, María Jimena Duzán, Jon Lee Anderson, Nataliya Gumenyuk, Jennifer Ávila o Jaime Abello Banfi. Sobre cómo los retrató, cómo es su proceso creativo y de sus preocupaciones estéticas habló en esta breve entrevista.
¿Qué tuviste en cuenta al momento de retratar a algunos invitados e invitadas del 12° Festival Gabo?
Primero, me enfoqué en proyectar una actitud positiva y acogedora. Aunque no suelo ser muy expresivo en mi vida diaria, en esos momentos traté de ser el mejor comunicador social posible para que los retratados se sintieran cómodos con mi presencia. También decidí llevar a un amigo, quien me asiste ocasionalmente y es muy sociable; sus habilidades me ayudaron a romper el hielo en varias ocasiones. También dependiendo del espacio en el que nos encontrábamos, elegía un lugar acogedor y, generalmente, poco transitado, ya que la gente tiende a abrirse más fácilmente cuando no hay muchas personas alrededor.
Cuando retratas, ¿cómo es el acercamiento a los modelos o fotografiados; qué les dices o les pides que hagan?
Lo primero es sentir la energía de cada persona y evaluar qué tan dispuestos y cómodos se sienten para posar. A partir de ahí, decido qué poses o apoyo puedo ofrecerles. En el caso de los modelos, espero que sean más proactivos en cuanto a poses, pero en la mayoría de las veces prefiero tener el control sobre lo que hacen, ya que esto forma parte de la magia que puedo imprimir en mis fotos.
¿Retratar o fotografiar a alguien permite revelar un aspecto desconocido de su carácter o personalidad?
Totalmente. Aunque a veces para revelar esos aspectos se necesita más tiempo y conversación. Un preámbulo que permita a las personas entrar en calor y sentirse cómodas es esencial para que puedan mostrar esos aspectos desconocidos de su carácter o personalidad que solo emergen en un ambiente de confianza. En momentos fugaces, como en las fotos que hicimos para la Fundación Gabo, disfruté observando las actitudes y movimientos de la gente cuando sacan ese yo más vanidoso que oscila entre la alegría y la seriedad.
¿Qué es lo más difícil o desafiante de retratar a una persona?
Lo más difícil es lograr que la persona se sienta satisfecha con el resultado. He tenido sesiones con personas que no se sienten cómodas con su apariencia, lo que hace más difícil capturar una foto que les guste. Cada persona tiene ángulos y poses en los que se siente segura, y cuando las saco de su zona de confort, puede que no les guste el resultado, especialmente si dependen de su imagen en internet. Por eso, analizo sus perfiles y fotos anteriores para entender mejor sus preferencias.
En tus fotos están muy presentes la belleza y la rareza del cuerpo humano; las formas o paisajes que lo envuelven en su colorido y su desnudez. ¿Qué temas, asuntos o preocupaciones te interesa explorar a través de estas composiciones?
En mi trabajo, me interesa cómo los objetos cotidianos se convierten en catalizadores de experiencias eróticas y sexuales cuando interactúan con el cuerpo humano. A través de un riguroso ejercicio de observación y análisis de mi entorno, abstraigo la riqueza visual de estos objetos y los incorporo en mis fotografías para generar diálogos profundos entre imagen y materia. Mis composiciones cuestionan las perspectivas convencionales y provocan al espectador a reflexionar sobre la identidad, su entorno, la sensualidad y la forma en que los objetos moldean nuestras experiencias y emociones más íntimas.
¿Qué autores, fotógrafos o artistas han marcado tu trayectoria o tu proceso creativo?
No sigo autores específicos ni me obsesiono con alguien en particular. Mi construcción como artista y fotógrafo es más una absorción de lo que me agrada y tengo a mano, especialmente en plataformas como Flickr, Instagram y Tumblr. Muchas veces, ni siquiera sé de quién son las obras que me inspiran, pero sirven para crear un imaginario que ha sido fundamental en la construcción de mi estilo y mi forma de operar.
Has fotografiado a diversos artistas reconocidos internacionalmente. ¿Hay alguien en concreto que te gustaría fotografiar?
No tengo a una persona específica en mente que me gustaría fotografiar. Lo que realmente disfruto es tener encuentros donde pueda intercambiar conocimientos. Me encanta aprender algo nuevo durante las sesiones, ya sea un consejo sobre iluminación de un fotógrafo o sobre cómo cultivar de un campesino. Esos momentos de aprendizaje hacen que cada encuentro sea valioso, sin importar si es un presidente, un indigente o un cantante.